¿Somos Hijos e Hijas OBEDIENTES a Dios?

 CONTEMPLAMOS:


En este día Ministerial, queremos contemplar nuestra Obediencia a DIOS, en la perspectiva de que nos consideramos sus hijos adoptivos, recordando que como cristianos, esta idea se desarrolla en diversos escritos de nuestras Biblias, tal como lo explica el Apóstol Pablo, tomemos unos versículos de nuestras Sagradas Escrituras: “Todos los que son conducidos por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y ustedes no han recibido un espíritu de esclavos para volver a caer en el temor, sino el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios. El mismo espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de Dios. Si somos hijos, también somos herederos, herederos de Dios y coherederos de Cristo, porque sufrimos con él para ser glorificados con Él” (Romanos 8, 14-17). Con este texto, podemos afirmar que para SER auténtico Hijo de DIOS debemos ser personas que nos dejamos conducir por el Espíritu de DIOS. Y cada cristiano: ¿Es CONDUCIDO en su Vida Diaria por el Espíritu Santo?

 

Sin lugar a dudas, a muchos cristianos se les hace difícil comprender en sus Vidas Cristianas, una vida conducida por el Espíritu Santo, ya que conlleva dejarse LLEVAR en cada momento de nuestra existencia humana, porque NO somos nosotros los que CONDUCIMOS, sino que es el mismo Espíritu Santo. Con sinceridad de corazón: ¿Nos dejamos CONDUCIR por el Espíritu Santo?

 

Dejar que el Espíritu Santo nos CONDUZCA manifestaría nuestra condición de Hijos e Hijas de DIOS; ciertamente es una forma distinta de vivir la FE Divina; ya que no se enmarca en la forma tradicional, de ser creyentes que cumplen obedientemente los mandamientos Divinos, Mandamientos que recibimos de la Tradición Judía, como los DIEZ Mandamientos que son descritos en varias ocasiones en la misma Biblia Hebrea, desde la primera vez que fueron dados a Moisés, tomemos un ejemplo que nos ayude a comprender este tema de la Obediencia: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tengas una larga vida en la tierra que el Señor, tu Dios, te da” (Éxodo 20, 12). Y los cristianos: ¿Cómo comprendemos el sentido de este mandamiento de Honrar a tu padre y madre?

 

Para comprender el auténtico sentido, debemos recurrir al uso de la palabra Hebrea, y en este sentido, tenemos que afirmar que la palabra “Honrar” indica “Gloria”, es decir, tiene una categoría de Honor, por lo tanto, la primera pregunta sería: ¿Cómo le rendimos Gloria y Honor a nuestros Padres? Para muchas personas quizás esto se limita a la OBEDIENCIA; aunque es bueno señalar que es más que la simple obediencia, y que requiere otros aspectos, de la misma manera, debemos comprender los cristianos que NO basta el simple cumplimiento de los mandatos divinos, para ser considerados verdaderos Hijos e Hijas de DIOS; con la presencia de Jesucristo y la conducción del Espíritu Santo, se requiere algo más. Y PARA TI: ¿Qué más CREES que se necesita?

 

 

DISCERNIMOS:

 

Desde lo que CREEMOS, queremos reafirmar nuestra FE en Jesucristo, el Hijo de DIOS; y manifestar nuestro deseo de SER Conducidos por el Espíritu Santo, por estas razones, nos adentramos en el Misterio de los Santos Evangelios, cada día y cada semana, para DISCERNIR JUNTOS las Enseñanzas del Maestro Jesucristo, este jueves, con unos versículos del Capítulo 15 del Evangelio de Lucas, que nos dice lo siguiente: “Jesús dijo también: Un hombre tenía dos hijos”.

 

Descubrimos al Maestro Jesucristo diciendo la tercera parábola a los fariseos y escribas que murmuraban sobre Él, los cuales estaban escandalizados porque Jesucristo recibía a personas pecadoras y sentaba a compartir los alimentos con esta clase de personas; por esta razón, Jesucristo les narra la Parábola de un hombre con dos hijos, en esta parábola, el hombre representa a DIOS, y los hijos a dos clases de personas, descubramos a los pecadores, representados de la siguiente manera: “El menor de ellos dijo a su padre: Padre, dame la parte de herencia que me corresponde”.

 

Para Jesucristo es el Hijo menor quien representa a los pecadores y publicanos, estos serían los que piden la Herencia a sus padres, en este sentido, es bueno descubrir el ¿Para qué? piden su herencia, ya que descubrimos la recta intención de un Padre Amoroso con sus Hijos, ya que procede de la siguiente manera: “Y el padre les repartió sus bienes”. Y cada cristiano: ¿Qué bienes hemos recibido de parte del Dios Misericordioso y Bondadoso que nos proclama Jesucristo?

 

Justamente la mirada, en el principio de la parábola, se detiene en el menor de los hijos de este hombre justo: “Pocos días después, el hijo menor recogió todo lo que tenía y se fue a un país lejano, donde malgastó sus bienes en una vida licenciosa”. Cuando el Hijo tiene los bienes, realiza un viaje en dónde malgasta todos sus posesiones; quizás de la misma manera, muchos de las personas que somos Hijos de DIOS hemos obrado de la misma forma, es decir, hemos tenido una existencia en la que hemos malgastado los BIENES que DIOS nos ha repartido. Y cada cristiano: ¿Qué dones recibidos por DIOS los hemos malgastado o dado un mal uso?

 

Ciertamente cuando hemos malgastado los bienes y los dones de DIOS; sobrevienen los males, tal como le sucede al Hijo Menor: “Ya había gastado todo, cuando sobrevino mucha miseria en aquel país, y comenzó a sufrir privaciones”. Es aquí en donde llegamos al fondo, y para cada uno de nosotros: ¿Hasta dónde hemos llegado con nuestra vida licenciosa y desordenada?

 

Sin lugar a dudas, muchos de nosotros, hemos estado caído un buen tiempo, en un profundo hoyo del cual nos cuesta salir, aunque para los que tenemos FE en DIOS siempre se presenta una LUZ, una posibilidad, como señalan muchos, en dónde se cierra se una puerta, se abre una ventana, así fue para esta persona: “Entonces se puso al servicio de uno de los habitantes de esa región, que lo envió a su campo para cuidar cerdos”. Logro encontrar un trabajo, aunque no era lo mejor para su vida, lograba salvar su existencia. Y nosotros: ¿Qué trabajos hemos realizado para salir adelante en la Vida?

 

Reconozcamos que a veces no nos alcanza para tener lo suficiente, ni saciar totalmente el hambre que tenemos: “Él hubiera deseado calmar su hambre con las bellotas que comían los cerdos, pero nadie se las daba”. Es aquí, cuando valoramos lo que hemos perdido, lo que hemos malgastado. Y TÚ: ¿En qué situaciones has valorado lo que ya no tienes en tu existencia humana?

 

Con esta valoración, muchos descubren la importancia de la relación familiar, de la misma lo pensó este Hijo Menor: “Entonces recapacitó y dijo: ¡Cuántos jornaleros de mi padre tienen pan en abundancia, y yo estoy aquí muriéndome de hambre! Ahora mismo iré a la casa de mi padre y le diré: Padre, pequé contra el Cielo y contra ti; ya no merezco ser llamado hijo tuyo, trátame como a uno de tus jornaleros”.

 

Con estas palabras Jesucristo, nos muestra el sentido de la Vida Cristiana, que debemos ser personas que recapacitamos, es decir, volvemos a nuestra verdadera Esencia, por ello, nos convertimos o nos reconvertimos en auténticos HIJOS de DIOS, cuando somos capaces de volver a la Casa Paterna. Y PARA TI: ¿Qué haces para volver a la Patria de la Santísima Trinidad?

 

 

EVANGELIZAMOS:

 

Con este breve discernimiento encontramos pistas para nuestra EVANGELIZACIÓN, que requieren que las personas recapacitemos, de la misma forma, que toma consciencia el Hijo Menor de esta parábola. Y para cada cristiano: ¿En qué aspectos de nuestra vida cristiana debemos recapacitar y tomar consciencia sobre las Verdades que nos ha revelado el Hijo de DIOS?

 

Justamente se trata de estar en una constante y permanente vuelta a DIOS Padre, es decir, volver a una auténtica relación entre DIOS Padre y nosotros, sus HIJOS, y para cada uno de nosotros: ¿Cómo es nuestra relación con DIOS Padre? Y PARA TI: ¿En qué aspectos de tu Existencia Humana debes recapacitar al descubrir la Humanidad que nos revela Jesucristo, el Hijo de DIOS? ¿Cómo conviertes tu Vida Cristiana con la conducción del Espíritu Santo?

 

Comentarios

  1. La parábola del padre misericordioso.

    Creo que, más que obediente o buena hija tengo a mis padres llenos de amor y misericordia que, tal vez, por la época en la que ellos crecieron, se casaron, formaron una familia, tuvieron hijos, consideraron un "tipo de educación" tradicional y, en éstos que se avanza tan rápido, las tecnología y el conocimiento nuevo ha dejado obsoleto los términos y condiciones de adquirir educación. Sin embargo, algo que no pasa, que sigue vigente va es el amor aquel que se refiere al padre misericordioso; porque aún siendo tan malos, tan faltos de conciencia, voy con mi madre y la busco llorosa ella está ahí. Mis l padres me enseñaron el amor de Dios, es cierto, hoy es consciente.

    Es Dios en su infinita misericordia quién nos ayuda a ser hijos buenos.

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