¿Cómo experimentamos la sanación que nos trae JESUCRISTO?

 CONTEMPLAMOS:


Hace unos domingos, reflexionamos sobre la Sanación que DIOS nos regala en las diversas religiones del mundo, a partir de la FE DIVINA, este primer día de la semana, queremos contemplar la SANACIÓN en nuestra FE Cristiana, o sea, desde la mirada de la religión cristiana, por esta razón, nos preguntamos sobre nuestras experiencias personales con Jesucristo.

 

Una afirmación que surge desde nuestra Fe Cristiana es señalar que Jesucristo es el Hijo de DIOS, y con ello, nos unimos a la gran mayoría de Cristianos en el mundo:  Ortodoxos, Católicos, Anglicanos, Luteranos, Presbiteranos, Episcopales, Evangélicos, Veteros Católicos, Católicos Nacionales, y otras denominaciones cristianas; todos miembros de la Única Iglesia de Jesucristo, por CREER que Jesucristo es el Hijo de DIOS,  con ello, surge nuestro deseo permanente de UNIDAD de los Cristianos en el Hijo de DIOS que nos TRAE la Sanación: ¿Qué clase de SANACIÓN nos regala?

 

Aquí surgen nuestras diversas experiencias con Jesucristo, muchas Iglesias trasmiten la sanación de Jesucristo, por medio de los Sacramentos, por ello, algunas reconocen la Unción de los Enfermos como Sacramento de Sanación para las personas que lo reciben;  otros en cambio, la transmiten en sus celebraciones litúrgicas con actos de imposición de manos y oraciones a los enfermos; ahora bien, sin lugar a dudas, en muchas ocasiones hemos oído o visto estos milagros de Sanación Cristiana en las diversas Iglesias Cristianas, aunque reconocemos que detrás de estos ritos se encuentra la presencia de DIOS OBRANDO en medio, si es así: ¿Por qué dudamos de la Sanación entregada por el Hijo de DIOS y el Espíritu Santo en las diferencias agrupaciones cristianas?

 

Aunque también contemplamos, una especie de competencia de sanación, tanto en el mundo evangélico, como en el mundo católico; a veces, lo podemos contemplar como un Show para los demás, creyendo que por medio de milagros de sanación, los demás van a CREER o participar más en nuestros Templos; ya sea con pastores predicadores o por medio de sacerdotes que celebran las misas de sanación; ahora bien, si nos hemos SANADO en una celebración: ¿Por qué VOLVEMOS a IR?

 

Nos realizamos la pregunta sobre el ¿Por qué? Con la intención de que cada persona centre su respuesta en la FE a Jesucristo; ya que algunos lo harán como expresión de agradecimiento al Hijo de DIOS, otros para seguir AUMENTANDO su Fe Cristiana; en cambio, en muchos casos, debemos reconocer una ENFERMEDAD Crónica de las personas, por ello, necesitan de una Constante y Permanente atención con el Hijo de DIOS. Y cada creyente cristiano: ¿Cómo recibe en su Vida la Sanación de Jesucristo? Y TÚ: ¿Qué necesitas de Jesucristo para SER sanado por Él?

 

 

DISCERNIMOS:

 

Teniendo en cuenta nuestras propias necesidades, en relación a Jesucristo, ya que nuestra FE se encuentra cimentada en el mismo Hijo de DIOS, queremos dar un paso más, en nuestra reflexión dominical y pasar desde la CONTEMPLACIÓN al Discernimiento Bíblico, este primer día de la semana, lo haremos con algunos versículos del capítulo 7 del primer Libro del Evangelista Lucas: “Cuando Jesús terminó de decir todas estas cosas al pueblo, entró en Cafarnaúm. Había allí un centurión que tenía un sirviente enfermo, a punto de morir, al que estimaba mucho”.

 

El pasaje Bíblico nos sitúa en el pueblo de Cafarnaúm, o sea, una villa de consuelo, en el sentido de su palabra, un pueblo del Mar de Galilea, en dónde había una caleta de pescadores, entre ellos, los primeros llamados por Jesucristo, el mismo pueblo en dónde vivía Mateo, un cobrador de impuestos y como se nos señala en el texto, un grupo de soldados romanos que tenían a cargo un centurión, el cual tenía un sirviente enfermo que era estimado por su patrón; este es el contexto general de la narración evangélica, y para cada uno de nosotros: ¿Cómo describimos nuestro contexto general de nuestras vidas?

 

Junto al contexto, surgen las amistades y los conocidos que tenemos cada persona a nuestro alrededor, de estos se sirve el centurión: “Como había oído hablar de Jesús, envió a unos ancianos judíos para rogarle que viniera a curar a su servidor”. Es a sus conocidos, los ancianos que les pide un FAVOR, que vayan en su nombre a hablar con Jesucristo para pedir por la curación de su sirviente: ¿A quiénes nosotros le hemos pedido un favor? ¿Por qué razón y en qué situaciones pedimos favores a las personas que conocemos?

 

Desde esta petición, descubrimos la intercesión, la que realizan estos ancianos judíos a Jesucristo: “Cuando estuvieron cerca de Jesús, le suplicaron con insistencia, diciéndole: El merece que le hagas este favor, porque ama a nuestra nación y nos ha construido la sinagoga”. Ellos interceden a manera de súplica, con insistencia: ¿Por qué interceder por un Centurión Romano? Ya que a simple vista era una persona que temía sometido al Pueblo Judío, la razón, la describe el mismo Evangelista, es porque este Soldado Romano tiene simpatía por el Pueblo Judío y su religión, ya que ha demostrado AMOR al Pueblo de Dios construyendo una sinagoga, tal vez, la misma sinagoga que frecuentaba el mismo Jesucristo cada sábado, y nosotros a ejemplo del Centurión: ¿Qué OBRAS hemos realizado por el Bien del Pueblo de DIOS? ¿Cómo demostramos nuestro AMOR de los demás creyentes en DIOS?

 

Al parecer esta intercesión da resultado: “Jesús fue con ellos, y cuando ya estaba cerca de la casa”. Porque el mismo Jesucristo va a la casa del Soldado Romano para sanar a su sirviente, aunque sucede otro hecho: “El centurión le mandó decir por unos amigos: Señor, no te molestes, porque no soy digno de que entres en mi casa”. El centurión manifiesta su INDIGNIDAD de recibir y acoger a Jesucristo en su casa, por ello, esta vez, envía a unos amigos que hablen en su nombre: “Por eso no me consideré digno de ir a verte personalmente. Basta que digas una palabra y mi sirviente se sanará”. Señalando su FE en Él, ya que desde esta FE en Jesucristo señala, por medio de los amigos, que BASTA una PALABRA del Maestro para que el sirviente sea SANADO; y nosotros: ¿A qué personas enviaríamos a hablar en nuestro nombre? ¿Tenemos AMISTADES que puedan cumplir un servicio de esta forma?

 

Amigos que expliquen lo que sentimos y creemos a los demás, en este caso, a Jesucristo, que escucha atentamente a aquellos AMIGOS del Centurión Romano: “Porque yo –que no soy más que un oficial subalterno, pero tengo soldados a mis órdenes– cuando digo a uno: Ve, él va; y a otro: Ven, él viene; y cuando digo a mi sirviente: ¡Tienes que hacer esto!, él lo hace”. Con un ejemplo, le explica el SENTIDO de las PALABRAS que son dichas por la persona que tiene el MANDO; con ello, reconoce en Jesucristo una VOZ de MANDO sobre las enfermedades, por esta razón, BASTA una PALABRA del Hijo de DIOS para ser SANADOS: ¿Queremos ser SANADOS por Jesucristo?

 

Sin lugar a dudas, junto a nuestra VOLUNTAD se necesita la FE, la misma FE que discierne Jesucristo en este centurión que no VE, ya que solamente habla con los AMIGOS; antes con los ancianos judíos; llegando a la siguiente conclusión: “Al oír estas palabras, Jesús se admiró de él y, volviéndose a la multitud que lo seguí, dijo: Yo les aseguro que ni siquiera en Israel he encontrado tanta fe”. Y en mundo cristiano actual: ¿De qué persona diría esto Jesucristo? ¿A quién conocemos con tanta FE? Y cada uno de nosotros: ¿Tenemos tanta FE como este Soldado Romano?

 

“Cuando los enviados regresaron a la casa, encontraron al sirviente completamente sano”. Quizás los AMIGOS, no tenían la misma FE que el Centurión Romano, aunque actuaron como sus enviados, hablaron en su nombre; más allá, de que los motivo, al final DESCUBREN la actuación milagrosa, ya que al VOLVER a casa descubren al SIRVIENTE que se encuentra sano. Y TÚ: ¿Cómo has sido SANADO por Jesucristo? ¿Cómo ha sido tu experiencia de SANACIÓN por el Hijo de DIOS?

 

 

EVANGELIZAMOS:

 

Justamente a partir de nuestras propias experiencias de Sanación surge nuestra propia EVANGELIZACIÓN: ¿Cómo Evangelizamos las personas que hemos sido sanados por el Hijo de DIOS? Ya que si hemos compartido una experiencia de cercanía con Jesucristo, nace, en cada uno de nosotros, el deseo por revelar a los demás la GRACIA RECIBIDA por el mismo Hijo de DIOS. Por lo tanto, nos preguntamos, los cristianos del Tercer Milenio: ¿Cómo transmitimos la Gracia Recibida  de parte de Jesucristo?

 

Por último, CREEMOS y ANHELAMOS que esta GRACIA recibida por cada creyente en el Hijo de DIOS, la podamos transmitir, o sea, que logremos DAR un TESTIMONIO JUNTOS en el mundo cristiano; es decir, TODOS los CRISTIANOS UNIDOS. Y TÚ: ¿Quieres participar de esta Evangelización en la Unidad de todos los Cristianos? Y PARA TI: ¿Cómo PUEDES incorporarte en la Evangelización con los demás cristianos?

 

 

 

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