¿A qué nos llama el Hijo de Dios, JESUCRISTO?
CONTEMPLAMOS:
Siguiendo en nuestro Tiempo de Evangelización, queremos
dar un paso más en nuestra reflexión sobre la Misión de Jesucristo, la semana
pasada intentamos DESCUBRIR su Misión, esta semana contemplaremos la “Llamada”,
es decir, la vocación, es lo que nos entrega el sentido etimológico de la
palabra “Vocación”, ya que NO es más ni menos que un LLAMADO; claro que, entre
los creyentes, reconocemos que el Llamado lo realiza DIOS, aquí nos podemos
preguntar, desde las personas creyentes en DIOS, en la misma línea de la Misión:
¿A qué nos llama DIOS?
Sin lugar a dudas, no es lo mismo un Llamado de Dios, que
un Llamado de la Santísima Trinidad, ya que la mirada de DIOS es distinta en
diversas culturas y en las diferentes religiones existentes en el mundo, por
ejemplo: no tenemos la misma mirada de un llamado al martirio en la religión
cristiana que en la religión musulmán, ya que un llamado, en esta última
religión, tal vez, implicaría la muerte de los paganos, recordando que, para
ellos, los paganos, somos los cristianos, y todos los que NO viven conforme a
sus Escrituras Sagradas, o sea, el Corán. Obviamente esta es una explicación
simplista y superficial de lo que muchas personas piensan sobre el Islam, en
realidad, hay mucha más riqueza cultural y sabiduría en la Religión del Islam,
sus rabinos y las personas que profesan, hoy en día, esta religión, la cual brota
de la Fe en el Patriarca Abraham; como también lo existe en la Religión Hebrea
o en el Cristianismo, tres grandes religiones que tienen en alta estima al
Padre Abraham por sus Sagradas Escrituras, de hecho, en este día, de la
“Llamada Divina” podemos recordar el llamado a Abraham:
“El Señor dijo a Abram: Deja tu tierra natal y la casa de
tu padre, y ve al país que yo te mostraré. Yo
haré de ti una gran nación y te bendeciré; engrandeceré tu nombre y serás una
bendición. Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré al que te maldiga, y
por ti se bendecirán todos los pueblos de la tierra. Abram partió, como el
Señor se lo había ordenado, y Lot se fue con él. Cuando salió de Jarán, Abram
tenía setenta y cinco años. Tomó a su esposa Sarai, a su sobrino Lot, con todos
los bienes que habían adquirido y todas las personas que habían reunido en Jarán,
y se encaminaron hacia la tierra de Canaán. Al llegar a Canaán, Abram recorrió
el país hasta el lugar santo de Siquem, hasta la encina de Moré. En ese tiempo,
los cananeos ocupaban el país. Entonces el Señor se apareció a Abram y le dijo:
Yo daré esta tierra a tu descendencia.
Allí Abram erigió un altar al Señor, que se la había aparecido” (Bereshit 12, 1-7).
Con esto contemplamos un llamado que se revela con una
intención Divina, en realidad, no se ha construido una sola nación, sino
varias, y entre ellas las religiones: Judía, Musulmán y Cristiana: ¿Cómo interpretamos
este llamado Divino al padre Abraham? Y
TÚ: ¿Cómo relacionas este llamado del Señor con tu vocación personal?
DISCERNIMOS:
Queremos partir de nuestra propia experiencia sobre la
“Llamada Divina”, con la mirada puesta al interior de nuestra Fe Cristiana,
afirmando que son múltiples las formas en que DIOS nos llama, y que son
diversos los ministerios eclesiales que se pueden realizar en la actualidad en
nuestras comunidades eclesiales; de hecho en nuestra ITAE, a la luz de la experiencia
con Jesucristo nos encontramos Discerniendo Juntos la Vida Ministerial en
nuestras Misiones ITAE, siempre teniendo como FUENTE Espiritual las narraciones
de los Santos Evangelios, por esta misma, razón, en esta nueva semana, te
invitamos a Discernir Juntos un texto del Evangelista Mateo, en dónde vemos a
los primeros llamados por el Hijo de DIOS: “Mientras caminaba a orillas del mar
de Galilea, Jesús vio a dos hermanos: a Simón, llamado Pedro, y a su hermano
Andrés, que echaban las redes al mar porque eran pescadores”.
Claramente se nos revela el Peregrinar del Hijo de DIOS,
que va caminando a las orillas del Mar de Galilea y al encontrarse con dos
hermanos que trabajaban en la pesca artesanal, les realiza el siguiente
LLAMADO: “Entonces les dijo: Síganme, y yo
los haré pescadores de hombres”. Desde este llamado surge una Vocación, que es
una vocación al Seguimiento de Jesucristo, es decir, cada cristiano ha sido
LLAMADO a seguir al Hijo de DIOS, y nosotros, en la actualidad: ¿Seguimos a
Jesucristo?
Junto al LLAMADO a seguir a Jesucristo, es el mismo quién
nos revela el ¿Para qué? Que es la pregunta de millones de creyentes en el
mundo: ¿Para qué nos llama DIOS? Aquí de manera sencilla, el evangelista nos
revela que es para SER Pescadores de hombres: ¿Somos auténticos pescadores de
seres humanos?
Ahora bien, muchos se OLVIDAN de una parte en el texto:
“Yo los haré”; ya que es Jesucristo quien nos convierte en PESCADORES de
personas, en el contacto con Él, en ESTAR y PERMANECER junto a Él: ¿Estamos y
permanecemos Unidos a Jesucristo? En verdad, nos preguntamos: ¿Lo seguimos con
la misma disposición que los primeros discípulos?
Discernamos la respuesta de Pedro y Andrés: “Inmediatamente,
ellos dejaron las redes y lo siguieron”. Responden al LLAMADO DIVINO,
inmediatamente, o sea, su disposición es en el momento, no lo piensan, ni lo
hablan con otras personas, sino que se VAN con Jesucristo, incluso con la
fuerte decisión de ABANDONAR su trabajo, por SEGUIR al Hijo de DIOS. Y TÚ:
¿Harías lo mismo por SEGUIR auténticamente a Jesucristo? ¿Estarías dispuesto a
dejar tu Trabajo, tu fuente laboral por HACERTE un Pescador de personas para el
Hijo de DIOS?
Es la misma respuesta que dieron otros dos personajes
bíblicos: “Continuando su camino, vio a otros dos hermanos: a Santiago, hijo de
Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban en la barca de Zebedeo, su padre,
arreglando las redes”. Estos son Santiago y Juan que los conocemos como
discípulos y posteriormente como Apóstoles de Jesucristo: ¿Qué más sabemos de
la vida de Santiago y Juan?
Junto a señalar que eran hermanos, que al igual que Pedro
y Andrés eran pescadores artesanales y que su padre se llamaba Zebedeo,
descubrimos que el mismo Jesucristo también les invita de la misma manera: “Y
Jesús los llamó”.
A partir de este llamado, queremos comprender que los
cuatro: Pedro, Andrés, Santiago y Juan son llamados para SER PESCADORES de
seres humanos; en la actualidad, los cristianos: ¿Somos Verdaderos Pescadores
de seres humanos? Y de manera personal: ¿Qué respuesta le damos al Maestro
Jesucristo?
“Inmediatamente, ellos dejaron la barca y a su padre, y
lo siguieron”. Para Santiago y Juan, junto a dar una respuesta inmediata, son
capaces de DEJAR a su padre, junto al trabajo, dejan su Familia por seguir a
Jesucristo. Y TÚ: ¿Harías lo mismo?
EVANGELIZAMOS:
Un proceso bien orientado hacia la EVANGELIZACIÓN, requiere
una permanente mirada a los INICIOS del Cristianismo, es lo que intentamos
realizar, cada domingo, al Leer y Analizar los Santos Evangelios, ahora bien,
esto debería llevarnos a RESTAURAR, o sea, VOLVER a realizar las cosas como era
el Inicio de la Predicación de Jesucristo; entonces, en el sentido de la
vocación, tenemos que afirmar lo siguiente:
Primero, Jesucristo nos llama a SEGUIRLO, en verdad, en
nuestras comunidades cristianas: ¿A quiénes seguimos? ¿A Jesucristo o a
nuestros pastores?
Segundo; el llamado de Jesucristo tiene una misión clara
y sencilla para sus primeros seguidores, SER PESCADORES de seres humanos: ¿Lo
somos en la actualidad?
Tercero, el llamado de Jesucristo, implica un seguimiento
TOTAL a su persona: ¿Estamos dispuestos a DEJARLO TODO, trabajo y familia, por
SEGUIR a Jesucristo?
Y por último, Jesucristo al llamar se convierte en
MAESTRO; ya que les va a ENSEÑAR cómo llegar a SER PESCADORES de personas; con
ello, los que le SIGUEN, se CONVIERTEN en sus Discípulos, es decir, Jesucristo
NO instituyó ningún Ministerio Eclesial, solo llamo a personas para que sean
sus Discípulos: ¿Somos auténticos Discípulos de Jesucristo? Y TÚ: ¿Lo eres?
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