¿Cómo RECIBIMOS al Espíritu Santo?
CONTEMPLAMOS:
Millones de personas en el mundo CREEN en el Espíritu
Santo, CREEN que es una Persona Divina, lo ven como DIOS; estas personas, en su
mayoría, están unidas a la FE Cristiana, es decir, por medio del Buen Mensaje
del Hijo de DIOS han creído y aceptado la presencia del Espíritu de DIOS en sus
vidas: ¿Cómo es este Espíritu que nos manifiesta el Maestro Jesucristo?
Contemplemos sus PALABRAS, una noche, en un encuentro con
un Fariseo y Maestro de Israel, Nicodemo escucha el Mensaje de Jesucristo: «Te
aseguro que el que no nace del agua y del Espíritu
no puede entrar en el Reino de Dios. Lo que nace de la carne es carne, lo que
nace de Espíritu es espíritu. No te extrañes de que te haya dicho: Ustedes
tienen que renacer de lo alto. El viento sopla donde quiere: tú oyes su voz,
pero no sabes de dónde viene ni a dónde va. Lo mismo sucede con todo el que ha nacido del Espíritu» (Juan 3,
5-8). Al intentar comprender las PALABRAS de Jesucristo nos damos cuenta de la
IMPORTANCIA del Espíritu, ya que es NECESARIO para entrar al Reino de DIOS, por
lo tanto, nos seguimos preguntando: ¿Cómo RECIBIMOS este Espíritu Santo en
nuestras vidas para entrar al Reino de Dios?
Es aquí en dónde muchos CREEN que podemos ORDENAR y
POSEER al Espíritu Santo, ya que por medio de Ritos y Sacramentos creemos que
lo transmitimos a aquellos que reciben los ritos; otros CREEN que por medio de
Oraciones, Cantos, Alabanzas e Imposiciones de Manos de sus Pastores reciben al
Espíritu Santo: ¿Es así para estos creyentes en el Espíritu Santo? Quizás
solamente es un momento de Fe vivido y expresado en ritos, aunque a la larga en
la vida concreta esa persona no se manifiesta realmente la presencia del
Espíritu, ya que lo primero que nos entrega el Espíritu de DIOS es la SANTIDAD,
ante nos preguntamos: ¿Son personas SANTAS esas personas que participan en
estos RITOS y SACRAMENTOS? Además nos podemos cuestionar al nivel de los
Pastores y Ministros: ¿Son SANTOS aquellos que CREEN que por IMPONER las MANOS
a otros los demás comunican el Espíritu Santo? Y ustedes: ¿Cómo CREEN que se
COMUNICA en verdad el Espíritu de Dios en la Vida de las personas?
Aquí queremos DAR un paso en nuestra reflexión y
ayudarles a CONTEMPLAR más allá de nuestras paredes de Templos y Ritos
cristianos; sino IR al mismo Espíritu Santo, que en PALABRAS de Jesucristo es
como el VIENTO, ya que VA y VIENE, sin que nosotros descubramos su Verdadera
Actuación, porque el Espíritu Santo es DIOS, por lo tanto, es LIBRE, si es
LIBRE: ¿Por qué CREEMOS contenerlo y poseerlo en nuestros RITOS de imposición
de manos? Más aún algunos CREEN que por medio de ellos, y solamente en ellos se
COMUNICA al Verdadero Espíritu Santo, así somos de SOBERBIOS. Y PARA TÍ: ¿Cómo
vives tu relación con el Espíritu Santo? ¿Cómo te comunicas con Él?
DISCERNIMOS:
Desde nuestras interrogantes personales, sobre el ¿Cómo?
Queremos invitarlos a Discernir JUNTOS el Buen Mensaje del Hijo de DIOS,
manifestado en la intimidad de la Última Cena con sus primeros seguidores, dado
que el Evangelista Juan describe en varios capítulos aquella noche, en que se
inicia la pasión del Mesías, tomaremos este día de Pentecostés, unos versículos
del capítulo 15 de su Evangelio, que nos recuerdan las siguientes palabras del
Maestro Jesucristo: “El que me odia, odia también a mi Padre. Si yo no hubiera
hecho entre ellos obras que ningún otro realizó, no tendrían pecado”.
Por un lado, nos invita a MIRAR la Unidad Divina, dada en
el PADRE y en el HIJO, ya que al SER odiado uno, lo es también el otro, de la
misma manera, podemos afirmar que si AMAMOS al Padre, amamos al Hijo y
viceversa; aunque nos preguntamos: ¿Qué pasa en la Unidad DIVINA con el
Espíritu Santo que vive eternamente junto al Padre y al Hijo según nuestra Fe
Cristiana?
Por otro lado, se manifiesta nuestra condición humana que
se sumerge en el PECADO, que en este sentido, es NO CREER plenamente en las
OBRAS realizadas por el Hijo de DIOS, y los cristianos del TERCER milenio:
¿Creemos en TODAS las Obras manifestadas en los Santos Evangelios y que fueron
realizadas por Jesucristo?
Recordemos que CREER en las OBRAS; implica CREER en sus
PALABRAS; lo que significa VIVIR según el Buen Mensaje del Hijo de DIOS, que
nos sigue diciendo: “Pero ahora las han visto, y sin embargo, me odian a mí y a
mi Padre, para que se cumpla lo que está escrito en la Ley: Me han odiado sin
motivo”.
Estas Palabras nos invitan a recordar que HEMOS VISTO las
OBRAS del Hijo de DIOS, y con ello, hemos experimentado la presencia de DIOS en
medio de la humanidad, en medio de nosotros, aunque muchos prefieren desconocer
y ODIAR a DIOS; y nosotros: ¿Odiamos o Amamos a Dios?
Ahora bien, este DIOS para la millones de cristianos, no
es solamente un Padre o un Hijo, sino también se encuentra la PERSONA del
Espíritu Santo, la Tercera Persona de la Santísima Trinidad, es la presencia
que nos promete el Hijo de DIOS: “Cuando
venga el Paráclito que yo les enviaré desde el Padre, el Espíritu de la Verdad
que proviene del Padre, él dará testimonio de mí”.
Con ello, se nos REVELA una nueva presencia DIVINA en
medio de la Humanidad, es la presencia del Espíritu Santo, que ha acompañado a
la Iglesia de Jesucristo por dos mil años, que tiene la característica de SER
un INTERCESOR, un consolador, un abogado, un defensor, tal como lo es
Jesucristo, lo es Espíritu Santo para cada creyente: ¿Cómo el Espíritu Santo ha
INTERCEDIDO en nuestras vidas? ¿Cómo el Espíritu Santo nos ha CONSOLADO en
nuestras aflicciones de la vida diaria? ¿Cuándo el Espíritu Santo ha SIDO
nuestro ABOGADO o DEFENSOR ante las acusaciones y maltrato de los demás?
Junto a esta realidad del Espíritu Santo que se
MANIFIESTA a cada uno de nosotros, se QUIERE manifestar en nuestras comunidades
cristianas, como el ENVÍADO por el Padre y el Hijo, como el GRAN Espíritu de la
VERDAD: ¿Qué VERDADES de nuestra Fe Cristiana nos SIGUE manifestando el
Espíritu Santo? ¿Cómo lo seguimos RECIBIENDO al interior de nuestras
comunidades eclesiales?
Toda esta presencia del Espíritu Santo en nuestras
comunidades y en cada uno de nosotros, nos DEBE impulsar a CAMINAR en la
presencia de la Santísima Trinidad, sobre todo cuando VIVIMOS FIELMENTE el Buen
Mensaje de Jesucristo: “Y ustedes también dan testimonio, porque están conmigo
desde el principio”. Y TÚ: ¿Qué clase de TESTIMONIO das en la vida diaria?
EVANGELIZAMOS:
Desde nuestro TESTIMONIO personal queremos realizar una Nueva
EVANGELIZACIÓN, esto sucede cuando SOMOS CRISTIANOS conscientes de la presencia
del Espíritu Santo en nuestras VIDAS, ante esto, surge las siguientes interrogantes:
¿Queremos y Dejamos que el Espíritu Santo GUÍE, cada día, nuestras existencias
humanas? ¿Confiamos en PLENITUD en la GUÍA del Espíritu Santo?
Desde este INICIO, con un acto de CONFIANZA en la Tercera
Persona de la Santísima Trinidad, teniendo FE en su eterna compañía, nos
desafiamos a reflexionar su presencia en nuestras Vidas: ¿Somos cristianos
Santos? ¿Somos personas Verdaderas y Auténticas en las relaciones con los demás?
¿Cómo damos TESTIMONIO de los Dones del Espíritu Santo que habitan en cada uno
de nosotros? ¿Qué Carismas RECIBIDOS por el Espíritu Santo en nuestras vidas
ponemos al SERVICIO de los demás? ¿Qué Ministerios confirmados por el mismo
Espíritu Santo ejercemos fielmente en nuestras comunidades y familias?
Por último, cuando nos INTERROGAMOS de esta manera, es
que QUEREMOS una SINCERA respuesta de corazón, para que desde allí, iniciemos
un NUEVO CAMINO, esto implica, una auténtica CONVERSIÓN; que para nosotros, en
nuestra ITAE significa RESTAURAR nuestras Vidas Humanas en el modelo de
Jesucristo y RENOVAR nuestra vivencia cristiana en la presencia, compañía y
GUÍA del Espíritu Santo. Y PARA TI: ¿Aceptas RESTAURAR tu existencia humana? ¿Quieres
RENOVAR tu vida en el Espíritu Santo?
Hay que nacer del agua y del Espíritu.
ResponderBorrarEl agua limpia, purifica, el Espíritu guía, llena y transforma, ambos nos llevan a ser mejores.
Pentecostés es la confirmación del amor de Dios Padre, la misericordia de Dios hijo, que nos ha perdonado y el Espíritu Santo es nuestro guía para caminar en el amor del Padre y del Hijo, vivir el Evangelio y ser testimonio con nuestras vidas, llevadas a un camino de servicio y alegría.
Dios mío y Señor mío, que tu Santo Espíritu llegue y nos conmueva para vivir con valentía nuestro cristianismo y ser portadores de la Palabra Santa, amén
Así sea
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