Nuestra Verdad en el Hijo de Dios
CONTEMPLAMOS:
Hoy queremos adentrarnos en el Misterio de las Verdades, con ello, no queremos hablar de las verdades científicas, ni las verdades de muchos aspectos de la vida humana, sino como creyentes, manifestamos que Creemos en la VERDAD que nos trae y revela Jesucristo, el que es Verdadero DIOS y Verdadero Ser Humano; de estas verdades, se desprenden, lo que hemos conocido o denominamos como los DOGMAS.
Tal vez, en este punto, es bueno distinguir que cada Tradición Eclesial tiene sus propios DOGMAS, y que, en muchas ocasiones, estos DOGMAS nos han dividido, más a lo largo de dos mil años de cristianismo, de hecho, las mismas afirmaciones que hemos planteado en el párrafo anterior, ya nos dividen con cientos de miles de cristianos, los que viven en otros lugares del mundo, y que, de igual manera, proclaman su Fe en Jesucristo, ya que no TODOS comprendemos de la misma manera la Verdad sobre Jesucristo, como Hijo de DIOS o como un Verdadero Ser Humano que tiene un Alma Humana. Y PARA TI: ¿Cuál es tu VERDAD sobre Jesucristo? ¿Quién es para ti?
Esta VERDAD personal es lo que nos separa muchas veces en la vida, de hecho generalmente hay familias que se dejan de hablar por estas creencias de FE, y todo esto al interior del mismo cristianismo; a veces, esto va acompañado de una soberbia de FE, creemos estar en la Iglesia Verdadera; otro aspecto es, desde esta misma soberbia, que nos lleva a CREER que somos mejores, mejores que los demás miembros de nuestras familias, cuando quizás debemos descubrir algunas VERDADES humanas básicas de buena convivencia, como por ejemplo: Ninguna persona es MEJOR o peor a otra persona, sino que TODOS somos DISTINTOS, y a la vez, únicos e irrepetibles: ¿Crees en esto?
Por lo tanto, si CREES en esto, como VERDAD de la Humanidad, VIVE conforme a esta VERDAD, ahora bien, muchas VERDADES Humanas, también nos separan y dividen, es lo que SUCEDE al interior de las familias, como cuando se DESCUBRE una VERDAD; no TODOS aceptamos y toleramos la VERDAD de la Realidad de la misma manera, todos y todas tenemos distintas reacciones ante las mismas situaciones o las mismas Verdades Familiares, algunos son los traicionados y, los otros, son los traidores, y en la Vida familiar, laboral y social: ¿Qué clase de persona has sido: Traidor o Traicionado?
Siendo sinceros y hablando con la VERDAD, hemos sido las DOS, ya que en varias ocasiones, por ser frágiles ante la VIDA; otras por miedo hemos TRAICIONADO a nuestros seres queridos, y otras tantas, por querer lograr nuestros deseos, seguimos traicionando a aquellos que nos han ayudado y nos muestran su Amor y cariño a diario: ¿Cómo nos hemos sentido cuándo se descubre la VERDAD frente a los demás? ¿Cómo aceptamos las Verdades Humanas de nuestros seres queridos? Y TÚ: ¿Vives en la Verdad?
DISCERNIMOS:
Desde nuestro breve análisis sobre la VERDAD, queremos discernir con Aquel que se presentó a sus discípulos como el Camino, la VERDAD y la Vida: Es Jesucristo, especialmente en el mundo cristiano: ¿Realmente es la VERDAD que ilumina toda nuestra existencia humana?
En verdad, esperamos y creemos que para muchos cristianos en el mundo es así, o sea, Jesucristo es la fuente principal de su forma y estilo de VIDA, es decir, tienen el firme propósito de qué el Hijo de Dios sea el quién GUÍE sus vidas humanas. Y PARA TI: ¿Es así?
Por esta razón, al iniciar esta nueva semana, queremos RENOVAR nuestra Vida Cristiana contemplando y reflexionando, con el evangelista Juan en el capítulo octavo, un hecho de la Vida del Maestro: “Jesús fue al monte de los Olivos”. Sabemos que Jesucristo, solo o acompañado iba a ese lugar, como un LUGAR de Oración con Dios su Padre, para descubrir la VERDAD para su vida, en el cumplimiento de su misión divina, y nosotros, a ejemplo de Jesucristo: ¿Utilizamos nuestra Oración como método para descubrir la VERDAD sobre nuestras vidas?
Más allá de nuestros propios métodos, los cristianos en Jesucristo tenemos un modelo de Vida de Oración: ¿Solamente un modelo de oración? “Al amanecer volvió al Templo, y todo el pueblo acudía a Él. Entonces se sentó y comenzó a enseñarles”. A partir de estos versículos, descubrimos que Jesucristo va al Templo para enseñar al Pueblo, pueblo que lo buscaba como un Maestro, esta es una verdadera relación entre el pueblo y Jesucristo; ante esto debemos afirmar que gran parte del pueblo lo escuchaba, aunque no lo veía como su único Maestro, seguramente también escuchaban a otros Maestros, solamente un grupo reducido eran sus Verdaderos Discípulos, es probable que en la actualidad suceda lo mismo, aunque muchos van a templos a escuchar las enseñanzas de Jesucristo, sólo un pequeño grupo y selecto son los Auténticos Discípulos del Maestro. Y PARA TÍ: En verdad: ¿Eres un Verdadero Discípulo de Jesucristo?
Esta enseñanza se interrumpe con la llegada de algunos líderes religiosos, que llegaban con otras intenciones, distintas a recibir una ENSEÑANZA del Maestro, contemplemos este acontecimiento evangélico: “Los escribas y los fariseos le trajeron a una mujer que había sido sorprendida en adulterio y, poniéndola en medio de todos, dijeron a Jesús: Maestro, esta mujer ha sido sorprendida en flagrante adulterio. Moisés, en la Ley, nos ordenó apedrear a esta clase de mujeres. Y tú, ¿qué dices? Decían esto para ponerlo a prueba, a fin de poder acusarlo”.
En realidad, la intención era escuchar sus palabras, para poder acusarlo y condenarlo, por ello, confrontan a Jesucristo con la Ley de Moisés, sobre la condena a MUERTE para las mujeres que son sorprendidas en ADULTERIO. Recordemos que, en algunos países, lamentablemente, siguen existiendo estas leyes de condena; y si se aplicará en todos los países, es muy probable que más de la mitad de ciudadanos debería ser condenado por adulterio: ¿Cómo debemos reaccionar ante el PECADO de los demás?
Es una pregunta que puede nacer ante la actitud de los escribas y fariseos, ahora bien, discernamos la actitud de nuestro guía a la VERDAD: “Pero Jesús, inclinándose, comenzó a escribir en el suelo con el dedo. Como insistían, se enderezó y les dijo: El que no tenga pecado, que arroje la primera piedra. E inclinándose nuevamente, siguió escribiendo en el suelo”.
Desde su enseñanza al Pueblo, actúa como si siguiera haciendo notas o apuntes, escribiendo de lo que estaba hablando o lo que quería decir al pueblo reunido para recibir sus enseñanzas, en esta línea, el Maestro manifestó una VERDAD sobre todos los presentes: ¿Quién no ha cometido pecado? Es decir, nos revela que en vez de preocuparnos de los pecados de los demás, debemos mirar nuestro interior y descubrir nuestra PROPIA VERDAD: ¿Qué pecados hemos cometido en nuestras vidas? ¿Nos gustaría ser condenados públicamente por nuestros pecados?
En este sentido, el Maestro nos enseña que primero debemos DESCUBRIR nuestra propia VERDAD, que buscar la verdad en los demás. Es lo que, también, entendieron las personas que lo escuchaban para condenar a la mujer adúltera: “Al oír estas palabras, todos se retiraron, uno tras otro, comenzando por los más ancianos”. Los adultos mayores son los primeros en tomar consciencia de sus propios pecados, quizás muchos de ellos también habían cometido el mismo pecado del adulterio; otros en cambio, desde la FE entienden que TODAS las personas SOMOS PECADORES, una gran VERDAD del cristianismo. Y TÚ: ¿Cómo vives tu VERDAD de ser una Persona PECADORA?
Muchas veces, este proceso que quiere Jesucristo en nosotros, al enfrentar nuestras propias VERDADES, es el cambio de mentalidad, se trata de una conversión que se inicia con un acto de Toma de Consciencia, es lo mismo que le pide a la mujer: “Jesús quedó solo con la mujer, que permanecía allí, e incorporándose, le preguntó: Mujer, ¿dónde están tus acusadores? ¿Alguien te ha condenado? Ella le respondió: Nadie, Señor”. Descubriendo una VERDAD; ya que nadie la condena por su PECADO; el DIOS de Jesucristo menos nos CONDENA; sino más bien nos PERDONA.
“Yo tampoco te condeno, le dijo Jesús. Vete, no peques más en adelante”. Aunque le PIDE evitar el PECADO, desde la misma manera, estas palabras del Maestro deben resonar como una petición para cada cristiano: “Vete, no peques más en adelante”. ¿Cumplimos fielmente esta petición de Jesucristo? ¿Cumplimos con esto cada vez que Celebramos el Sacramento de la Reconciliación? Y PARA TI: Desde tu último encuentro personal con Jesucristo: ¿Has vuelto a PECAR? ¿Cómo vives la verdad del PECADO en tu vida? ¿Cómo haces vida todas las peticiones de Jesucristo que es el Camino y la VERDAD para tu existencia cristiana?
EVANGELIZAMOS:
Sin lugar a dudas, desde que asumimos que Jesucristo es quién ILUMINA nuestra existencia cristiana, convertimos nuestra VIDA en proceso constante y permanente hacia una Nueva EVANGELIZACIÓN: ¿Cómo vivir en la VERDAD de Jesucristo?
En primer lugar, la ESCUCHA consciente de sus palabras, que implica la madurez suficiente para comprender las consecuencias de sus PALABRAS; y la conversión que conlleva para nuestra vida cristiana: ¿Vivimos en un proceso permanente de Conversión en la VERDAD que nos revela el Hijo de DIOS?
En segundo lugar, pasar a la VIDA práctica, o sea, una vez asumido las PALABRAS de Jesucristo y sus consecuencias, HACERLAS VIDAS, en una VERDADERA restauración de nuestra Vida Cristiana y una auténtica Renovación de nuestra Fe en Jesucristo, que es el único Camino y la única VERDAD que nos importa en nuestra existencia humana: ¿Es así?
Y, por último, todo esto nos debe llevar a una gran VERDAD de nuestras existencias cristianas, ya que como cristianos DEBEMOS VIVIR en el ESTILO de Jesucristo, el Hijo de DIOS, por lo tanto, los demás DEBEN contemplar en nuestra FORMA de vida la VERDAD de Jesucristo, en nuestra manera de Vivir, es decir, DEMOSTRAR que en VERDAD somos VERDADERAMENTE personas Cristianas: ¿Lo SOMOS? Y PARA TI: ¿Lo eres? ¿Vives en la VERDAD que nos revela el Hijo de DIOS en los Santos Evangelios?
La lectura del texto me hace reflexionar que primero debemos conocernos a nosotros mismos, saber cual es nuestra realidad, nuestra verdad. El segundo paso, es hacer las palabras de Jesús en nuestras vidas. Y el tercer paso, no pecar mas. Dios sabe cual es nuestra debilidad, y sabe que podemos caer en tentación, pero quiere que tengamos dominio sobre nuestras emociones y que fortalezcamos nuestras debilidades, para no pecar mas. Ese es el camino que jesús quiere que sigamos, un camino a la santidad.
ResponderBorrar