La Vivencia de la Comunión en JESUCRISTO

 CONTEMPLAMOS:


Al iniciar esta nueva semana, celebramos la Festividad de la Comunión de Iglesias de Tradición Católica y Apostólica, conocida en su sigla CITCA, por ello, queremos contemplar el Sentido de la COMUNIÓN: ¿Qué nos une?

 

En la CITCA nos une el deseo de querer emprender juntos un CAMINO, que nos desafía a plantearnos la UNIDAD para la Iglesia de Jesucristo en la DIVERSIDAD de las  Organizaciones Eclesiales: ¿Cómo lograr este Objetivo?

 

Justamente para llevar a cabo esta Vivencia de la Comunión, y lograr este gran Objetivo, nos hemos planteado los siguientes desafíos como Comunión de Iglesias de Tradiciones Católica y Apostólica, que se encuentran enumerados en sus Estatutos, son los que señalamos a continuación:

 

·         Contribuir a la Unidad de la Iglesia de Jesucristo.

·         Velar y cuidar la Apostolicidad y la Catolicidad en la Comunión.

·         Fomentar el respeto a la pluralidad de organización, teologías, sacramentalidad y liturgias de las Iglesias Locales.

·         Favorecer el intercambio de experiencias tendientes al fortalecimiento de las Iglesias Miembro.

·         Garantizar el reconocimiento de las órdenes y ministerios establecidos por las Iglesias Miembro.

 

Esta Finalidad y Objetivos nos siguen planteando un DESAFÍO mayor, que es la UNIDAD de TODOS LOS CRISTIANOS; esto conlleva un arduo servicio ecuménico de todos y todas, y preguntarnos: ¿Cuándo LOGRAREMOS la UNIDAD de TODA la Iglesia de Jesucristo? Unidad que implica la tolerancia de la DIVERSIDAD, reconociendo que tenemos una CABEZA de la Iglesia que es Jesucristo, como lo describía el Apóstol Pablo: “Me refiero a que cada uno afirma: Yo soy de Pablo, yo de Apolo, yo de Cefas, yo de Cristo. ¿Acaso Cristo está dividido? ¿O es que Pablo fue crucificado por ustedes? ¿O será que ustedes fueron bautizados en el nombre de Pablo?” (1 Corintios 1, 12-13).

 

El Apóstol nos sigue recordando el SENTIDO de la UNIDAD en DIOS, en Jesucristo que murió por nuestra salvación, por ello, la Iglesia es de Jesucristo, ya que NO hemos sido bautizados en nombre de pastores, obispos, arzobispos, patriarcas o papas, sino en el nombre de DIOS, por lo tanto, nuestra UNIDAD se encuentra en la divinidad: ¿Cómo avanzaremos hacia la UNIDAD en la DIVERSIDAD que nos exige la vivencia cristiana que es COMUNIÓN de hermanos en Jesucristo, el Hijo de Dios?

 

 

DISCERNIMOS:

 

Teniendo en cuenta nuestra CONTEMPLACIÓN, en una mirada parcial sobre la Comunión de Iglesias, y teniendo en cuenta la Esperanza Cristiana de la UNIDAD de TODA la Iglesia de Jesucristo, vamos a discernir juntos nuestro Evangelio, para este día, en el comienzo de, como Iglesia Trinitaria, Apostólica y Ecuménica, nuestra Semana de ORACIÓN por la Unidad de los Cristianos, para ello, tomaremos algunos versículos del primer capítulo del Evangelista Juan: “Al día siguiente, estaba Juan otra vez allí con dos de sus discípulos y, mirando a Jesús que pasaba, dijo: Este es el Cordero de Dios”.

 

Nos situamos en el contexto Bautismal, es Juan que señala a Jesucristo como el Cordero de DIOS, cuando miramos y contemplamos a Jesucristo, vemos lo mismo, o tenemos diferencias de apreciación a Jesucristo que nos dividen, en realidad, nos quedamos en las forma y no en el fondo, NOS APARTAMOS por mirar de forma distinta al Hijo de DIOS, allí, algunos lo ven como Verdadero Dios, otros como un Hijo adoptado por Dios; por ejemplo: En el mundo evangélico hay separación, algunos creen en la Trinidad, es decir, ven al Hijo como Dios en igualdad con el Padre; y otros que son los unitarios expresan una dependencia de Dios Padre en relación a Jesucristo, aunque siguen sus mismas palabras y discursos; en este sentido, nos podemos preguntar ante las palabras de Juan: ¿Todos los Cristianos vemos en Jesucristo al Cordero de Dios que viene a quitar el Pecado del mundo?

 

En realidad, la UNIDAD se expresa en la comunión con el Hijo de DIOS, es lo que entendieron estos discípulos de Juan: “Los dos discípulos, al oírlo hablar así, siguieron a Jesús. Él se dio vuelta y, viendo que lo seguían, les preguntó: ¿Qué quieren? Ellos le respondieron: Rabbí –que traducido significa Maestro– ¿dónde vives?” Por lo tanto, la UNIDAD de los CRISTIANOS se trata de SEGUIRLO, si todos los cristianos, hemos comprendido que debemos seguir a Jesucristo: ¿Por qué no lo hacemos en una misma religión cristiana y en una misma Iglesia, la de Jesucristo?

 

En este punto, la idea que se nos agrega de Jesucristo es que los verdaderos miembros de su Iglesia lo llaman MAESTRO: ¿Es Jesucristo el único Maestro para todas las Iglesias Cristianas, ya sean de tradición apostólica o tradiciones protestantes? “Vengan y lo verán, les dijo. Fueron, vieron dónde vivía y se quedaron con él ese día. Era alrededor de las cuatro de la tarde”. Esto consiste en IR y VER al Maestro, para quedarse con Él, hecho que marca un antes y después para las personas que en verdad CREEN en Él; ya que, en primer lugar, escuchamos sus PALABRAS y después lo SEGUIMOS.

 

Es la experiencia de los primeros seguidores: “Uno de los dos que oyeron las palabras de Juan y siguieron a Jesús era Andrés, el hermano de Simón Pedro.” Uno de los pilares fundacionales de la Iglesia Ortodoxa, es Andrés, el primero en tener un encuentro con el Mesías, en este sentido, Andrés es quien le señala el camino a su hermano PEDRO, para muchos el primer PAPA de la Iglesia Católica Romana, aunque también fue Obispo en otras comunidades cristianas, antes de llegar a su martirio en ROMA, manifestamos estos detalles de Historia de la Iglesia de Jesucristo, porque a muchas personas estos temas los DIVIDEN, en vez de vivir en el UNIDAD del Mesías.

 

“Al primero que encontró fue a su propio hermano Simón, y le dijo: Hemos encontrado al Mesías, que traducido significa Cristo. Entonces lo llevó a donde estaba Jesús. Jesús lo miró y le dijo: Tú eres Simón, el hijo de Juan: tú te llamarás Cefas, que traducido significa Pedro”. Es aquí el cambio de nombre de Simón a Pedro, es Jesucristo quien al encontrarlo le da una nueva misión, la misma MISIÓN para Andrés y para Pedro, o sea, todos los cristianos, discípulos de Jesucristo, tenemos la misma misión, aunque participemos de la Iglesia Ortodoxa o Católica u otras denominaciones, entonces, nos preguntamos: ¿Por qué no realizamos MISIONES Ecuménicas en donde nos UNAMOS las distintas Iglesias en la misma Misión del Mesías, de Jesucristo, aceptando las diferencias de Tradiciones Apostólicas que se nutren del mismo Espíritu Santo?

 

 

EVANGELIZAMOS:

 

Esta UNIDAD anhelada por muchos creyentes de Jesucristo, es lo que debemos realizar, creemos que nuestra EVANGELIZACIÓN debe ir más allá de una SEMANA de Oración por la UNIDAD de los Cristianos; sino que debe acabar con las DIFERENCIAS ODIOSAS que hemos creado a lo largo de 2000 años del Cristianismo.

 

Recordemos que la primera SEDE del Cristianismo fue en Jerusalén, allí vivieron más de diez años todos los primeros Apóstoles y la comunidad de ancianos que dirigían a la Iglesia de Jesucristo, en la que eran TODOS DISCÍPULOS, ellos realizaron un CONCILIO para dar a CONOCER que los seguidores de Jesucristo, ya sean, gentiles o judíos, participan de una misma GRACIA DIVINA derramada por la FE en el Hijo de DIOS, era lo único necesario TENER FE en Jesucristo.

 

Ahora bien, si en la actualidad, evangélicos o católicos, católicos o luteranos, anglicanos u ortodoxos, protestantes u otras denominaciones eclesiales, todas ellas creemos en Jesucristo, es porque TODOS somos parte de la misma Iglesia de Jesucristo, ninguna mejor o peor, sino que TODOS miembros de un mismo CUERPO, con diversas funciones y servicios, aunque la misma Iglesia, la que cree en el Hijo de Dios, y quiere hacer su HACER su VOLUNTAD: ¿Queremos hacer esta última voluntad de Jesucristo, como lo describe uno de los cuatro evangelistas, manifestado en su Testamento Espiritual con sus palabras en la Última Cena?

 

 

“Así como tú me enviaste al mundo, yo también los envío al mundo. Por ellos me consagro, para que también ellos sean consagrados en la verdad. No ruego solamente por ellos, sino también por los que, gracias a su palabra, creerán en mí. Que todos sean uno: como tú, Padre, estás en mí y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste” (Juan 17, 18-21). 

 

En conclusión, la misión de los seguidores de Jesucristo es la misma misión que recibió el Hijo de Dios Padre; ya que somos enviados en su NOMBRE, no en nombre del Papa, ni de Obispos, ni de presbíteros, ni de patriarcas, ni de pastores, sino en NOMBRE de Jesucristo, para que por medio de la PALABRA; NO en nuestras palabras, sino en y por las PALABRAS del MAESTRO, que nos sigue recordando que TODOS los cristianos debemos SER UNO, a ejemplo del mismo DIOS, por ello, nos seguimos preguntando: ¿Qué hacemos a diario por lograr la UNIDAD de TODAS y TODOS los Cristianos?

 

En verdad, cumplimos con la petición del MAESTRO de SER UNO. Y PARA TI: ¿Cómo sirves en la UNIDAD de la Iglesia de Jesucristo?

 

 

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