¿PERTENECEMOS A JESUCRISTO?
CONTEMPLAMOS:
Nuestra
pregunta cómo cada domingo está motivada por el Evangelio Dominical del
Leccionario perteneciente a la ITAE; hoy nos encontramos con un dialogo entre
Jesucristo y sus discípulos; mismo diálogo que podría tener hoy en día con los
fieles de una comunidad cristiana, y de manera personal, nos podemos preguntar:
¿Cómo es nuestro dialogo a diario con Jesucristo?
El dialogo para muchas personas con Jesucristo
es fraterno, y en la actualidad, podemos afirmar que es su oración diaria,
siempre a la luz de los Santos Evangelios, nos logramos mirar y contemplar para
el tiempo presente: ¿Cómo vivimos los cristianos el BUEN MENSAJE de Jesucristo?
¿Cómo lo vive cada uno de nosotros?
Esto ya es el inicio de una oración sincera que
siempre debería culminar con la recta intención de hacer vida la voluntad
divina, es decir, ENCARNAR en nuestras vidas las enseñanzas de Jesucristo; esta
forma y estilo de vida demostraría que PERTENEMOS a Jesucristo. Y TÚ, en este
sentido: ¿Perteneces a Jesucristo?
DISCERNIMOS:
Desde esta
pertenencia, nos podemos cuestionar cada día: ¿Cómo ser mejores cristianos?
¿Cómo ser más fieles a las Palabras de Jesucristo? Recordemos que para la
mayoría de los creyentes en Jesucristo este es el punto de partida de su fe
cristiana, las palabras de Jesucristo contenida en los Evangelios, con esta
mirada queremos invitarlos a discernir este primer día de la semana, el
Evangelio de Marcos en su capítulo 9, sabiendo que podemos
utilizar diversas traducciones, nosotros usamos la versión de la Biblia del
Pueblo de Dios: “Llegaron a Cafarnaúm y, una vez que estuvieron en la casa, les
preguntó: ¿De qué hablaban en el camino?” (v. 33).
Los discípulos se reunieron en una casa, para
descansar, bañarse y comer; lo mismo que hacemos muchos después de un largo
viaje, en ese mismo contexto, es Jesucristo quien toma la iniciativa y les
pregunta: ¿De qué hablaban en el camino? Es como si hoy nos preguntará: ¿De qué
hablan en sus familias? ¿Qué hablan con sus vecinos? ¿Qué conversaciones tienen
entre sus amistades? Al parecer, no era una simple conversación, ni un dialogo
tan fraterno, el que habían tenido los discípulos, sino más bien un alegato,
una discordia: “Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién
era el más grande” (v. 34).
En realidad, estuvieron debatiendo sobre el
poder entre ellos: ¿Quién era el más importante entre ellos? Ciertamente una discusión
sobre: ¿Cuál de los apóstoles era el más grande? Esto no se refiere a la EDAD,
sino al PODER. Hoy en día: ¿Por qué temas discutimos con los demás?
Muchos discutimos sobre religión, política o fútbol;
otros por tema de celos con sus parejas; otros por los quehaceres del hogar con
sus hijos o hermanos; y así una infinidad de temas que podemos enumerar, en
nuestro evangelio, vemos que los discípulos más bien guardan silencio, quizás
por vergüenza o pena, sabiendo que no es la propuesta de Jesucristo, ya que no
viene a instaurar el Reino de Dios con una mirada de poder; sino una mirada
distinta y diversa a la que estamos acostumbrados los seres humanos, entonces:
¿Cuál es la mirada de Jesucristo y qué debe primar entre los cristianos, los
seguidores de todos los tiempos?
Estas preguntas NO las responderemos nosotros,
sino que dejaremos que nuestro Maestro, Jesucristo nos hable y nos enseñe al
respecto: “Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: El que quiere ser
el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos” (v. 35). Es
como si llamará a todos los pastores del mundo, y les dijera para ser el
primero de todos, deben SER los últimos, y SER SERVIDORES DE TODOS; es decir,
no debe haber PAPA, ni PATRIARCAS, ni ARZOBISPOS, ni OBISPOS PRIMADOS, ni DECANOS, y así podemos enumerar miles de
formas que hemos creado para manifestar grados y jerarquía en nuestras Iglesias
Cristianas, Católicas y Apostólicas, aunque aquí nos dice claramente y a sus
APÓSTOLES: los DOCE; que la vida cristiana entre ellos, entre los pastores, se
trata solamente del SERVICIO a los demás y no del “PODER”: ¿Cómo es entre
nosotros, en nuestras comunidades cristianas?
Nos atrevemos a señalar y afirmar que aunque
llevamos casi dos mil años del anuncio de Jesucristo y del cristianismo;
todavía no hemos logrado entender el auténtico mensaje de Jesucristo, por ello,
se hace necesario releer una y otra vez, los Santos Evangelios, quizás siempre
ha pasado, desde el principio, por esta razón, Jesucristo vuelve a explicarles
a sus Apóstoles con otro ejemplo: “Después, tomando a un niño, lo puso en medio
de ellos y, abrazándolo, les dijo: El que recibe a uno de estos pequeños en mi
Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a
aquel que me ha enviado” (vv. 36-37).
Con este ejemplo concreto, nos muestra el
sentido de ser ÚLTIMO, los que no eran considerados en ese tiempo, los que no
contaban; los que no valían para la sociedad: LOS NIÑOS, de esa casa en la que
descansaban, se encontraban seguramente algunos niños; Él elige y toma uno para
ubicarlo en el medio de todos; además manifiesta su cariño con los niños: Lo
abraza; y termina explicando que significa aceptar a un niño, a una persona no
considerada en la sociedad, es como recibirlo y acogerlo a ÉL: ¿Cómo acogemos
en la actualidad?
Por lo tanto, se trata de SER SERVIDORES en la
ACOGIDA, mirando a los NIÑOS, que no hacen ACEPCIÓN de PERSONAS, sino que
reciben a todas y todos; somos los adultos que les enseñamos a discriminar,
ellos más bien reciben en la igualdad, juegan entre todos; es así como
realmente somos parte de Jesucristo, miembros del Reino de Dios; cada creyente:
¿Lo es realmente?
El texto además nos muestra que los Apóstoles
que no fueron capaces de entender, a pesar de estar viviendo con Jesucristo:
¿Qué más será para nosotros dos mil años después? Por ello, nos seguimos
preguntando y cuestionando al respecto: ¿Cómo lograremos entender nosotros en
la actualidad? Realizamos este cuestionamiento a la luz del mismo Evangelio, ante
las palabras de uno sus discípulos: “Juan le dijo: Maestro, hemos visto a uno
que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de
los nuestros” (v 38). Esto deja de
manifiesta que algunos de ellos, quizás los DOCE, siguen pensando en el
“PODER”, que por estar con Jesucristo son los que mandan más, que tienen más
PODER que otras personas, o sea, que tienen un PODER DIVINO que es exclusivo de
un grupo: Los seguidores de Jesucristo.
Al parecer, esto sigue sucediendo en la actualidad,
como cuando en algunas ocasiones los Evangélicos dicen que ellos son los únicos
SALVADOS; o como creen los mormones que son los únicos SANTOS de los últimos
días; o como afirman algunos Sacerdotes Católicos que creen que son los únicos
que pueden ejercer los ministerios sagrados o el sacerdocio. En verdad; NO es
como creen estos grupos, el seguimiento de Jesucristo, es distinto, entonces,
nos seguimos preguntando: ¿Cómo debe ser entre los cristianos?
Veamos nuevamente la respuesta de Jesucristo y el
sentido de sus palabras: “Pero Jesús les dijo: No se lo impidan, porque nadie
puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está
contra nosotros, está con nosotros” (vv. 39-40). Se trata de ver más allá de
los gestos, descubrir que todas y todos estamos con Dios, si hacemos el BIEN,
que se refleja en alejar el MAL de la vida de los demás: ¿Cómo expulsar el mal
de los demás?
Cuando en la actualidad faltan viviendas, buena
salud, educación de calidad, adecuada alimentación o una pensión digna;
seguramente muchos creen y esperan que todo lo solucione el ESTADO, otros
cooperan y son solidarios entre sí, regalando y dando al MÁS NECESITADO, es
allí cuando surge el MILAGRO, los milagros están y existen a diario, y es
expresado o manifestado tanto por CREYENTES y NO creyentes; dejemos que
sucedan, y seamos capaces de CONTEMPLAR y DISCERNIR con la mirada de
Jesucristo, esto es ser parte de Él, y los cristianos tenemos el DEBER de
reflejarlo en nuestras vidas, con nuestras palabras y obras: ¿Mostramos que
estamos con Jesucristo?
En este sentido, les invitamos a dar un último
paso, ya que creemos que no se trata de una recompensa, sino de una FORMA de
Vida, que es vivir como auténtico CRISTIANO: “Les aseguro que no quedará sin
recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes
pertenecen a Cristo” (v. 41). En esto, consiste en PERTENECER a Jesucristo, los
apóstoles pertenecen a Jesucristo por medio de su SERVICIO a los demás. Y TÚ:
¿Cómo manifiestas la pertenencia a Jesucristo?
EVANGELIZAMOS:
Con este discernimiento queda claro que nuestra
Evangelización, se inicia con nuestra voluntad de querer PERTENECER a
Jesucristo, no tan solamente en la intención, sino en VIVIRLO cada día en
Palabras y Obras, a ejemplo del Hijo de Dios, que vivió hace dos mil años entre
nosotros, en medio de la humanidad, está es tu tarea actual, como cristiano
PERTENECER a Jesucristo, manifestado en el SERVICIO al prójimo. Y TÚ: ¿Cómo lo
realizas?
Esto no se trata de ser cura o monja, es decir,
no todos las personas pueden ejercer una vida consagrada en un Ministerio
Eclesial, aunque si todas y todos podemos manifestar nuestra vida cristiana, esta
es nuestra vida consagrada; que se manifiesta en el servicio a los demás,
especialmente con los más necesitados, desvalidos y excluidos de nuestra sociedad;
es desde tu casa, desde tu lugar o trabajo, desde donde estés, en este momento,
que puedes SER un VERDADERO CRISTIANO. Y PARA TI: ¿Lo has sido y lo serás?
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