JESUCRISTO NOS CONVOCA PARA SER SUS PESCADORES
CONTEMPLAMOS:
Ciertamente iniciar una contemplación con la
mirada puesta en la convocación de Jesucristo, para muchos surge inmediatamente
una respuesta que les lleva a afirmar que el Hijo de Dios CONVOCA una Iglesia,
recordemos que ese término se utiliza solamente tres veces en los Santos
Evangelios, y que el Hijo de Dios, llamado a sí mismo, viene para otras
misiones como Hijo del hombre, y no necesariamente para CONVOCAR una Iglesia,
al parecer, la tarea de Jesucristo es muy distinta a lo que nosotros creemos
hoy en día; para volver al fundamento cristiano se hace indispensable volver a
los Santos Evangelios, y LEER detenidamente que es lo que realmente nos quiso
comunicar Jesucristo, debemos señalar y afirmar que es una TAREA muy difícil
aunque no imposible, ya que creemos que junto a la iluminación divina, por medio de la
asistencia del Espíritu Santo todo es POSIBLE. Y PARA TI: ¿Para qué nos llama
Jesucristo?
Recordemos lo que escribe el Evangelista Lucas,
desde las palabras del Maestro: «Hoy ha llegado la salvación a esta casa, ya
que también este hombres es un hijo de Abraham, porque el Hijo del hombre vino
a buscar y a salvar lo que estaba perdido» (Lucas 19, 9-10). Es decir, si llega
la salvación de Jesucristo a nuestras vidas, sin importar la forma, es que
hemos sido salvados y encontrados por su AMOR, por Él mismo Dios que viene a
salvar lo que se encontraba PERDIDO; con ello, podemos afirmar que debemos
estar PERDIDOS para ser encontrados; o sea, debemos afirmar que Jesucristo
LLAMA a los que están PERDIDOS; en primer lugar, los PERDIDOS son los
convocados por Jesucristo; obviamente puede surgir la siguiente pregunta: ¿De
qué estamos perdidos?
En el sentido de la relación con Dios, de la
lejanía que tenemos con el verdadero Dios que nos revela su propio Hijo,
Jesucristo cuando estuvo entre nosotros, ya que el mismo viene a SANARNOS de
todas nuestras dolencias y aflicciones, como lo señalan los mismos evangelios:
«No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no
he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores» (Marcos 2, 17). Con este
texto, se nos ilumina el llamado de Jesucristo, ya que viene a LLAMAR a los
pecadores, estos son los perdidos, se han extraviado en el buen camino de la
humanidad, y se han ido deshumanizado en las situaciones de PECADO que nos
presenta la vida y en el entorno en que vivimos, hemos sucumbido a la tentación
de los pecados y con ello, hemos extraviado nuestros caminos hacia el Reino de
Dios, por esta razón, viene Jesucristo para mostrarnos el camino al Reino de su
Padre, realizando esto por medio de su predicación y de su ETERNO LLAMADO a
nosotros que somos pecadores. Y TÚ: ¿Eres justo o PECADOR?
DISCERNIMOS:
Desde nuestra contemplación como pecadores,
podemos discernir sobre nuestro Señor, Jesucristo; aquel que viene a LLAMARNOS
a cada uno de nosotros, sin duda, esto debe ser para nosotros motivo de alegría
y dicha, por esta razón, la predicación de Jesucristo se convierte en un “Buen
Mensaje”, o sea, una “Buena Noticia” para nosotros, ya que aunque somos
PECADORES hemos sido LLAMADOS por Dios en su Hijo, Jesucristo; les invitamos a
leer el primer capítulo del Evangelio de Marcos, texto que tomaremos nosotros
para nuestro discernimiento dominical: “Después que Juan fue arrestado, Jesús
se dirigió a Galilea. Allí proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo” (v.
14).
Desde el inicio vemos el centro de la
predicación y proclamación de Jesucristo, recordando que para aquellos que les
gusta hablar de que Jesucristo fundo una Iglesia, toda la proclamación de
Jesucristo se inició en la región de GALILEA, por lo tanto, es lógico, si vamos
a hablar de una fundación de la Iglesia de Jesucristo esto se realizó en ese
lugar, con el siguiente anuncio: «El tiempo se ha cumplido: el Reino de Dios
está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia» (v. 15).
Con esto, ya nos queda claro que la primera
palabra de predicación del Mesías y Salvador, y su intención era anunciar sobre
el REINO de DIOS, invitándonos a la CONVERSIÓN; en la línea de lo que
contemplamos, se trata de la CONVERSIÓN de los PECADORES, para que esto sea
posible en nuestras vidas se necesita CREER en el BUEN MENSAJE de Jesucristo: Y
TÚ: ¿Crees y te has convertido de todos tus pecados?
Es la eterna invitación de Jesucristo que se
inicia a orillas del Mar de Galilea: “Mientras iba por la orilla del mar de
Galilea, vio a Simón y a su hermano Andrés, que echaban las redes en el agua,
porque eran pescadores” (v. 16). Jesucristo se encuentra con dos pescadores,
Andrés y Simón, dos hermanos, que según este Evangelio de Marcos, son los
primeros LLAMADOS por Jesucristo: ¿Para qué son llamados? Y nosotros: ¿Para qué
hemos sido llamados por la Santísima Trinidad?
Veamos que dice nuestro Maestro: “Jesús les
dijo: Síganme, y yo los haré pescadores de hombres” (v. 17). Es decir,
Jesucristo llama para que seamos sus SEGUIDORES: ¿Qué clase de seguidores de
Jesucristo somos? Algunos responderán de su vereda eclesial, soy católico, soy
evangélico, soy luterano, soy anglicano, soy Vetero católico, soy católico
independiente; soy cristiano, católico y apostólico; por nombrar algunas;
aunque la importancia radica más bien en SER SEGUIDOR de Jesucristo. Y TÚ: ¿Lo
eres?
Ahora bien, esto se encuentra unido al ¿Para
qué?; en lo que señala Jesucristo, es para SER PESCADORES de seres humanos:
¿Cuántos seres humanos hemos PESCADO para Jesucristo y su Reino? Con ello,
queremos insistir que se trata de llevar personas al encuentro con Dios y su
reino; no necesariamente a templos, capillas, parroquias o comunidades
religiosas, sino que sean llevadas al encuentro con Dios Trinidad: ¿Cuál es
nuestra disposición para seguir a Jesucristo que nos invita a ser pescadores?
Veamos la disposición de estos dos hermanos:
“Inmediatamente, ellos dejaron sus redes y lo siguieron” (v. 18). Fue de
inmediato su seguimiento a pesar de sus pecados, como lo señala el mismo Pedro:
“Al ver esto, Simón Pedro se echó a los pies de Jesús y le dijo: Aléjate de mí,
Señor, porque soy un pecador. El temor se había apoderado de él y de los que lo
acompañaban” (Lucas 5, 8- 9).
Aunque tengamos MIEDO y se apodere el TEMOR de
nosotros, hemos sido LLAMADOS para seguir a Jesucristo, de la misma manera que
llamo a sus primeros discípulos: “Y avanzando un poco, vio a Santiago, hijo de
Zebedeo, y a su hermano Juan, que estaban también en su barca arreglando las
redes. En seguida los llamó, y con ellos, dejando en la barca a su padre
Zebedeo con los jornaleros, lo siguieron” (vv. 19- 20). Otros dos hombres,
Santiago y Juan, que han sido llamados por Jesucristo, de la misma manera, hoy
nos sigue llamando: ¿Cómo responderemos al llamado de Jesucristo para ser sus
PESCADORES? Y TÚ: ¿Qué harás?
EVANGELIZAMOS:
Justamente a la luz de Jesucristo, de su llamado
nace nuestra auténtica EVAGELIZACIÓN, ya que EVANGELIZAR no es hacer y crear
nuestros propios proyectos, sino los PROYECTOS de Dios, porque la verdadera
evangelización es la que nace y brota de los Santos EVANGELIOS; del mismo
EVANGELIO de Jesucristo; de su “BUEN MENSAJE” proclamado y vivido en su persona,
con su vida y sus obras. Y nosotros: ¿Qué clase de evangelización realizamos a
diario?
Ciertamente debe SER una Evangelización que
brota de las palabras y enseñanzas del Maestro, de nuestro Señor Jesucristo,
que hoy nos LLAMA a ser PESCADORES de seres humanos: ¿Lo hacemos? Es decir, en
el día a día buscamos personas perdidas, enfermas, desvalidas, afligidas,
pecadores para Jesucristo, es nuestra única meta de vida: “LLEVAR MÁS PERSONAS
al encuentro con Jesucristo”. Y PARA TI: ¿Verdaderamente SIGUES a JESUCRISTO?
¿ERES un buen pescador de personas para Dios Trinidad?
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