JESUCRISTO ES LA VIDA
CONTEMPLAMOS:
En este domingo,
último domingo cuaresmal, queremos terminar de ver la imagen de Jesucristo: «Yo
soy el Camino, la Verdad y la Vida» (Juan 14, 6); las semanas pasadas hemos
contemplado el Camino para el paralítico y la Verdad para los Judíos, en este primer
día de la semana, nos adentraremos en la VIDA, para muchos creyentes en el
mundo: Dios es el centro de sus vidas, para otros tantos es el único sentido de
sus vidas; y para los cristianos: ¿Qué significa que Jesucristo sea la VIDA?
Los que intentan
tener una Vida Cristo-céntrica, Jesucristo lo es TODO, aunque para muchos de
estos, lamentablemente sea solo de Palabra y no de testimonio real en sus
vidas; para muchos más es una afirmación fundamental decir que Jesucristo es
nuestra fuente, Él que alimenta nuestras VIDAS; algunos menos dirán que
Jesucristo es el origen y final de toda la VIDA HUMANA; más allá de nuestra
percepción personal, hoy queremos contemplar el valor de la VIDA, muchos para
valorar algunas situaciones o personas deben estar en la necesidad, ya que
cuando no los tenemos es en dónde más valoramos a esa persona o eso que nos
falta; con la VIDA es complejo, aunque varios puedan afirmar que han vuelto a
la VIDA, no es menos cierto que valoramos más la VIDA cuando hemos
experimentado estar muy cerca de la muerte, sobre todo en carne propia, esa
sensación cuando te falta el AIRE, esa sensación de ahogo en el MAR o en el
Río, ese accidente que nos dejó inconsciente. Y TÚ: ¿Qué experiencia de vida
destacaríamos como momento crucial de valoración de nuestra propia existencia
humana?
Para muchos, esa
valoración y estima de la VIDA, viene de la MUERTE de un ser querido, claro que
mayoría se queda solamente en el Lamento y el DOLOR de la pérdida, no en el
VALOR de la propia VIDA; pensar que tarde o temprano vamos a MORIR y comenzar a
vivir de manera diferente, una VIDA renovada en miras de una vivencia digna y
plena: ¿Qué significado tiene para nosotros estar con VIDA?
Dependiendo del
significado que le damos, viviremos de tal o cual forma; nuestra forma de VER
las cosas es lo que nos lleva la mayoría de veces a actuar de una forma u otra;
muchas personas en la actualidad NO VIVEN para sí, sino que viven para los
demás, algunos para sus parejas, otros para sus hijos o sus padres; ciertamente
la mayoría de Madres viven para sus hijos, todo gira en torno a ellos, sus
decisiones son pensando en ellos, esta situación, tal vez, está bien para los
no creyentes, aunque para los creyentes y cristianos nuestras decisiones deben
estar en miras de DIOS, Él que nos ha dado la VIDA; y como muchos afirman: Él
que tarde o temprano hará que nuestra vida terrena termine y se inicie un
tránsito a la VIDA ETERNA: ¿Creemos realmente en la existencia de la VIDA
ETERNA?
DISCERNIMOS:
Desde nuestra FE
Cristiana, queremos discernir sobre un hecho de Jesucristo, y con ello,
buscamos reafirmar que Jesucristo es la VIDA, un acontecimiento que se produjo
mientras Jesucristo vivió entre nosotros, los seres humanos: “En seguida, Jesús
se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una
gran multitud” (Lucas 7, 11). Tomaremos el capítulo 7 de San Lucas, mirando lo
que sucedió a la entrada de la ciudad de Naím, como casi siempre Jesucristo era
seguido por una multitud de personas, y cuando se acercaban a la Ciudad, se
encuentran con una persona fallecida: “Justamente cuando se acercaba a la
puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de una mujer viuda, y
mucha gente del lugar la acompañaba” (v. 12). Era la MUERTE de un joven, un
hijo de madre viuda, además de su Hijo único: ¿Qué siente una madre ante la
muerte de su única hija o hijo? ¿Qué sentimos nosotros ante el Misterio de la
MUERTE?
Generalmente en los
velorios y en los funerales hay personas que lloran como expresión de su dolor,
lo mismo sucedía con esta mujer viuda; quizás motivada por la desesperación:
¿Qué podía hacer una mujer viuda sin hijos? En ese tiempo, nada más que ser
sirvienta de alguna otra familia o dedicarse a la prostitución; a veces, en la
vida, no tenemos muchas opciones, creemos ser LIBRES, aunque no tenemos esa
LIBERTAD para decidir algunas cosas, la mayoría de veces solo debemos
adecuarnos a las situaciones que nos presenta la VIDA, esa es una verdadera
VIDA, para muchos eso NO es VIVIR; retomando la situación del dolor y el
llanto, vemos el proceder de Jesucristo: “Al verla, el Señor se conmovió y le
dijo: No llores” (v. 13). Creemos que Jesucristo siempre ve más allá, ve y
analiza más allá de lo que nosotros podemos ver a simple vista, ante todo lo
que vio se acerca lleno de compasión con la mujer viuda y le pide NO LLORAR; y
nosotros: ¿Qué situaciones de la vida nos hacen llorar?
Algunos afirman que
llorar purifica y limpia el ALMA; en este caso, Jesucristo pide que deje de
LLORAR ya que hará un milagro que provoque el fin de su DOLOR: ¿Cómo puede
hacer esto Jesucristo? Cuando muchos afirman que todo tiene solución, menos la
MUERTE, entonces: ¿Cómo calmar el dolor de la Muerte de un hijo?
Porque Jesucristo, es
el SEÑOR de la VIDA, nos muestra un anticipo de su PODER ante la VIDA: “Después
se acercó y tocó el féretro. Los que los llevaban se detuvieron y Jesús dijo:
Joven, yo te lo ordeno, levántate” (v. 14). Una orden, una frase, para realizar
el MILAGRO de la VIDA, no se trata de un recién nacido, sino de VOLVER a la
VIDA a quién la había PERDIDO. “El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y
Jesús se lo entregó a su madre” (v. 15). Si, el que había muerto ha vuelto a la
VIDA, es Jesucristo quien nos regala ese don de la VIDA, de renacer, de
resucitar a la una VIDA nueva, y nosotros: ¿En qué momento de nuestra
existencia hemos vuelto a la VIDA? Si creemos que el Bautismo nos regala una
Nueva Vida: ¿Cómo vivimos nuestro volver a la VIDA espiritualmente?
Ciertamente la
experiencia de Jesucristo, va iluminando la vida de las personas: “Todos
quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo: Un gran profeta ha
aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo” (v. 16). Muchos
para alabar a Dios por su inmenso PODER, por visitarnos con su presencia
salvadora, en este caso, RESUCITADORA, ante este gran acontecimiento, no nos
queda más que propagar las maravillas de Dios: “El rumor de lo que Jesús
acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina” (v.
17). Y TÚ: ¿Hasta dónde llevas el Buen Mensaje de Jesucristo, el Señor de la
Vida?
EVANGELIZAMOS:
Hasta dónde lleguemos
es parte de nuestro proceso de Evangelización, en este día, el primer día de la
semana, una evangelización que nos impulsa a VIVIR una vida nueva en la persona
de Jesucristo, ya que al contemplarlo y al discernir sobre su VIDA, descubrimos
el verdadero sentido de nuestro seguimiento cristiano, la auténtica manera de
vivir nuestra FE Cristiana: ¿Dónde y Cómo hacemos VIDA estas realidades?
Dos preguntas que
siempre nos acompañarán en la VIDA: ¿Dónde y Cómo? Más para aquellos que
queremos EVANGELIZAR, en el nombre de Dios Trinidad, en preguntas que se nos
responden desde las mismas personas de la Santísima TRINIDAD; por un lado, el
Espíritu Santo que nos guía, y por otro, Jesucristo que se manifiesta en
nuestras vidas para mostrarnos cómo vivir: ¿Estamos dispuestos a vivir como
Dios Hijo y Dios Espíritu Santo?
Esta disposición
puede SER, una NUEVA VIDA; un nuevo comienzo, una VIDA en el camino de la
verdad de Dios TRINIDAD. Y PARA TI: ¿Quieres vivir de esta manera tu existencia
terrena?
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