LA INTERCESIÓN DE MARÍA, MADRE DE JESUCRISTO
CONTEMPLAMOS:
Al releer los Santos Evangelios, como lo intentamos
cada domingo, debemos reconocer la importancia de algunas personas en la Vida
de Jesucristo, es por ello, que hoy queremos destacar la figura de su Madre:
María; desde la importancia que tiene en la obra divina de Jesucristo, al ser
la intercesora en su primer milagro, según la versión del Evangelista Juan, en
las bodas de Caná, como lo veremos en el capítulo 2, aunque antes de entrar al
discernimiento, deseamos invitarlos a CONTEMPLAR, en primer término, la IMAGEN
de nuestras Madres: ¿Qué rol juega en nuestras vidas una Madre? ¿Qué
importancia tiene en tu existencia humana tu propia madre?
Justamente desde nuestra experiencia personal
con nuestras madres, queremos contemplar la figura y la imagen de María,
aquella que fue joven al dar a luz al Salvador, ella misma, que acompaño a su
hijo: Jesucristo hasta la CRUZ, ella que sufrió el Calvario de CONTEMPLAR la
muerte de su HIJO primogénito; desde esta entrega humana, queremos contemplar
el sentido de la maternidad; o sea, mirar la otra parte: ¿Qué siente una Madre
por sus hijos? ¿Qué está dispuesta a realizar una Madre por el bien de sus
hijos? ¿Qué significa para una mujer el rol de ser madre?
Ahora bien, aquí muchos dan un paso, en el
sentido humano, así como muchos sienten tener más que una madre, ya que en
algunas ocasiones otras personas han cumplido el rol de madres: una madre
adoptiva; una abuela, una tía, una hermana mayor que cumplieron esa función
para nosotros; o una persona que nos acogió en su casa como un hijo o hija más
de entre los suyos; si algunos hemos tenido esta experiencia humana, nos
preguntamos: ¿Por qué no tener esta experiencia en el sentido espiritual?
Es aquí en donde millones de cristianos, han
dado este paso espiritual, y por esta razón, creen que la Madre del Salvador,
es su MADRE, esto sucede en concordancia con las Sagradas Escrituras, en las
palabras manifestadas por Jesucristo desde el sacrificio de la CRUZ: “Al ver a
la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: Mujer,
aquí tienes a tu hijo. Luego dijo al discípulo: Aquí tienes a tu madre. Y desde
aquel momento, el discípulo la recibió en su casa” (Juan 19, 26-27).
De la misma manera, millones de discípulos de
Jesucristo han acogido en sus casas a María, como si fuera su propia Madre, le
tienen un espacio en sus hogares con imágenes o altares dedicados a ella, con
diversas advocaciones según las creencias de cada pueblo o cultura, para
agradecer el servicio y la entrega de su HIJO; servicio por ser la ESCLAVA del
Señor, aquella que dijo y afirmo: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla
en mí lo que has dicho» (Lucas 1, 38). Y nosotros, a ejemplo de María: ¿Qué
clase de servidores somos?
DISCERNIMOS:
Al discernir sobre la vida del Hijo de Dios,
queremos adentrarnos en nuestro SER discípulos del único y gran Maestro:
Jesucristo, desde sus hechos contemplar nuestra existencia humana y así
discernir logrando renovar nuestras vidas para que cada día seamos mejores
personas y auténticos cristianos. Con esta intención de fondo, iremos analizando
nuestro evangelio dominical: “Tres días después se celebraron unas bodas en
Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado
con sus discípulos” (vv. 1-2). Este es el contexto, se nos sitúa en Caná de
Galilea en las celebraciones de un Matrimonio, algo muy parecido a cuando nos
invitan a una celebración de algún conocido o pariente, es muy probable, que
esas personas hayan sido familiares de María y Jesús, por ello, la invitación,
además de una invitación a Jesucristo junto con sus discípulos, los judíos
acostumbraban a celebrar bodas por varios días: ¿Cómo celebramos en la
actualidad los matrimonios? ¿Qué tradiciones tenemos, tanto familiares como
culturales? ¿Por qué razón se celebran los matrimonios?
Estas preguntas tienen el sentido de ayudarnos a
adentrarnos en el contexto del evangelio, ir recordando nuestras propias
celebraciones, pensemos que en este tipo de grandes celebraciones siempre
dejamos personas encargadas de una cosa u otra, para que todo salga según lo
preparado; es así, como la madre de Jesucristo se da cuenta, con el paso de la
fiesta que falta algo: “Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: No
tienen vino” (v. 3). Con esto, se inicia un dialogo breve entre Jesucristo y su
madre, María: “Jesús le respondió: Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi
hora no ha llegado todavía” (v 4). Aunque le responde con una pregunta, y
señalando que su Hora de MANIFESTARSE NO ha llegado todavía; quizás como muchas
madres, que no escuchan mucho a sus hijos, solamente ordenan lo que se debe
hacer, sin preguntar; y en nuestras vidas: ¿Cómo es la relación con nuestras
madres?
Más allá de la relación, lo que nos interesa
como centro del tema de hoy es la siguiente frase de María: “Pero su madre dijo
a los sirvientes: Hagan todo lo que él les diga” (v. 5). Es la invitación a los
sirvientes, que nos debe llamar la atención, en el sentido espiritual, es una
frase importante, más para los que creen tener a María como MADRE, y le hacen
altares en sus casas, y llevan sus habitaciones de cuadros con distintas
advocaciones de la Virgen María; a nosotros: ¿Cumplimos lo que dice María?
¿Somos sirvientes obedientes de su Hijo Jesucristo?
Desde la intercesión de María, en este
matrimonio, nace la intercesión por todo el pueblo de su Hijo: Jesucristo; y
desde estas intercesiones nace nuestro desafío cristiano, como creyentes en
Jesucristo y María, su MADRE, que es HACER TODO lo que nos dice JESUCRISTO:
¿Hemos realizado TODO lo que nos ha manifestado Jesucristo? ¿Hemos cumplido TODO
lo que nos dicen los Santos Evangelios como PALABRA de Jesucristo?
Ciertamente la tarea, no es como la que se nos
presenta hoy: “Había allí seis tinajas de piedra destinadas a los ritos de
purificación de los judíos, que contenían unos cien litros cada una. Jesús dijo
a los sirvientes: «Llenen de agua estas tinajas». Y las llenaron hasta el
borde. Saquen ahora, agregó Jesús, y lleven al encargado del banquete. Así lo
hicieron” (vv. 6-8). Ya que se nos manifiesta que llenaron unas tinajas con
agua, sacaron de esas tinajas y la llevaron al encargado del banquete; al
parecer, tareas sencillas, aunque con sinceridad, NO IMPORTA; lo sencillo de
las tareas y misiones, sino el CUMPLIMIENTO de todo lo que nos pide JESUCRISTO;
ser SERVIDOR desde pequeños detalles, incluso en pequeñas cosas que ni la
mayoría se da cuenta ni toman en consideración; como por ejemplo: poner la mesa
antes de comer; saludar y despedirse al entrar en un lugar; lavar o secar los
platos; barrer la casa, pequeños servicios del día a día que nos ayudan a todos
para tener un mejor VIVIR, desde esos detalles, que nos hacen mejores personas,
a la vez, seremos auténticos cristianos; algunos nos preguntarán. ¿Por qué
creen esto? Y lo creemos porque así se manifiesta el amor y el respeto en los pequeños
detalles de la vida, aunque el OTRO no lo valore; lo importante eres TÚ, tu
testimonio de SERVICIO. Y nosotros: ¿Cómo servimos a nuestros seres queridos?
Tarde o temprano, otros valorarán el servicio,
como lo hizo el ENCARGADO del banquete: “El encargado probó el agua cambiada en
vino y como ignoraba su origen, aunque lo sabían los sirvientes que habían
sacado el agua, llamó al esposo y les dijo: Siempre se sirve primero el buen
vino y cuando todos han bebido bien, se trae el de inferior calidad. Tú, en
cambio, has guardado el buen vino hasta este momento” (vv. 9-10). Este
encargado valora el BUEN VINO, y al parecer, ya se acercaba el final de la
FIESTA; él manifiesta al ESPOSO el gran DETALLE de la obra de Jesucristo, que
surgió de la CONTEMPLACIÓN e INTERCESIÓN de María, por medio de ella, conocemos
el BUEN VINO que nos trae su Hijo: Jesucristo; ella sigue intercediendo por
cada uno de los seguidores de Jesucristo para que Dios obre milagros en
nuestras vidas y seguramente le enseño a Jesucristo a contemplar las pequeñas
necesidades de los demás, para que esas necesidades sean colmadas en DIOS. Y
los cristianos: ¿Cómo colmamos las necesidades de la humanidad?
En verdad, todo lo que necesitamos lo colmamos
en DIOS, a los cristianos no nos falta nada más; ya que con TENER FE nos basta
en la VIDA; y con ello, NO NECESITAMOS más cosas, ni personas, SOLO DIOS BASTA:
¿Es realmente de esta manera para cada uno de nosotros? Seguramente después de
este milagro, lo fue de esta forma para sus seguidores: “Este fue el primero de
los signos de Jesús, y lo hizo en Caná de Galilea. Así manifestó su gloria, y
sus discípulos creyeron en él” (v. 11). Justamente desde este primer milagro,
surge la FE de los discípulos, en dónde vieron que se manifestó la Gloria
Divina, con ello, con un solo milagro, les fue suficiente a sus discípulos para
CREER en Jesucristo, y para nosotros, en la actualidad, los cristianos de hoy:
¿Qué nos basta para CREER totalmente en Jesucristo? Y PARA TI: ¿Qué te basta
para CREER?
EVANGELIZAMOS:
Nuestra evangelización debe nacer de la FE de
cada individuo, de cada persona que cree en Jesucristo; aunque sabemos y
reconocemos que existen diversos niveles de la FE CRISTIANA; además constatamos
a diario que existen muchos cristianos que lamentablemente NO HAN LOGRADO
madurar en su FE CRISTIANA, la mayoría sigue con una FE de educación básica o
primaria; tomemos aquí las palabras de San Pablo: “La fe, por lo tanto, nace de
la predicación y la predicación se realiza en virtud de la Palabra de Cristo” (Romanos
10, 17). En esto, debemos reconocer nuestra culpa como predicadores, ya que
nuestras predicaciones no han estado a la altura de la Palabra de JESUCRISTO;
además nuestra predicación sigue siendo en muchos aspectos básica; muy
generales sobre el AMOR DIVINO, muchas veces reducido a dos o tres frases
teológicas; como por ejemplo: Dios es Amor y Jesucristo murió por todos nuestros
pecados, ante esta realidad, nos preguntamos: ¿Cómo alimentamos nuestra FE
CRISTIANA?
Quizás el problema de muchos es que no hemos descubierto el NACIMIENTO de
nuestra FE, ya que para muchos no ha nacido como dice San Pablo, directamente
no ha nacido de la PREDICACIÓN, sino que creemos que ha NACIDO por medio de un
bautismo, quizás allí está el problema CREER que todos son auténticos
cristianos por estar bautizados, la vida concreta nos demuestra como muchas de
esas personas reniegan de su fe recibida e impuesta por sus padres, padrinos y
las Iglesias cristianas; es aquí donde tenemos una doble tarea en la
predicación cristiana, a aquellos que no CREEN y aquellos que dicen CREER
aunque viven muy poco de la predicación de Jesucristo que se encuentra en los
Santos Evangelios, ya sea por falta de PREDICACIÓN, o por falta de un encuentro
real con Jesucristo que lo haga ser verdadero discípulo del MAESTRO; que
disponga su voluntad a la búsqueda de la VERDAD que nos revela Jesucristo; y
nosotros: ¿Qué clase de OYENTES SOMOS? En este punto, ya se trata solamente de
ESCUCHAR a Jesucristo para ser un verdadero cristiano: ¿Lo somos?
Y siendo más sincero, no se trata solamente de
ESCUCHAR, para mostrar la FE se requiere VIVIR, es lo que dice el Apóstol
Santiago en su carta: “Lo mismo pasa con la fe: si no va acompañada de las
obras, está completamente muerta. Sin embargo, alguien puede objetar: Uno tiene
la fe y otro, las obras. A ese habría que responderle: Muéstrame, si puedes, tu
fe sin las obras. Yo, en cambio, por medio de las obras, te demostraré mi fe”
(2, 17-18). Nos atrevemos a decir que miles de cristianos tienen y poseen una
FE MUERTA, ante esto, nos interrogamos: ¿Cómo revivirla? Afirmamos que solamente
en los Santos Evangelios; y en los demás que esta moribunda nos faltan OBRAS, y
en verdad, cuenta UNA sola OBRA, la que nos dijo María, nuestra Madre e
Intercesora: «Hagan todo lo que él les diga». Y TÚ: ¿Lo harás?
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