NACE NUESTRO SALVADOR

 CONTEMPLAMOS:


Esta noche celebramos el nacimiento de Jesucristo en Belén, algunos lo recordarán junto a una cena familiar, otros en templos en oración al Dios TRINIDAD, y muchos más esperando recibir regalos de San Nicolás; ciertamente una gran gama de actitudes frente a la celebración navideña: Y nosotros: ¿Cómo lo vamos a celebrar?

 

Nos atrevemos a señalar, que cada año, se va perdiendo más de vista el auténtico y verdadero origen de la festividad de NAVIDAD, que es la encarnación del Hijo de Dios en medio de la HUMANIDAD; cada año, la humanidad se preocupa más de los regalos, de la fiesta, de la comida, de la ropa que usaremos, muchas mujeres pasan horas en las peluquerías para estar más arregladas: ¿Para qué nos hemos preparado?

 

Sin duda, estas breves líneas describen que hemos perdido el auténtico sentido, nos preparamos más para una fiesta, con la familia y con amigos, que una celebración religiosa y cristiana para vivir un encuentro real con el Hijo de Dios: ¿Cómo encontrarnos con el Hijo de Dios en medio de todos esos signos que hemos ido creando?

 

Tal vez, con el paso de los años, vamos perdiendo la esencia del cristianismo, ya que NO somos capaces de ver la humildad de la manifestación divina, y nos sumergimos en el mundo, analizando el término del año y la proyección de un nuevo año, muchas veces centrado en lo que queremos para nuestras vidas, ya sea en el ámbito familiar y laboral, pensando más en lo que queremos TENER, que en lo que debemos SER: ¿Qué queremos tener para el año 2022? En verdad, le pedimos al niño Dios que queremos SER mejores personas o mejores cristianos: ¿De qué realmente estamos preocupados en este día y en esta noche santa?

 

Con este telón de fondo, nos preguntamos lo siguiente: ¿Tenemos centrada nuestra mirada en el NACIMIENTO del Salvador? Es decir, los cristianos estamos preocupados solamente de encontrarnos con el Niño Dios, que lo demás pasa a segundo plano, y que lo más importante es celebrar la encarnación del Hijo de Dios; tal vez, de la misma manera que hace más de dos mil años, sigue sucediendo igual, la mayoría de las personas ni se enteran del Nacimiento del Hijo de Dios, del Mesías: ¿Cómo es para nosotros? Y PARA TI: ¿Cómo será esta noche?

 

Esta es la razón de nuestro artículo teológico restaurar el verdadero sentido de la NAVIDAD, para ello, veremos que sucedió aquella noche en Belén; para centrar nuestra contemplación de este día, y sobre todo, de esta noche, en el NACIMIENTO de Jesucristo, celebremos un nuevo cumpleaños del Salvador del mundo. Y TÚ: ¿Quieres restaurar la noche buena en nuestra vida familiar?

 

 

DISCERNIMOS:

 

Desde nuestra recta intención al querer RESTAURAR nuestra celebración navideña, lo hacemos discerniendo juntos el texto del capítulo 2 del Evangelista Lucas: “Mientras se encontraban en Belén, le llegó el tiempo de ser madre” (v. 6). Sin duda, la celebración del nuevo nacimiento se inicia con una mujer en dolores de parto, es lo que sucede con María mientras se encontraba en Belén con su esposo José, a diferencia de la actualidad, en que la mayoría correría al hospital o una clínica para dar a luz, en este caso, al no tener un lugar cercano ni parteras que le ayuden deben vivir el acontecimiento en un pesebre. Y ustedes: ¿Cómo han enfrentado el día del nacimiento de sus hijos?

 

“Y María dio a luz a su Hijo primogénito, lo envolvió en pañales y lo acostó en un pesebre, porque no había lugar para ellos en el albergue” (v. 7). Sin albergue, nos recuerda el texto, en una pesebrera, estaban María, José y el niño recién nacido; esto es lo que contemplamos cada 25 de diciembre, reconociendo que es muy probable, que no sea el día real en que Jesucristo nace, sino que es el día en que el mundo cristiano ha decidido CELEBRAR el Nacimiento del Salvador: ¿Cómo contemplamos este hecho sucedido hace más de 2000 años?

 

Un hecho que a simple vista, lo contemplaron solamente tres personas: María, José y el niño DIOS; es aquí en dónde se comienza a revelar el misterio divino: “En esa región acampaban unos pastores, que vigilaban por turno sus rebaños durante la noche” (v. 8). En primer lugar, a unos pastores que se encontraban cerca, en la misma región, mientras algunos dormían y otros cuidaban los rebaños, descubren la presencia divina. Y nosotros: ¿Cómo hemos recibido la revelación divina? ¿Cómo se nos anuncian los misterios divinos?

 

“De pronto, se les apareció el Ángel del Señor y la gloria del Señor los envolvió con su luz. Ellos sintieron un gran temor” (v. 9). Para aquellos pastores fue por medio de la aparición del Ángel, que los envuelve con una LUZ: ¿Qué sentiríamos cada uno de nosotros? Ellos sintieron TEMOR, miedo ante la presencia angelical, en esta ocasión, la LUZ en vez de dar seguridad y tranquilidad, les da MIEDO: ¿Qué nos causaría temor y miedo en la actualidad? Y PARA TI: ¿A qué le tienes miedo?

 

Dios nos quiere comunicar PAZ, es lo mismo que hace con los pastores: “Pero el Ángel les dijo: No teman, porque les traigo una buena noticia, una gran alegría para todo el pueblo” (v. 10). Por medio de una Buena noticia, nos revela PAZ y ALEGRÍA, es el “Buen Mensaje” del Hijo de Dios que nos regala PAZ Y ALEGRÍA: ¿Tenemos PAZ interior en nuestras vidas? ¿VIVIMOS en la alegría de los hijos de Dios? Y TÚ: ¿Estas noche estarás en la Paz y la Alegría que Dios te quiere comunicar y revelar?

 

Sin duda, la Paz y la Alegría viene del ANUNCIO del Ángel, sus palabras producen alegría en los pastores: ¿Qué anuncio les da tal alegría y paz? “Hoy, en la ciudad de David, les ha nacido un Salvador, que es el Mesías, el Señor” (v. 11). Y a nosotros, los cristianos: ¿Nos da Paz saber que viene el Mesías? ¿Nos produce Alegría el nacimiento del Salvador del mundo?

 

“Y esto les servirá de señal: encontrarán a un niño recién nacido envuelto en pañales y acostado en un pesebre” (v. 12). En la misma línea que nuestras celebraciones navideñas, vemos SIGNOS y SEÑALES; los pastores contemplarán a un niño recién nacido acostado en un pesebre. Y PARA TI: ¿ES suficiente la señal de un niño envuelvo en pañales para ACEPTAR la revelación divina?

 

Tal vez, al igual que los PASTORES, necesitamos más mensajeros divinos: “Y junto con el Ángel, apareció de pronto una multitud del ejército celestial, que alababa a Dios, diciendo: ¡Gloria a Dios en las alturas, y en la tierra, paz a los hombres amados por él” (vv. 13-14). Una multitud de ángeles de Dios nos revelan la GLORIA de Dios que nos sigue trayendo PAZ a la humanidad, a las personas que son amados por Dios: ¿Nos sentimos y creemos ser amados por Dios? Y TÚ; ¿Lo crees?

 

Esta FE en el AMOR DIVINO, es lo que celebramos, es el inicio de CREER, aunque algunos necesitan VER para CREER, comprobar lo que nos señala la FE CRISTIANA, es lo que realizaron los pastores: “Después que los ángeles volvieron al cielo, los pastores se decían unos a otros: Vayamos a Belén, y veamos lo que ha sucedido y que el Señor nos ha anunciado. Fueron rápidamente y encontraron a María, a José, y al recién nacido acostado en el pesebre” (vv. 15-16). Sin duda, DIOS cumplió su PALABRA, ellos comprobaron lo que habían anunciado el mensajero de Dios. Y nosotros: ¿Cómo comprobamos el mensaje divino?

 

La FE CRISTIANA; no tan solamente se trata de escuchar, sino de TRANSMITIR el “Buen Mensaje” recibido, es lo que hicieron aquellos pastores: “Al verlo, contaron lo que habían oído decir sobre este niño, y todos los que los escuchaban quedaron admirados de que decían los pastores” (vv. 17-18). Es lo que se nos ha transmitido a través de los santos evangelios, unos pastores nos relatan cómo sucedió el nacimiento del Salvador, dan testimonio de la VERDAD DIVINA; en nacimiento del Salvador, es lo que transmitió oralmente para después quedar escrito, aunque en María se conservaba de otra forma: ¿Cómo conservamos la revelación divina en nuestras vidas?

 

“Mientras tanto, María conservaba estas cosas y las meditaba en su corazón” (v. 19). Para María era conservar estos hechos en su corazón meditativo, y nosotros: ¿Somos personas que meditamos y contemplamos los hechos? ¿Descubrimos más allá de lo que vemos a simple vista?

 

Ya que justamente el nacimiento de Jesucristo, conlleva VER más allá de nuestros simples ojos, se trata de VER con la FE, ya que no solamente es un niño que nace de María, sino que este niño, que NACE en Belén es el verdadero Hijo de Dios: ¿Creemos esto? ¿Celebramos esta realidad en esta noche santa?

 

“Y los pastores volvieron, alabando y glorificando a Dios por todo lo que habían visto y oído, conforme al anuncio que habían recibido” (v. 20). Dios ha revelado y manifestado su AMOR a la humanidad con el NACIMIENTO de su HIJO, es lo que vieron y oyeron los pastores en Belén. Y nosotros: ¿Qué vemos y que hemos oído? Y TÚ: ¿Qué ves y oyes?

 

 

EVANGELIZAMOS:

 

Desde lo que hemos visto y oído, nace nuestra Evangelización, por ello, es tan importante analizar constantemente lo que hemos percibido, ya que sabemos con certeza que en muchas ocasiones nuestros sentidos nos engañan, lo que oímos nos es tal, y lo que vemos son solamente sombras y apariencias; hoy tenemos la certeza que nos entrega la LECTURA, ya que poseemos como herramienta, no solo lo que nos transmiten los demás sobre las verdades divinas, sino que tenemos las Sagradas Escrituras como FUENTE de la revelación divina; es lo que hemos intentado en este día, descubrir la VERDAD sobre el nacimiento del Hijo de Dios, esa noche SANTA; Dios se manifiesta en el nacimiento de un niño, junto a su madre María, José, unos pastores y animales que los acompañaban, eso es lo CONTEMPLAMOS en el PESEBRE: ¿Creemos en este acontecimiento?

 

Hoy podemos afirmar que CREEMOS, por qué lo hemos LEÍDO de la fuente de uno de los cuatro evangelios, desde LUCAS, tal vez, queda la tarea de leer y meditar la versión de Mateo, ya que ni Marcos ni Juan relatan este hecho: ¿Podemos CREER en un hecho que relatan solamente dos evangelios? ¿Qué necesitamos para CREER? Y PARA TI: ¿Qué necesitas para CREER y VIVIR según las verdades divinas en los Santos Evangelios?

 

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