¿SOMOS TEMPLOS DE DIOS?
CONTEMPLAMOS:
En este día, el mundo católico latino celebra la
FESTIVIDAD de la Basílica de Letrán, es la más antigua de las cuatro basílicas
de la Iglesia Católica Romana, data del siglo IV, cuando el Emperador Romano se
convierte al Cristianismo; cuya consagración del templo se realiza en el año
324 de nuestra era cristiana, bajo tres advocaciones el Santísimo Salvador del
Mundo, de Juan Bautista y Juan Evangelista; por lo tanto, goza de gran
prestigio entre los católicos para sus peregrinaciones que se realizan al
Estado Vaticano, ya que es la CATEDRAL de Roma, o sea, la Sede del Obispo de
Roma; además para el mundo es considerada, desde el siglo pasado, Patrimonio de
la Humanidad, con esta antesala nos encontramos con un TEMPLO construido por
seres humanos con el fin de venerar al Dios de Jesucristo, el Salvador de la
Humanidad: ¿Qué nos diría Jesucristo ante la construcción de templos,
catedrales y basílicas?
Sin duda, es probable que venga a nuestra mente el signo
y las palabras de Jesucristo en el Templo de Jerusalén, descritas por el
Evangelista Juan en su primera peregrinación junto al Maestro, palabras que
veremos en el siguiente paso del discernimiento; por ahora, nos detenemos a
PENSAR en nuestros templos, esos templos: Católicos, Evangélicos, Luteranos,
Anglicanos, Veteros católicos, Católicos nacionales, de las diversas
denominaciones de las Iglesias Católicas y Apostólicas, incluso esos TEMPLOS de
otras religiones, como Judíos, Musulmanes, Hinduistas, Budistas, y cientos de
pequeñas religiones que existen en todo el mundo: ¿En qué hemos convertido
nuestros TEMPLOS?
Ante esta pregunta se encuentra el sentido de la
actuación de Jesucristo, y NO es menos cierto que en la actualidad, en muchos
lugares, hemos perdido el VERDADERO sentido de un TEMPLO; más allá de que
Jesucristo no haya promovido la construcción de templos cristianos, ni
católicos, ya que su misión se centraba en la PREDICACIÓN, que la realizaba en
cualquier lugar en donde se reunía las personas, quizás por ello, algunos
cristianos, mantienen la sana costumbre, como los primeros cristianos, de
reunirse como Iglesia en sus propias casas para escuchar las Palabras del
Maestro, como lo hizo María en Betania a los pies de Jesucristo: ¿Cómo
celebramos en nuestros Templos cristianos?
Ciertamente hemos cambiado el sentido celebrativo en
nuestros templos cristianos, ya no se celebra el rito de Bautismo en los ríos,
en los lagos o a la orilla del mar, como al inicio del Cristianismo, sino que se
hacen en Templos Consagrados a DIOS, al Dios de Jesucristo con nombres de su
Madre, de sus apóstoles o de algunos Santos que han existido a lo largo de la
historia cristiana; otros tienen TEMPLOS enormes, dónde se llenan una vez al
año o en pocas celebraciones, para celebraciones de muchos sacramentos, el
resto del año, un pequeño grupo se reúne o durante la semana templos cerrados,
nos volvemos a preguntar: ¿En qué hemos convertido nuestros templos?
DISCERNIMOS:
Desde nuestra mirada personal, sobre nuestros templos
cristianos y católicos, queremos discernir a ejemplo de Jesucristo, usaremos el
capítulo 2 del Evangelista Juan: “Se acercaba la Pascua de los judíos. Jesús
subió a Jerusalén” (v. 13). Al igual que en nuestras vidas, muchos nos acercamos
a los templos en torno a una fiesta religiosa, en el caso de Jesucristo era por
la PASCUA JUDÍA, y para nosotros: ¿A cuáles celebraciones vamos a los templos?
¿Qué nos motiva ir a los templos? ¿Qué encontramos en ellos?
Con esta pregunta queremos introducir la mirada de
Jesucristo; ya que lo que encuentra Jesucristo es lo que motiva su
comportamiento descrito en este Santo Evangelio: “Y encontró en el Templo a los
vendedores de bueyes, ovejas y palomas y a los cambistas sentados delante de
sus mesas” (v. 14). Jesucristo se encuentra con vendedores y personas que
hacían intercambio de monedas o cosas; ante esta situación es su reacción, cabe
señalar que muchas de nuestras fiestas religiosas, lo primero que vemos es lo
mismo que vio Jesucristo, personas que se dedican al COMERCIO, que se acercan
solamente los templos porque es un “buen lugar” para realizar negocios y ventas
por la gran cantidad de personas que asisten, más en celebraciones importantes,
al parecer, esto ya viene desde los tiempos de Jesucristo, es una costumbre tan
arraigada, que no hemos podido erradicar de los lugares de CULTO, más aún, en
algunos lugares la hemos fomentado desde la FE, ya que vendemos imágenes,
crucifijos, incluso hasta el agua bendita embotellada, sal, y velas bendecidas:
¿Hasta cuándo esta misma actitud?
Entre paréntesis en el Vaticano y en la propia Basílica
de Letrán hay lugares para dejar dinero o comprar bendiciones papales, rosarios
con las cuatro basílicas mayores de Roma, y así seguimos transformando la FE en
un negocio, que se mantiene con el 1 %, más con el diezmo, o grandes ofrendas
que la mayoría de las veces los ministros eclesiales no saben administrar, más
que en la astucia del mundo, la del beneficio personal: ¿Qué haría Jesucristo
al respecto?
Probablemente lo mismo que hace dos mil años: “Hizo un
látigo de cuerdas y los echó a todos del Templo, junto con sus ovejas y sus
bueyes; desparramó las monedas de los cambistas, derribó sus mesas y dijo a los
vendedores de palomas: Saquen esto de aquí y no hagan de la casa de mi Padre
una casa de comercio” (vv. 15-16). Nos pediría que saquemos todas las cosas que
han transformado los lugares dedicados a DIOS en viles lugares de COMERCIO;
parecen más un MALL (grandes centros comerciales) que templos consagrados a
DIOS Trinidad, y no tan solamente las cosas, sino toda celebración que parece
más una forma de COMERCIO que un auténtico culto a DIOS: ¿Lograremos restaurar
los TEMPLOS cómo nos pide Jesucristo?
Esta fuerza de Jesucristo, llama la atención de sus discípulos:
“Y sus discípulos recordaron las palabras de la Escritura: El celo por tu Casa
me consumirá” (v. 17). Creemos fehacientemente que millones de cristianos,
también se dan cuenta de esta realidad, y les provoca el mismo CELO que
Jesucristo, la misma indignación les provoca esta actitud mercantil de los
lugares religiosos, sobre todo cuando nos encontramos con religiosos, personas
religiosas y cristianas, ministros que están más interesados por el dinero que
por las personas que van al CULTO: ¿Quiénes son los verdaderos discípulos de
Jesucristo?
Ciertamente lo son los que viven según sus enseñanzas, no
necesariamente los que presiden las celebraciones o los que van al templo a
diario o semanalmente, otros cuestionarán estos argumentos, incluso los defenderán,
como lo hicieron con el Maestro: “Entonces los judíos le preguntaron: ¿Qué
signo nos das para obrar así?” (v. 18).
En realidad, no se trata de OBRAS, sino de REALIDAD,
después de ACEPTARLA; transformarla en la RENOVACIÓN que nos señala el Hijo de
Dios: “Jesús les respondió: Destruyan este templo y en tres días lo volveré a
levantar” (v. 19). Esta renovación implica preocuparnos de los verdaderos
templos, y no del templo construido por seres humanos, sino el TEMPLO que Dios
mismo ha construido: ¿A qué TEMPLO se refiere Jesucristo?
Muchos, en el tiempo presente, al igual que los judíos
siguen pensando en el templo de piedras y joyas: “Los judíos le dijeron: Han
sido necesarios cuarenta y seis años para construir este Templo, ¿y tú lo vas a
levantar en tres días?” (v. 20). En cambio, el Maestro pensaba y veía más allá,
como nos señala el mismo evangelista Juan, como narrador omnisciente: “Pero él
se refería al templo de su cuerpo. Por eso, cuando Jesús resucitó, sus
discípulos recordaron que él había dicho esto, y creyeron en la Escritura y en
la palabra que había pronunciado”. (vv. 21-22). Para Jesucristo el VERDADERO
TEMPLO es su CUERPO: ¿Creemos que el Cuerpo de Jesucristo es el Verdadero
TEMPLO de DIOS?
Ante esto, es bueno unir nuestra FE, en la interpretación
del Cuerpo de Jesucristo, que no solamente se refiere al PAN consagrado, sino
también la Iglesia como Cuerpo de Jesucristo, o sea, cada creyente es el CUERPO
de Jesucristo. Además señalemos que estas palabras y signos llevaron a muchas personas
a tener FE en el Hijo de Dios: “Mientras estaba en Jerusalén, durante la fiesta
de Pascua, muchos creyeron en su Nombre al ver los signos que realizaba” (v.
23). Y nosotros: ¿Tenemos FE en Jesucristo?
Aunque cabe recordar, lo que termina señalando el
narrador omnisciente: “Pero Jesús no se fiaba de ellos, porque los conocía a
todos y no necesitaba que lo informaran acerca de nadie: él sabía lo que hay en
el interior del hombre” (vv. 24-25). Es decir, aunque muchos aparentaban CREER,
no era real, ya que Él conoce el interior del ser humano, sabe nuestras
verdaderas intenciones. Y nosotros: ¿Creemos en Jesucristo el Templo de Dios? Y
TÚ: ¿CREES?
EVANGELIZAMOS:
Recordemos que los cristianos evangelizamos a ejemplo de Jesucristo,
e insistimos en lo que señalamos con anterioridad, TODOS los cristianos, somos
la IGLESIA, por lo tanto, TODOS somos el CUERPO de Jesucristo, por ende, si
somos el CUERPO del Hijo de Dios, también somos TEMPLOS de Dios: ¿Creemos en
esta realidad?
Para ello, les invitamos a recordar las palabras del
Apóstol Pablo: “¿O no saben que sus cuerpos son templo del espíritu Santo, que
habita en ustedes y que han recibido de Dios? Por lo tanto, ustedes no se
pertenecen, sino que han sido comprados, ¡y a qué precio! Glorifiquen entonces
a Dios en sus cuerpos” (1 Corintios 6, 19-20). Es decir, nuestros cuerpos son
TEMPLOS del Espíritu Santo, aquí no hay separación de CUERPO y ALMA; sino
complemento ya que nuestra ALMA es la que se comunica con el mismo Dios
Trinidad en el Espíritu Santo; ahora bien, si sabemos esto, o sea, que somos
TEMPLOS del Espíritu Santo, nos preguntamos: ¿Vivimos como TEMPLOS del Espíritu
Santo?
Esta vivencia no es algo EXTERNO, sino una realidad que
nos une al mismo Dios, así nos lo explica el mismo Apóstol: “¿No saben que
ustedes son templo de Dios y que el Espíritu de Dios habita en ustedes? Si
alguno destruye el templo de Dios, Dios lo destruirá a él. Porque el templo de
Dios es sagrado, y ustedes son ese templo” (1 Corintios 3, 16-17). Ya que al
SER TEMPLOS de DIOS, Él mismísimo DIOS TRINIDAD habita en nosotros: ¿Creemos
que sea así en nuestras vidas? Y PARA TI: ¿Crees que eres un SER SAGRADO por
ser templo de DIOS? ¿Vives conforme al SER TEMPLO de Dios Trinidad?
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