¿ESTAMOS DISPUESTOS A MORIR POR RECONOCER A JESUCRISTO?
CONTEMPLAMOS:
Hoy nos hacemos la pregunta sobre nuestra disposición a
MORIR, al celebrar a la joven Catalina de Alejandría, aunque muchos en la
actualidad discuten su auténtica historicidad, recordemos que la devoción a
inspirado a muchos artistas, quienes representan a la santa con una aureola
tricolor: blanca, simbolizando su virginidad; verde por su sabiduría y roja por
su martirio, acompañada de la rueda que se utilizó para su primer suplicio;
esta JOVEN ha dado nombres a ciudades en toda América, y a muchas parroquias de
las diferentes tradiciones que veneran su imagen, católicos, coptos,
anglicanos; recordando que con tan solamente 18 años conoció el martirio, por
esta razón, nos preguntamos junto a la figura de Santa Catalina o Catarina:
¿Estamos dispuestos a morir por reconocer a Jesucristo? Y TÚ: ¿Lo estás?
Sin duda, la tradición nos revela que la joven Catalina
una vez entró en el templo, pero, en lugar de sacrificar, hizo la señal de la
cruz, además le hablo al Emperador, tratando de exhortarlo para que reconozca
al verdadero Dios; se cuenta que tuvo un debate con el emperador sobre el
sacrificio a los dioses y la revelación del Dios de Jesucristo, con ello, da
testimonio de su FE CRISTIANA; es decir, no le da miedo de hablar de
Jesucristo, de reconocerlo ante los demás, y nosotros: ¿Hablamos sin miedo de
Jesucristo en todos los lugares y ante todas las personas?
Con este hecho, Catalina estuvo prisionera en el palacio,
para tener más debates ahora con varios sabios del imperio para que ganase el
debate el emperador; aunque se afirma que sucedió todo lo contrario, ya que
desde las pruebas del debate filosófico, los sabios resultaron convertidos al
cristianismo por Catalina, los sabios que acababan de ser convertidos al
cristianismo, tenían miedo de morir sin ser bautizados por lo que Catalina les
bautizó. Esto nos sitúa con una verdad de la FE Cristiana en los primeros
siglos, entre ellos mismos se hacían bautizar, cuando eran convertidos por
algún predicador, ya sea varón o mujer, era la costumbre en los primeros siglos
del cristianismo. Y PARA TI: ¿A quiénes has ayudado en su proceso de conversión
cristiana?
Hablamos de conversión, como un proceso constante de
cambio en nuestras vidas, un camino que nos lleva a DAR TESTIMONIO incluso con
nuestras vidas, como lo realizo la joven Catalina que fue torturada con una
máquina formada por unas ruedas guarnecidas con cuchillas afiladas, aunque las
ruedas se rompieron al tocar el cuerpo de Catalina, quien salió ilesa, pero como
el emperador estaba lleno de ira mandó
matar a Catalina cortándole la cabeza, de esta manera, dio testimonio de su FE
Cristiana, que nos recuerda las palabras de Jesucristo: “El discípulo no es más
que el maestro ni el servidor más que su dueño. Al discípulo le basta ser como
su maestro y al servidor como su dueño” (Mateo 10, 24-25). Y TÚ: ¿Eres como
nuestro Maestro Jesucristo?
DISCERNIMOS:
Al contemplar la muerte, de la joven Catalina unido al de
su Maestro Jesucristo, el Hijo de Dios, ya que ella se presenta como servidora
y discípula, no siendo más que su Maestro ni más que su dueño; sino siendo como
Él, a ejemplo de Jesucristo DA su VIDA en el acontecimiento del martirio por la
Verdad Divina, de la misma manera miles de cristianos han sido martirizados por
el anuncio de Jesucristo; este mismo anuncio es el que queremos discernir
juntos desde las “palabras” de Jesucristo, para ello, seguiremos leyendo algunos
versículos del capítulo 10 de Mateo: “No teman a los que matan el cuerpo, pero
no pueden matar el alma. Teman más bien a aquel que puede arrojar el alma y el
cuerpo a la Gehena” (v. 28). Y los cristianos: ¿A qué le tenemos miedo? ¿A quiénes
les tenemos miedo?
Estas preguntas nos ayudan, por un lado, a pensar en las
demás personas que nos pueden hacer daño, de tal forma que nos pueden quitar la
VIDA terrena, aunque el texto evangélico nos ayuda a pensar en el PODER de
Dios, ya que es Él único que puede quitar la posibilidad de TENER la Vida
ETERNA: ¿Creemos en esta realidad?
“¿Acaso no se vende un par de pájaros por unas monedas?
Sin embargo, ni uno solo de ellos cae en tierra, sin el consentimiento del
Padre que está en el cielo” (v. 29). En este sentido, la pregunta nos ayuda a
reflexionar sobre lo importante que somos para DIOS: ¿Lo creemos? ¿Nos sentimos
más importantes para Dios que los animales o pájaros? Y PARA TI: ¿Te sientes
valorado por Dios Trinidad?
Recordemos lo que sigue señalando el Maestro al respecto:
“Ustedes tienen contados todos sus cabellos” (v. 30). Nos señala que hasta
nuestros cabellos Dios los tiene contado, nos cuida al extremo de saber un
detalle de nuestro SER; por lo tanto, si somos cuidados y Dios es tan ten
pendiente de cada uno de nosotros: ¿Por qué tener miedo?
Afirmando que el miedo y el temor viene de lo malo que
nos puede pasar, y con DIOS nada malo nos puede suceder, es lo que insiste
Jesucristo: “No teman entonces, porque valen más que muchos pájaros” (v. 31).
¿Creemos que tenemos un mayor valor que los animales? Ahora bien, cuando
pensamos de manera personal, estos aspectos, es decir, creemos que Dios nos
protege y cuida más que los animales: ¿Nos compartamos en coherencia a lo que
creemos? Esta pregunta puede ser cuestionante para aquellos que se preocupan
más de sus animales que de las demás personas, incluso más que sus amistades y
familias, en la actualidad, algunas personas optan por sus mascotas en vez de
sus amigos y familiares; a la luz, del evangelio, podemos entender que Dios se
preocupa de cada ser humano, a cada persona la cuida, y nosotros: ¿Cuidamos a
los demás?
Es lo que logro entender Catalina, la importancia del
CUIDADO de los demás, sobre todo de los más pobres, de los sufrientes, de los
enfermos, tal vez, por ello, crea una casa de cuidado para enfermos, en cuidar
al prójimo y a los demás, fue su forma de entender el “buen mensaje” del
salvador del mundo, que nos sigue diciendo: “Al que me reconozca abiertamente
ante los hombres, yo los reconoceré ante mi Padre que está en el cielo” (v.
32). Las obras de Caridad y una vida de pobreza junto a los pobres fue el
testimonio de Catalina y el reconocimiento de Jesucristo hacia los demás, sobre
todo, ante su padre el REY, ante sus hijos, ante las personas del palacio, ante
todos manifestó en que tenía la FE Cristiana, y vivía conforme a ella. Y
nosotros, los cristianos: ¿Cómo damos nuestro reconocimiento de Jesucristo en
la sociedad actual?
Quizás en el día a día, nos pasa lo contrario: “Pero yo
renegaré ante mi Padre que está en el cielo de aquel que reniegue de mí ante
los hombres” (v. 33). O sea, con nuestros actos diarios y nuestras palabras,
estamos RENEGANDO de Jesucristo y de la Fe cristiana, es decir, no damos
testimonio de la Fe Cristiana. Y TÚ: ¿Qué testimonio das de nuestra FE
Cristiana?
EVANGELIZAMOS:
Justamente a la luz de Jesucristo y desde nuestro
testimonio de nuestra Fe Cristiana es que se inicia una renovada
evangelización: ¿Seremos capaces de generar una nueva evangelización propia del
tercer milenio? El gran testimonio de CATALINA fue importante para la edad
media y propio de la FE Cristiana en el segundo milenio, por lo tanto, a la luz
de su ejemplo y de las palabras del Evangelio que ella encarno en su vida, nos
preguntamos: ¿Cómo debemos vivir nuestro testimonio de Jesucristo, los
cristianos del tercer milenio? ¿Qué obras debemos realizar? ¿Cuál será nuestro
reconocimiento a Jesucristo?
Tal vez, en continuidad a su “Buen Mensaje”, basta con
hacer vida sus palabras: “El que no toma su cruz y me sigue, no es digno de mí.
El que encuentre su vida, la perderá; y el que pierda su vida por mí, la
encontrará. El que los recibe a ustedes, me recibe a mí; y el que me recibe,
recibe a aquel que me envió” (Mateo 10, 38-40). Y PARA TI: ¿Has tomado tu CRUZ
de cada día para seguir a Jesucristo? ¿Quieres y aceptas PERDER tu vida por
Jesucristo y su Evangelio? ¿Cómo recibes el “Buen mensaje” que viene de los
enviados de Jesucristo? ¿Cómo acoges y ayudas al prójimo en el que se
manifiesta el mismo Hijo de Dios?
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