¿CÓMO Y CUÁNDO VIENE EL REINO DE DIOS?

 CONTEMPLAMOS:

 

Al iniciar un nuevo año Litúrgico, estaos invitados a centrar nuestra mirada en la segunda venida de nuestro Señor y Rey Jesucristo, para preguntarnos una vez más sobre el Reino de Dios, aunque ahora con el matiz del ¿Cómo? y ¿Cuándo?; recordando que para muchos cristianos, en este día, especialmente los católicos que inician el Tiempo de Adviento, recordemos que el Adviento contiene una doble mirada sobre el Mesías: La primera venida y la segunda venida; en nuestra fe personal y comunitaria: ¿Cómo describimos la segunda venida del Salvador?

 

Tal vez, muchos cristianos la describen con catástrofes en el cielo y en la tierra, caída de estrellas o meteoritos, otros como un paso lógico entre la vida terrena y la vida eterna, sin tanto apocalipsis; sino más bien como un tránsito de la muerte a la vida, claramente con dolor y cierto sufrimiento, aunque con la esperanza y la confianza puesta en Dios, en la instauración plena del Reino de DIOS, reconociendo que vivimos en esta constante tensión entre el YA y el TODAVÍA no. Y TÚ: ¿Cómo te imaginas la llegada plena del REINO de DIOS a la tierra?

 

Algunos piensan en el inicio de la biblia, que es como estar en el Edén, en el Paraíso, eternamente en la presencia divina; otros han creado sus propias imágenes, con lugares hermosos que han conocido y las personas amadas; en donde podemos estar todos juntos en PAZ, sin problemas ni dificultades, eternamente en el CIELO: ¿Creemos que será en el Cielo o en la Tierra?

 

Ciertamente si es que pensamos en un LUGAR DETERMINADO, quizás es como lo señala el Apocalipsis, en el sentido, de un Cielo Nuevo y una Tierra Nueva, acaso para los cristianos, esa tierra y cielo nuevos, ya se inició con la primera venida de Jesucristo, sobre todo en el acontecimiento de la CRUZ, en la manifestación de su Reinado. Y PARA TI: ¿Cómo interpretas la llegada del Reino?

 

Señalemos la importancia del HECHO de la RESURRECCIÓN de Jesucristo, que es aquí en dónde se comienza una vida nueva para los resucitados, para los que creemos en Él Resucitado, ya que junto a Él hemos resucitado, sobre todo cuando vamos a proclamar el Reino de Dios, cuando anunciamos a TODO el mundo que sigue en medio de nosotros, esto es parte de nuestra tarea evangelizadora, en ella nos encontramos los seguidores del Maestro Jesucristo; y los cristianos: ¿Cuánto hemos logrado sobre la instauración del Reino de Dios? ¿Cómo hemos edificado el Reino de Dios en la tierra? Y PARA TI: ¿Cómo cooperas en esta instauración del Reino?

 

 

DISCERNIMOS:

 

Desde estas interrogantes, queremos iniciar este nuevo año litúrgico, discerniendo juntos con los SANTOS EVANGELIOS, desde nuestro Leccionario Dominical y desde nuestro método teológico de la ITAE, como es nuestra característica poniendo la mirada en Jesucristo, sobre todo en sus hechos y palabras; ya que anhelamos y queremos estar unidos a Él para lograr, cada día más, vivir como auténticos y verdaderos cristianos, hoy tomaremos algunos versículos del capítulo 21 del Evangelio de Lucas, tratando de pensar en la segunda venida del Salvador, recordando que con Él nos llega la liberación divina. Y PARA TI: ¿Cómo has recibido la liberación divina en tu vida?

 

“Cuando comience a suceder esto, tengan ánimo y levanten la cabeza, porque está por llegarles la liberación” (v. 28). Justamente así comienza su discurso, con una invitación a cada uno de nosotros a tener ánimo y siempre con la frente en alto, ya que con su llegada a nuestras vida nos llega la LIBERACIÓN, en el sentido espiritual, el triunfo de la vida por sobre la muerte terrena; en el sentido de la Gracia Divina, la liberación y el perdón de todos nuestros pecados cometidos; en el sentido de nuestra humanidad, la liberación de todas nuestras ataduras personales; ante todas estas dimensiones de la persona, como cristianos, nos podemos preguntar: ¿Somos libres en nuestras vidas? Ya que si estamos viviendo en Jesucristo, el ideal sería nuestra plena LIBERTAD HUMANA: ¿Lo somos?  Y TÚ: ¿Lo eres?

 

Pensando en relación a nuestro propio SER; que es la propuesta de Jesucristo, primero las personas, el SER HUMANO ante que todo: ¿Lo es también así para cada uno de nosotros? Desde allí es que nos invita a “discernir los signos de los tiempos”: ¿Lo hacemos? O más bien, vivimos el día a día sin pensar, como sobreviviendo más que VIVIENDO de manera consciente, por ello, siempre Jesucristo usa ejemplos propia de la vida que nos hablan más allá: “Y Jesús les hizo esta comparación: Miren lo que sucede con la higuera o con cualquier otro árbol.  Cuando comienza a echar brotes, ustedes se dan cuenta de que se acerca el verano” (vv. 29-30).  Algo sencillo como descubrir por medio de los brotes de los árboles que se acerca el verano, o quizás algo para comprobar que realmente se acerca el verano, ya que hoy con el uso de internet y los mismos celulares nos avisan cuando sucede el solsticio de verano, entonces, en verdad: ¿Sabemos discernir los signos de la vida?

 

Algunos SÍ, han tomado consciencia y por ello, la invitación a promover el cuidado de la naturaleza, ya que hemos acelerado un cambio climático por nuestra excesiva huella de Carbono; a pesar, de estas cosas, quizás NO son signos propios de la llegada del Reino de Dios, o tal vez, SÍ, si es que somos capaces de hacer Teología sobre las cosas creadas; ya que en ellas también Dios ha dejado su huella como Creador de todas las cosas: “Así también, cuando vean que suceden todas estas cosas, sepan que el Reino de Dios está cerca” (v. 31). Y nosotros: ¿Qué cosas hemos visto y contemplado en nuestras vidas como llegada del Reino de Dios? ¿Qué cosas contemplamos en nuestro entorno social como manifestación del Reino de Dios?

 

Quizás ya ha llegado a nuestras vidas, en las palabras de Jesucristo o en las palabras de los demás, en los cristianos: “Les aseguro que no pasará esta generación hasta que se cumpla todo esto. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán” (vv. 32-33). Ya que las palabras de Jesucristo siguen entre nosotros, y muchas de estas palabras, se han ido cumpliendo en cada ser humano, en verdad: ¿Se cumplen en cada uno de nosotros?

 

Esta es la gran llegada del Reino de Dios en tu vida, en tu corazón, en tu mente, en tu SER: CUMPLIR las palabras de Jesucristo, que son el Evangelio vivo en la actualidad, y nosotros: ¿Cómo damos testimonio del Evangelio en nuestras vidas? Veamos que nos dice: ¿A qué nos invita Jesucristo?  “Tengan cuidado de no dejarse aturdir por los excesos, la embriaguez y las preocupaciones de la vida, para que ese día no caiga de improviso sobre ustedes como una trampa, porque sobrevendrá a todos los hombres en toda la tierra” (vv. 34-35).

 

Es una invitación clara y sencilla, a tener cuidado, o sea, a estar preparados, no caer en excesos, no se trata aquí de criticar a los alcohólicos ni drogadictos, que no es sentido del texto; sino el sentido se encuentra en ESTAR PREVENIDOS, viviendo sin excesos de cualquier tipo, incluso sabiendo que NO debemos sumergirnos en las preocupaciones propias de la VIDA, de nuestra existencia humana, sino a la vez, ESTAR ATENTOS a ese día, el día del encuentro definitivo con DIOS: ¿Cómo estar bien preparados?

 

“Estén prevenidos y oren incesantemente, para quedar a salvo de todo lo que ha de ocurrir. Así podrán comparecer seguros ante del Hijo del hombre” (v. 36). Por medio de nuestra voluntad atenta, y sobre todo de nuestra ORACIÓN constante y permanente, ya que es en la Oración que Dios nos va manifestando su VOLUNTAD, para vivir conforme a ella, según los signos propios de los tiempos actuales; que ciertamente son muy distintos para la sociedad que hace dos mil años atrás, incluso muy distinto al siglo pasado; y para cada persona a veces basta solamente un par de años, un año, meses o días para que todo cambie y sea muy distinto todo en su existencia; aunque en una y otra, siempre debe SER confiando en DIOS, en Jesucristo ya que estamos comunicados con Él constantemente por medio de la ORACIÓN: ¿Cómo es nuestra vida de oración?

 

Incluso podemos ir más allá, y entender que la oración no es un momento del día, personal o comunitario, sino que ES toda nuestra vida y el sentido de TODA nuestra existencia, esto es la ORACIÓN. Esto lo logramos cuando vivimos en esta actitud constante de ESTAR PREVENIDOS; ya que para estar prevenido a todo, el creyente debe configurar su vida hacia la voluntad de Dios, por lo tanto, debemos mantener esa comunicación con Él, ante cualquier situación preguntarnos: ¿Qué haría Dios Trinidad en mi lugar? O más aterrizada y cercana para muchos, a la luz de los Santos Evangelios, en la vida terrena del Hijo de Dios: ¿Qué haría Jesucristo en mi lugar?

 

Veamos que hacía Jesucristo en Jerusalén: “Durante el día enseñaba en el Templo, y por la noche se retiraba al monte llamado de los Olivos. Y todo el pueblo madrugaba para ir al Templo a escucharlo” (vv. 37-38). No debemos mirar la actitud del pueblo, que es generalmente lo que hacemos: Ir a los templos para escuchar a DIOS en Jesucristo por medio del Espíritu Santo; sino DEBEMOS CONTEMPLAR y DISCERNIR la VIDA de JESUCRISTO, para IMITAR su existencia humana, según el texto de hoy, esto es: ENSEÑAR a los demás, era su labor diaria, la educación de las personas; y en la noche, ORAR, en su lugar privilegiado: un jardín, un monte llamado de los Olivos o Getsemaní. Y TÚ: ¿Vives como Jesucristo?

 

 

EVANGELIZAMOS:           

 

De esto se trata una auténtica evangelización: “VIVIR IMITANDO A JESUCRISTO”, por lo tanto, hoy sería, tener una vida de ORACIÓN y ENSEÑANZA para los demás: ¿Qué enseñamos con nuestras palabras y obras a los demás?

 

De esta manera, viene el REINO de DIOS, ya que se trata de que llegue a la vida de cada persona, de cada creyente, más que estar mirando hacia un día final, mientras tanto: ORAR, por lo tanto, debe SER tu existencia humana una Vida de Oración con Dios Trinidad. ENSEÑAR; por esta razón, debe SER tu existencia humana un ejemplo de ENSEÑANZA para los demás, con tu testimonio ENSEÑAS a SER un buen ser humano, a SER una buena persona, a SER un mejor ciudadano, en definitiva a SER un buen CRISTIANO. Y PARA TI: ¿Eres este SER en Jesucristo?

 

Cuando has asumido esta forma de SER, es que ha llegado el REINO de Dios en tu vida, allí se ha producido el ¿Cómo? y el ¿Cuándo? Solamente debemos configurar nuestras vidas con la VIDA de Jesucristo. Y TÚ: ¿Lo harás?

 

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