¿PERTENECEMOS A JESUCRISTO?
¿PERTENECEMOS A JESUCRISTO?
CONTEMPLAMOS:
En este día domingo, el primer día de la semana, queremos centrar nuestras vidas en Jesucristo, nuestro Señor, reconociendo que como cristianos nuestras existencias deben tener en el centro al Hijo de Dios, a Jesucristo, al verdadero y único Maestro: ¿Creemos que es de esta forma para todos los cristianos en el mundo? Y PARA TI: ¿Es así?
Al mirar la vida de los cristianos es bueno compararla con la vida de Jesucristo, ya que Él debe ser el modelo para los creyentes: “Sigan mi ejemplo, así como yo sigo el ejemplo de Cristo” (1 Corintios 11, 1). Es lo que nos intenta comunicar el Apóstol Pablo en sus cartas, desde su propio ejemplo para tener una vida cristo céntrica: “Pero en virtud de la Ley, he muerto a la Ley, a fin de vivir para Dios. Yo estoy crucificado con Cristo, y ya no vivo yo, sino que Cristo vive en mí: la vida que sigo viviendo en la carne, la vivo en la fe en el Hijo de Dios, que me amó y se entregó por mí” (Gálatas 2, 19-20). Se trata de que ya hemos muerto a la Ley, para tener una nueva vida en Jesucristo, desde nuestra Fe Cristiana. Y PARA TI: ¿Cómo manifiestas en tu vida la fe cristiana?
Aunque debemos reconocer que cuando hablamos de la Fe Cristiana, podemos interpretarla de muchas maneras, existen diversas Iglesias Cristianas, por esta razón, para nosotros toma mayor importancia volver a la misma fuente de los Santos Evangelios, y descubrir en estos, el auténtico y verdadero “Buen mensaje” de Jesucristo, de manera especial, cuando le habla a sus discípulos; ya que siguen siendo palabras proclamadas para nosotros, los discípulos misioneros del tercer milenio. Y TÚ: ¿Cómo acoges las palabras que Dios te dirige en Jesucristo?
Esta acogida la podemos recibir de manera comunitaria o personalmente; muchos prefieren quedarse con la interpretación que realizan en la comunidad, en dónde generalmente es el pastor, sacerdote o diacono quien nos explica las palabras del Maestro; otros más curiosos van más allá, y buscan en su oración personal junto a la presencia del Espíritu Santo lo que nos quiere comunicar Jesucristo, recordando las mismas palabras del Hijo de Dios y su promesa divina: “El que me ama será fiel a mi palabra, y mi Padre lo amará; iremos a él y habitaremos en él. El que no me ama no es fiel a mis palabras. La palabra que ustedes oyeron no es mía, sino del Padre que me envió. Yo les digo estas cosas mientras permanezco con ustedes. Pero el Paráclito, el Espíritu Santo, que el Padre enviará en mi Nombre, les enseñará todo y les recordará lo que les he dicho” (Juan 14, 23-26). Ante esto, los cristianos nos podemos preguntar lo siguiente: ¿Amamos realmente a Jesucristo? ¿Dios Trinidad habita en nosotros? ¿Cómo sentimos la presencia del Espíritu Santo que nos enseña las palabras del Hijo de Dios? Y TÚ: ¿Eres fiel a las palabras de Jesucristo?
DISCERNIMOS:
Con esta breve contemplación de nuestra vida cristiana, les invitamos a discernir sobre el “Buen Mensaje” de Jesucristo, en este día, lo haremos con el Evangelio de Marcos, tomaremos algunos versículos del capítulo noveno: “Llegaron a Cafarnaúm y, una vez que estuvieron en la casa, les preguntó: ¿De qué hablaban en el camino?” (v. 33). Nuevamente vemos a Jesucristo con sus discípulos llegando a Cafarnaúm, una ciudad muy importante en el inicio de la predicación del Mesías, en dónde eligió a sus primeros discípulos, es junto a ellos, con ellos, que inicia un dialogo fraterno, con la siguiente pregunta: ¿De qué hablaban en el camino?
Una pregunta que la podemos hacer en nuestra comunidad cristiana: ¿De qué hablamos en la actualidad? Tal vez muchos se preguntan, si están o no vacunados; o ya comienzan a programar salidas a otros lugares, cada vez, perdiendo más de vista lo vivido en la Pandemia del COVID 19, en cambio, algunos hablan de política, más cuando se acercan tiempo de elecciones; y ¿De qué hablamos en nuestras familias?
Será que nuestros temas y conversaciones, les pasa lo mismo que a los discípulos: “Ellos callaban, porque habían estado discutiendo sobre quién era el más grande” (v. 34). Entonces, casi siempre terminamos discutiendo, en una cultura que fortalece el éxito en quien gana un DEBATE, y no en CREAR la cultura de dialogo que busca la UNIDAD de las personas, es justamente la invitación del Maestro, a no buscar el “MEJOR”, no debatir sobre ¿Quién es el más grande?, sino centrarse en el SERVICIO. Y TÚ: ¿Eres una persona que busca el dialogo o el debate?
Es lo que nos enseña el Maestro a dialogar: “Entonces, sentándose, llamó a los Doce y les dijo: El que quiere ser el primero, debe hacerse el último de todos y el servidor de todos” (v. 35). Convoca a todos y todas para decirle que el sentido se encuentra en el servicio a los demás, al prójimo, a TODAS las personas, a TODOS los seres humanos: Y TÚ: ¿Eres una persona que se pone al servicio de toda la humanidad?
Junto a esta mirada común, para UNIRNOS, nos invita a poner el centro de nuestra atención, con el siguiente ejemplo: “Después, tomando a un niño, lo puso en medio de ellos y, abrazándolo, les dijo: El que recibe a uno de estos pequeños en mi Nombre, me recibe a mí, y el que me recibe, no es a mí al que recibe, sino a aquel que me ha enviado” (vv. 36-37). Es con el ejemplo de un niño, nos invita a poner nuestra mirada en el centro, lo que se encuentra en medio de ellos, con ello, nos motiva a RECIBIRLOS y ACOGERLOS, ya que recibiendo a los PEQUEÑOS del mundo, recibimos a DIOS; no siendo grandes, ni los mejores, sino siendo pequeños, como niños. Y TÚ: ¿Eres como los niños y niñas?
Ante esta propuesta a SER, algunos seguirán con su forma de pensar y proceder, lo mismo le plantearon a Jesucristo, uno de sus discípulos: “Juan le dijo: Maestro, hemos visto a uno que expulsaba demonios en tu Nombre, y tratamos de impedírselo porque no es de los nuestros” (v. 38). Jesucristo les ha enseñado sobre el dialogo, sobre ser servidores, sobre ser pequeños; y ellos, siguen pensando en el PODER; por esta razón, por CREEN tener el PODER y el MONOPOLIO de la FE, es que le impiden a OTROS HABLAR en el nombre de Jesucristo, impiden que OBREN MILAGROS de sanación, por no SER de ellos, de su grupo, de su comunidad: ¿Acaso no seguimos pensando de la misma manera muchos cristianos en la actualidad, muchos cristianos se creen mejores que los demás? Y PARA TI: ¿Cómo vives esta realidad?
Más allá de nuestra vivencia personal, a los auténticos cristianos nos debe importar la enseñanza del MAESTRO: “Pero Jesús les dijo: No se lo impidan, porque nadie puede hacer un milagro en mi Nombre y luego hablar mal de mí. Y el que no está contra nosotros, está con nosotros” (vv. 39-40). Y en verdad, los cristianos: ¿Estamos con las ideas de Jesucristo? ¿Vivimos según la forma y estilo de Jesucristo? ¿Hacemos lo que Él nos dice en los Santos Evangelios?
“Les aseguro que no quedará sin recompensa el que les dé de beber un vaso de agua por el hecho de que ustedes pertenecen a Cristo” (v. 41). Y PARA TI: ¿Verdaderamente PERTENECES a Jesucristo?
EVANGELIZAMOS:
Justamente a la luz de la pertenencia a Jesucristo podemos ver el FRUTO de nuestra evangelización; de manera comunitaria y personal; sin perder de vista nuestra comunidad cristiana, nos interesa nuestra mirada personal, tal vez, nos ayuden las palabras del Apóstol Pablo: “De igual manera, hermanos, por la unión con el cuerpo de Cristo, ustedes han muerto a la Ley, para pertenecer a otro, a aquel que resucitó a fin de que podamos dar frutos para Dios” (Romanos 7, 4). Es decir, todos somos hermanos de comunidad en la unidad con el CUERPO de Jesucristo, que es la IGLESIA, que a diferencia de lo que muchos creen NO es un LUGAR, sino somos las personas, cada uno de nosotros, los cristianos, somos el CUERPO de Cristo, al que PERTENECEMOS para dar frutos para DIOS: ¿Cuáles son nuestros frutos cristianos que manifiestan nuestra PERMANENCIA a Jesucristo?
En PALABRAS del evangelio citado en el momento de la contemplación, se trata de SER FIEL al “Buen Mensaje” de Jesucristo, de esta forma, revelamos y damos testimonio de nuestro AMOR a Jesucristo. Por lo tanto, nos preguntamos, como cristianos: ¿Realmente AMAMOS a Jesucristo? Y TÚ: ¿Cómo manifestarás la FIDELIDAD al “Buen Mensaje” de Jesucristo, del verdadero Maestro de los cristianos?
Si me amo, puedo amar a otro y más aún a mi Dios y Señor a Jesucristo, si sigo los preceptos que él ha dejado en los Santos Evangelios es hacer su voluntad por mi bien y mi vida se llena en todos los sentidos, siendo servidora de él en mis hermanos.
ResponderBorrarDifícil es pertenecer a Jesús, fácil es decir que soy de él porque paso frente a un templo y me persigno, mas sigo mi camino y peleo con quien se me ponga en frente porque hizo algo que no me pareció, o rezar mis 10 padres nuestro y 20 ave marías y llegar a mi trabajo, tratar con desprecio al vigilante del colegio porque "es lento" y me desespera.
Ser cristiano es un camino segundo a segundo y creer siempre en Jesús, vea lo que vea.