LOS DISCÍPULOS DE JESUCRISTO RECIBEN A MARÍA

 CONTEMPLAMOS:


En este día, la tradición católica romana nos invita a celebrar la festividad de nuestra Señora del Rosario, por ello, hemos querido dedicar este artículo teológico a la Madre del Salvador, recordando las palabras proféticas: “Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por el Profeta: La Virgen concebirá y dará a luz un hijo a quien pondrán el nombre de Emanuel, que traducido significa: Dios con nosotros” (Mateo 1, 22-23). Recordemos que el Evangelista Mateo utiliza constantemente texto de la Biblia Judía, contenidos en los escritos de la LEY y de los Profetas para explicarnos el “Buen Mensaje” que nos trae el Salvador del mundo, que llega a nosotros por medio de la concepción y el parto de una mujer VIRGEN, a que le conocemos como María, la Madre del Emanuel, del DIOS con nosotros, por lo tanto, desde allí se puede deducir que María es Madre del Dios con nosotros. Y PARA TI: ¿Cómo consideras y recibes a María en tu vida?

 

Ante esta pregunta, es bueno recordar como la recibe su prima Isabel, en el encuentro de las embarazadas: “¿Quién soy yo, para que la madre de mi Señor venga a visitarme? Apenas oí tu saludo, el niño saltó de alegría en mi seno. Feliz de ti por haber creído que se cumplirá lo que te fue anunciado de parte del Señor” (Lucas 1, 43-45). También en Isabel vemos cómo surge una pregunta de admiración: ¿Quién soy yo?, a partir de esta interrogante, podemos señalar algunos aspectos importantes a la hora de hablar de María, la adolescente que acepta la voluntad de Dios; nos puede llamar la atención porque una prima mayor de edad recibe con tanta alegría a su pequeña prima María, y más aún, porque razón la llama la “MADRE de mi SEÑOR” ante su visita, ciertamente aquí tenemos la antesala de reconocer a María como MADRE, y en este caso, de DIOS; ya que tanto en su tiempo, como en la actualidad, en muchas ocasiones nos referimos como SEÑOR para hablar de DIOS, sobre todo al orar, oramos a nuestro SEÑOR; junto a este reconocimiento de Isabel al fruto del vientre de MARÍA; la reconoce como una MUJER de FE, ya que ha creído que su cumplirá en ella, el anuncio del SEÑOR, o sea, el ANUNCIO de DIOS, esta FE la hace FELIZ. Y nosotros: ¿Somos FELICES al creer en el cumplimiento de la PALABRA de Dios? Y TÚ: ¿Lo eres?

 

La mirada de algunos cristianos, nos invita a contemplar a la joven María como la Madre de Dios, fundado en estos textos evangélicos, y nosotros: ¿Cómo interpretamos estos pasajes bíblicos en la actualidad? Es aquí la diferencia entre católicos y evangélicos; ya que los evangélicos piensan que María es Madre de Dios, en el sentido, que María ha hecho a Dios; en cambio, los católicos y ortodoxo señalan desde los primeros siglos del cristianismo que María ha engendrado a Dios Hijo, lo ha parido; por esta razón, es Madre de Dios, no porque lo haya hecho, sino porque lo engendro y dio a luz: Y TÚ: ¿Cómo presentas a la joven María, la Madre de Jesucristo?

 

 

DISCERNIMOS:

 

Desde esta mirada sobre la Madre del Salvador, Jesucristo, queremos discernir nuestra actitud devocional, de admiración a una adolescente que fue capaz de aceptar la voluntad de Dios, aquella que es reconocida con el saludo del ángel Gabriel: “En el sexto mes, el ángel Gabriel fue enviado por Dios a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen que estaba comprometida con un hombre perteneciente a la familia de David, llamado José. El nombre de la virgen era María. El Ángel entró en su casa y la saludo, diciendo: ¡Alégrate!, llena de gracia, el Señor está contigo” (Lucas 1, 26-28). Justamente es el ángel quien califica a María como una persona llena de Gracia, y al estar llena de Gracia, Dios se encuentra en ella; no tan solamente por recibir al SALVADOR; sino que antes, ya estaba llena de GRACIA y DIOS estaba con ella; de aquí la oración repiten muchos católicos: “Dios te salve María, llena eres de gracia, el Señor es contigo”. Y nosotros a ejemplo de esta adolescente judía: ¿Somos personas que nos encontramos llenos de Gracia? Y TÚ: ¿Lo estás?

 

Por lo tanto, te estamos desafiando a discernir juntos a la vida de María, junto a ella ver cómo vivimos nuestra Fe Cristiana, recordando que uno de los sentidos más importante de la Fe Cristiana es ser SANTOS; es decir, estar llenos de Gracia, junto a ello, lograr la bendición divina, como lo señala Jesucristo en las Bienaventuranzas, benditos o bienaventurados, y los cristianos: ¿Somos personas bienaventuradas y benditas?

 

Ya que de la joven María, podemos afirmar desde las Sagradas Escrituras y en la boca de su prima Isabel, el siguiente testimonio: “Apenas esta oyó el saludo de María, el niño saltó de alegría en su seno, e Isabel, llena del Espíritu Santo, exclamó: ¡Tú eres bendita entre todas las mujeres y bendito es el fruto de tu vientre!” (Lucas 1, 41-42). Justamente estas frases, fundamentan la oración del Dios te salve, que se recita cada vez, que se rezan los misterios del rosario; sin duda, para muchas personas su MADRE es el tesoro más preciado, la más amada, la más respetada, la preferida entre todas las mujeres; de la misma manera, se le considera a esta jovencita: “Bendita entre todas las mujeres”. Y nosotros: ¿Creemos en estas palabras del evangelio? Y PARA TI: ¿Son importantes estas palabras descritas y narradas en los Santos Evangelios?

 

Desde la lógica católica diremos que SI; ya que se ora a diario, aunque porqué le seguimos pidiendo su intercesión, que ruegue por nosotros PECADORES, que es un acto de reconocimiento y de verdad, como lo dice en una de las cartas de Juan: “Si decimos que no tenemos pecado, nos engañamos a nosotros mismos y la verdad no está en nosotros” (1Juan 1, 8). Ya que todos los cristianos nos debemos reconocer como pecadores, y por lo tanto, necesitados de DIOS, sobre todo de Jesucristo que es quien nos redime de nuestros pecados. Y PARA TI: ¿Te encuentras redimido de todos tus pecados?

 

Esta es la intención de pedir intercesión, reconociendo nuestra incapacidad y fragilidad humana, en alguien que se presenta como modelo de la humanidad redimida y sin pecado, de la Virgen María, la misma que intercedió en las bodas de Caná, sigue intercediendo por cada uno de nosotros: “Tres días después se celebraron unas bodas en Caná de Galilea, y la madre de Jesús estaba allí. Jesús también fue invitado con sus discípulos. Y como faltaba vino, la madre de Jesús le dijo: «No tienen vino». Jesús le respondió: «Mujer, ¿qué tenemos que ver nosotros? Mi hora no ha llegado todavía». Pero su madre dijo a los sirvientes: Hagan todo lo que él les diga” (Juan 2, 1-5). Si en este texto se nos revela como intercede para obrar un milagro ante la falta de vida: ¿Cuánto más intercederá por nosotros? Si le pedimos por la salud de un hijo, encontrar un trabajo, el alimento de cada día, ella puede interceder, como nos muestra el Evangelio, para obrar milagros en la vida de los creyentes, en nuestra vida como necesitados, claramente reconociendo que el MILAGRO lo realiza Jesucristo, el Hijo de Dios, o sea, DIOS es quien obra y realiza TODO milagro en la mundo. Y TÚ: ¿Qué milagro le pides a DIOS por intercesión de la Madre del Mesías?

 

Este es el desafío del cristiano, un desafío que es para toda la vida, hasta nuestra muerte terrena, como lo vivió la Madre del salvador, al pie de la Cruz de su Hijo: “Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena. Al ver a la madre y cerca de ella al discípulo a quien él amaba, Jesús le dijo: Mujer, aquí tienes a tu hijo” (Juan 19, 25-26). Desde este momento, los discípulos, los amados por Jesucristo son considerados hijos para su Madre, María, ante la petición del Salvador del mundo: “Aquí tienes a tu hijo”. Y nosotros, como cristianos, seguidores de Jesucristo: ¿Aceptamos a María como nuestra madre?

 

Ciertamente un auténtico discípulo sigue las palabras del Maestro: “Luego dijo al discípulo: «Aquí tienes a tu madre». Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa” (Juan 19, 27). Y TÚ: ¿Has recibido a María, como tu MADRE, en tu casa, en tu hogar, en tu familia?

 

 

EVANGELIZAMOS:

 

Nuestra propuesta de evangelización pasa por la oración, unida a nuestra madre María, la Madre de Jesucristo y madre de todos sus discípulos, en este día, bajo la advocación de nuestra Señora del Rosario, por esta razón, seguramente surgió rápida la veneración en las primeras comunidades cristianas, por la fundación de los discípulos; con la veneración que sigue entre los ortodoxos y católicos, ya desde los primeros siglos del cristianismo, con el primer dogma de nuestra Fe cristiana sobre María: Madre de Dios, manifestado en el año 431. Y PARA TI: ¿Cómo unes tu evangelización diaria al testimonio de María? 

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