¿QUIENES SON LOS ARCÁNGELES?
CONTEMPLAMOS:
En este día, celebramos la festividad de los tres:
Miguel, Gabriel y Rafael, aquellos que nos recuerdan a Dios, ya desde sus
nombres: ¿Quién como Dios?, Fortaleza de Dios y Medicina de Dios,
respectivamente, más allá del significado de sus nombres: ¿Qué significan para
el cristianismo? Y PARA TI: ¿Qué importancia tienen en tu vida?
Desde la importancia y el significado que le damos, tal
vez, es bueno recordar cómo se nos presentan en las Sagradas Escrituras, como
figuras que cumplen una misión divina, tal como nosotros podemos ser enviados
por Dios (ÉL), que nos sigue enviando a cumplir su voluntad divina, de la misma
forma, aquellos Ángeles cumplen su servicio a Dios y a su pueblo Santo, que
para nosotros es lo que denominamos la Iglesia de Jesucristo: ¿Cómo vivimos
nuestra misión divina? Y TÚ: ¿Cómo la cumples?
¿Quién como Dios? Es Miguel, el mismo que combate en
nombre de Dios para vencer al Dragón al que conocemos como Satanás, así nos
relata el último libro de la Biblia Cristiana: “Entonces se libró una batalla
en el cielo: Miguel y sus Ángeles combatieron contra el Dragón, y este
contraatacó con sus ángeles, pero fueron vencidos y expulsados del cielo. Y así
fue precipitado el enorme Dragón, la antigua Serpiente, llamada Diablo o
Satanás, y el seductor del mundo entero fue arrojado sobre la tierra con todos
sus ángeles. Y escuché una voz potente que resonó en el cielo: Ya llegó la
salvación, el poder y el Reino de nuestro Dios y la soberanía de su Mesías porque
ha sido precipitado el acusador de nuestros hermanos, el que día y noche los
acusaba delante de nuestro Dios. Ellos mismos lo han vencido, gracias a la
sangre del Cordero y al testimonio que dieron de él, porque despreciaron su
vida hasta la muerte. ¡Que se alegren entonces el cielo y sus habitantes, pero
ay de ustedes, tierra y mar, porque el Diablo ha descendido hasta ustedes con
todo su furor, sabiendo que le queda poco tiempo!” (Apocalipsis 12, 7-12).
Fortaleza de Dios: es Gabriel, el mismo que nos presenta
el Evangelista Lucas, en el anuncio a María y a Zacarías, este ángel anuncia
con fuerza la voluntad divina, de tal forma, que su palabra se vuelve realidad:
«Yo soy Gabriel, el que está delante de Dios, y he sido enviado para hablarte y
anunciarte esta buena noticia. Te quedarás mudo, sin poder hablar hasta el día
en que sucedan estas cosas, por no haber creído en mis palabras, que se
cumplirán a su debido tiempo» (Lucas 1, 19-20).
Y por último, Medicina de Dios es Rafael, de él nos habla
la Biblia Judía: “Y fue enviado Rafael para curar a los dos: para quitar las
manchas blancas de los ojos de Tobit, a fin de que viera con ellos la luz de
Dios, y para dar a Sara, hija de Ragüel, como esposa de Tobías, hijo de Tobit,
librándola del malvado demonio Asmodeo” (Tobías 3, 17a). Para sanar a los
enfermos. Y para nosotros: ¿Cómo se presentan estos ángeles?
DISCERNIMOS:
Desde esta sencilla contemplación, sobre quiénes son
estos arcángeles, queremos invitarlos a discernir con el Evangelista Juan, y lo
que señala el mismo Jesucristo a sus primeros discípulos: “Al ver llegar a
Natanael, Jesús dijo: Este es un verdadero israelita, un hombre sin doblez”
(Juan 1, 47). Tal vez, se propone este Evangelio por el sentido del nombre
Natanael: “Don de Dios o Dios ha dado”; como queriendo darnos el sentido de que
todos somos ángeles en cierto modo, por un lado, por ser enviados por Dios, y
por otro lado, el sentido creador divino y de nuestros nombre: ¿Qué significado
tienen nuestros nombres?
Desde nuestros nombres: ¿Actuamos y vivimos como tal?
Cómo sucede en los ángeles; mirando a Natanael nos podemos preguntar es un
hombre sin doblez y auténtico Israelita por ser Creado por Dios, por sus padres
o por su propio esfuerzo, tal vez todo confluye para ser persona, y nosotros:
¿Cómo somos para los demás? Y PARA TI: ¿Cómo eres como persona, como te ven los
demás? ¿Cómo nos damos a conocer?
Es lo que cree Natanael de las palabras de Jesucristo:
“¿De dónde me conoces?, le preguntó Natanael. Jesús le respondió: Yo te vi
antes que Felipe te llamara, cuando estabas debajo de la higuera” (v. 48). Él
nos conoce desde antes, muchos afirmaremos como Dios, que nos conoce desde
nuestra creación en el seno materno, junto al apóstol, llamados desde el seno
materno: ¿A qué somos llamados por Dios? A veces, usando intermediarios
(Felipe, ángel), aunque al fin y al cabo, es el mismo DIOS que nos sigue
eligiendo y nos conoce desde lo más profundo de nuestro SER, y para nosotros:
¿Nos conocemos a nosotros mismos? Y TÚ: ¿Te conoces?
Más allá de que reconozcamos todo esto, como verdades de
nuestra relación con Dios, como lo hizo Natanael: “Natanael le respondió: Maestro,
tú eres el hijo de Dios, tú eres el Rey de Israel” (v. 49). Reconocer al Hijo
de Dios, al Rey de nuestras vidas: ¿Somos capaces de VER más allá?
“Jesús continuó: Porque te dije: Te vi debajo de la
higuera, crees. Verás cosas más grandes todavía” (v. 50). ¿Qué cosas llegaremos a VER junto a
JESUCRISTO? ¿Qué deseamos contemplar junto a Dios? Es lo que nos invita a mirar
esta FESTIVIDAD, a los seres angelicales, lo que en boca de Jesucristo nos
recuerda lo siguiente: “Y agregó: Les aseguro que verán el cielo abierto, y a
los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre” (v. 51). Y
nosotros: ¿Vemos a los ángeles subir y bajar del cielo? ¿Creemos en la
presencia de los ángeles que nos ayudan y sostienen en el encuentro
divino? Y TÚ: ¿Cómo vives la presencia
angelical en tu existencia cristiana?
EVANGELIZAMOS:
Justamente a la luz de Jesucristo, del Hijo del Hombre
descubrimos que los ángeles lo acompañan en su misión, y nosotros, los
cristianos: ¿Nos sentimos acompañados y apoyados en nuestra misión divina?
Quizás al igual que en los relatos evangélicos, se nos
presentan personas, ángeles que nos revelan nuestra misión divina, como lo fue
con Zacarías, José y María, de la misma manera, siguen apareciendo en nuestras
vidas para mostrarnos el camino de evangelización que debemos vivir, la misión
de cuidar al Hijo de Dios, de hacer la voluntad de Dios, de encarnar en la vida
la palabra revelada por medio de esas personas, de esos ángeles que Dios ha
enviado a nuestras vidas para mostrarnos su camino. Y nosotros: ¿Cómo acogemos
y recibimos el mensaje de los ángeles, de las personas enviadas por Dios a
nuestras vidas? Y TÚ: ¿Cómo lo has recibido?
Dios es importante en mi vida, si mensajes, doctrina, amor, misericordia y perdón es el sentido de mi vivir. Sus mensajeros, los ángeles, seres espirituales que están cerca de Dios y que, pendiente me acompañan para mi bien, pues, Dios me cuida y protege hasta de mí misma.
ResponderBorrarJesús, ante la presencia de Pilato, le hace saber que él es rey y no de éste mundo, si no, de otro, donde tiene un ejército celestial. Para mí, Dios Trinidad es un Dios poderoso, lleno de gloria, y nadie contra él, pues es poderoso y majestuoso, su ejército es servir a sus hijos (nosotros), para llevarnos con él, una guerra interna vivida en nuestro exterior, dentro de la realidad humana que pesa y mucho, por eso, Dios nos cuida, por amor a nosotros; nos da fuerza, poder para anunciar su Palabra y Salud para sostenerla, nos da ejemplo y nos muestra con sus ángeles santos que viven junto a él.
Mi nombre fue precioso para mis padres, me honraron para ser buena hija, persona e hija de Díos, todo lo que los padres desean para sus hijos, me bautizaron para pertenecer a la iglesia de Dios a quien sirvo hoy con todo mi corazón y mi ser, con mis bajas y mis altas para anunciar con valor su nombre, su Palabra.
Bendito sea Dios en sus ángeles y en sus Santos.
Los ángeles son muy importantes en nuestro camino, nos cuidan.
ResponderBorrarMi misión la vivo en obediencia y la cumplo siendo misericordiosa, imitando a los ángeles, no perfecta.
Cuando he necesitado de algo, me encomiendo al Espíritu Santo y Dios abre las puertas para mí, me encuentro con muchos ángeles que ayudan.
Me ha tocado ver a personas y familias en estado vulnerable y gracias a Dios he podido ayudarlas, mis hijos dices que llegan a mí y que son "Cristos rotos" y los apoyo.
He aprendido a conocerme, Dios me llamó con su Palabra en los Santos Evangelios.
Veo la divinidad de Dios en mi salud, en que tengo un pan que comer, mi familia sana y unida, el amanecer día a día.
Completamente me siento acompañada por Dios y la Santísima Virgen y mi ángel de la guarda.
Recibo el mensaje de Dios en su amor, su misericordia y su perdón. Con mucha alegría.
Y en su luz divina de cada amanecer.