¿QUÉ SIGNIFICA SER EVANGELISTA?

 CONTEMPLAMOS:


En este día, celebramos la festividad de Mateo, aunque algunos comunidades cristianas se celebró hace unos días, el 16 de septiembre, en el rito latino se celebra hoy, el 21 de septiembre; hemos querido tomar esta fiesta de uno de los cuatro Evangelistas para nuestro artículo teológico, con la intención de preguntarnos sobre el significado del servicio de “EVANGELISTA”, ya que, con este personaje, nos podemos realizar varias interrogantes: ¿Qué llevo a Mateo a escribir uno de los cuatro evangelios? ¿Cómo paso de ser elegido “Discípulo” de Jesucristo a ser uno de los DOCE, los que conocemos como Apóstoles? ¿Por qué razón las Iglesias lo veneran como evangelista?

 

En primer lugar, recordemos que su llamada la encontramos en los tres evangelios sinópticos; con una diferencia, mientras en su evangelio se autodenomina Mateo, en cambio, en los Evangelios de Marcos y Lucas, sale descrito como “Leví”, así lo narra uno de los textos evangélicos: “Al pasar vio a Leví, hijo de Alfeo, sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió” (Marcos 2, 14). Es el mismo Jesucristo que pasando por la ciudad ve a un cobrador de impuestos, llamado Leví, al que escoge para ser su discípulo, es el mismo que encontramos, en la lista de los Doce, como Mateo, con otra curiosidad, según el mismo relato de Marcos: “Así instituyó a los Doce: Simón, al que puso el sobrenombre de Pedro; Santiago, hijo de Zebedeo, y Juan, hermano de Santiago, a los que dio el nombre de Boanerges, es decir, hijos del trueno; luego, Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Santiago, hijo de Alfeo, Tadeo, Simón, el Cananeo, y Judas Iscariote, el mismo que lo entregó” (3, 16-19). Y PARA TI: ¿Cuál es esa curiosidad que se encuentra en las dos citas del evangelista Marcos?

 

Y, en segundo lugar, podemos traer a colación otro texto, que encontramos en el Libro Histórico de la Biblia Cristiana: “Al día siguiente, volvimos a partir y llegamos a Cesarea, donde fuimos a ver a Felipe, el predicador del evangelio, unos de los Siete, y nos alojamos en su casa. Él tenía cuatro hijas solteras que profetizaban” (Hechos de los Apóstoles 21, 8-9). Aquí vemos a Felipe, uno de los siete diáconos elegidos para servir las mesas de las viudas, transformado en un EVANGELISTA, aunque la traducción al español nos señala la palabra predicador, en el texto griego, no se encuentra, solamente el uso de la palabra “evangelio” acompañada de un artículo; por lo tanto, podemos entender que Lucas, que escribió los Hechos de los Apóstoles, nos habla de un ministerio distinto del diacono, que iba más allá de la predicación, tal vez, como él, nos habla del servicio de EVANGELISTAS, personas que pusieron por escrito la vida de Jesucristo, en este nuevo género literario naciente, algunos nos preguntarán y por qué afirmar esto de Felipe, sino escribió ningún Evangelio, para los amantes de los relatos evangélicos, diremos SI; es muy probable que haya escrito lo que conocemos como Evangelio Apócrifo de Felipe. Y TÚ: ¿Cómo interpretas el ministerio de Felipe, unos veinte años después de ser diácono?

 

 

DISCERNIMOS:

 

Desde nuestra curiosidad sobre los Santos Evangelios y los evangelios apócrifos, les invitamos a discernir con el texto evangélico de Mateo; en su capítulo 9 en la elección del mismo Discípulo: Mateo, uno de los DOCE y con el tiempo ve la necesidad de escribir sobre la vida de Jesucristo, por ello, tal vez este evangelio con su origen humano: “Genealogía de Jesucristo, hijo de David, hijo de Abraham” (Mateo 1, 1). Presentando a Jesucristo como descendiente de Abraham, padre de la FE; y de David, rey de Israel, tal vez, con la intención de señalar la grandeza del linaje de Jesucristo, y que en Él, en su persona, se realizaba el cumplimiento de todas las promesas descritas en la Biblia Judía. Y nosotros: ¿Cómo escribiríamos sobre el origen de Jesucristo?

 

Sería bueno como ejercicio espiritual escribir todo lo que sabemos de la vida de Jesucristo, como si fuera nuestro propio evangelio; como lo hizo Marcos, Mateo, Lucas, Juan y los demás, que fueron considerados apócrifos, por diversas razones históricas y de autenticidad de la inspiración a las personas que se le adjudicaba dicha autoría o por falta de inspiración divina a estos escritores; y a nosotros: ¿Tendríamos la inspiración del Espíritu Santo para escribir el Evangelio de Jesucristo?

 

Más allá de estos ejercicios espirituales o de conocimiento evangélico, veamos el encuentro de Jesucristo, en dónde surge todo “APÓSTOL”, como le sucedió a Pablo camino a Damasco, claro que a Saulo tiene su encuentro después de la resurrección de Jesucristo, en cambio, el apóstol y evangelista, fue mientras realizo su misión terrena: “Al irse de allí, Jesús vio a un hombre llamado Mateo, que estaba sentado a la mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: «Sígueme». Él se levantó y lo siguió” (Mateo 9, 9). Es Dios en Jesucristo que toma la iniciativa al ver a este hombre: ¿Qué vio en él? Para que lo elija y le proponga su llamada divina, ciertamente la disposición de Mateo, fue de un hombre de FE, sin dudas ni preguntas, una persona dispuesta a SEGUIR a Jesucristo. Y para nosotros: ¿Estamos dispuestos al seguimiento al igual que Mateo? Y TÚ: ¿Qué has dejado para seguir al Maestro?

 

Desde este llamado, comparten la comida: ¿Cómo nos sentamos a la mesa junto a Jesucristo? Es lo que hace Mateo, lo invita a su hogar: “Mientras Jesús estaba comiendo en la casa, acudieron muchos publicanos y pecadores, y se sentaron a comer con él y sus discípulos” (v. 10). Junto a ellos, compañeros y amigos de trabajo de Mateo, se reúnen en la mesa, todos y todas, aunque sean pecadores se sientan junto al Señor, ante este hecho, los interrogados son los discípulos del Maestro: “Al ver esto, los fariseos dijeron a los discípulos: ¿Por qué su Maestro come con publicanos y pecadores?” (v. 11). Y nosotros, al ser discípulos de Jesucristo: ¿Qué respuesta daríamos? Y PARA TI: ¿Cuál sería tu respuesta?

 

Nuestra respuesta, es lo que llamaríamos un testimonio evangélico, con ello, nos estaríamos convirtiendo en predicador del Evangelio; ahora bien, si escribimos nuestra respuesta seríamos un “evangelista”, que son aquellos que escriben sobre el “Buen Mensaje” del Hijo de Dios, veamos cuál es la respuesta del Mesías: “Jesús, que había oído, respondió: No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos” (v. 12). Les enseña a los fariseos que el “Buen Mensaje” de Dios es para las personas que necesitan de un médico, en este sentido, son los enfermos que necesitan del encuentro con Jesucristo, y en la actualidad, en tu entorno: ¿Quiénes son los que necesitan de tener un encuentro con Jesucristo? Esta es la tarea del evangelista, lograr que las personas que lo necesitan se encuentren con el Hijo de Dios: ¿Cumplimos con esta tarea? Y TÚ: ¿Lo haces?

 

Si, lo estamos realizando es que somos “Evangelistas”, esperamos en Dios que muchos más lo sean, que los tradicionales que conocemos, que muchas personas en la actualidad cumplan este servicio o el ministerio que se funda en la siguiente frase de Jesucristo: “Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores” (v. 13). Ya que los auténticos evangelistas han aprendido lo que es la MISERICORDIA DIVINA; VAN y la viven desde su Fe llamando a los pecadores a ejemplo de Jesucristo, ya que el EVANGELIO es para los pecadores y no para los que se creen justos, ya que el “Buen Mensaje” siempre es un instrumento y un medio para conseguir la CONVERSIÓN de las personas. Y TÚ: ¿A cuántas personas has acompañado en su proceso de conversión personal?

 

 

EVANGELIZAMOS:

 

Justamente a la luz del encuentro con Jesucristo surge y se revela nuestra misión, si hemos sido capaces de entender y acompañar a otros, en sus procesos de restauración y renovación, es que estamos evangelizando, y dando testimonio del Evangelio de Jesucristo, por lo tanto, con ello, nos estamos constituyendo en “Evangelistas”.  Y PARA TI: ¿Quieres ser un evangelista?

 

Esperamos en Dios Trinidad que surja, en ustedes, el deseo de ser predicadores del Evangelio: ¿Cómo predicar el Evangelio? Si, en verdad, no somos conocedores del “Buen Mensaje” de Jesucristo descritos en los Santos Evangelios. Para finalizar, es bueno recordar que Jesucristo mismo es el Evangelio, Él mismo es el “Buen Mensaje” que llega a cada uno de nosotros: ¿Qué hacemos para transmitirlo. Y TÚ: ¿Qué harás al respecto? ¿Cómo te convertirás en un nuevo evangelista?

Comentarios

  1. Primero lo nombra como Leví y luego Mateo, les cambia el nombre.

    Es bueno el ministerio de Felipe porque así, daba a conocer la vida de Cristo.

    El origen de Jesucristo, iniciaría: quiénes fueron sus padres, dónde nació, cómo fue creciendo, a qué se dedicaba, si vida pública anunciando su Evangelio hasta su martirio, muerte y resurrección con la intervención del Espíritu Santo.

    Si he estado dispuesta a seguir al Señor, dejando fiestas, reuniones familiares, amistades, para escuchar qué me dice Jesús, qué quiere de mí.

    Jesús come con publicanos y pecadores porque vino por los enfermos.

    Tener conocimiento de la Palabra de Dios para poder Evangelizar y hacerla viva, así pido ser un evangelista.

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