EXALTACIÓN DE LA CRUZ DE JESUCRISTO

 CONTEMPLAMOS:


En algunos países se celebra la festividad de la exaltación de la CRUZ, aunque en algunos lugares se celebró el día 3 de mayo, la mayoría de católicos, ortodoxos y otras denominaciones cristianas lo celebran en este día 14 de septiembre, celebración originada en el siglo IV, es por ello, que hemos querido detenernos a reflexionar sobre esta FESTIVIDAD del cristianismo, que va más allá de una Iglesia particular, sino que trasciende varias Iglesias Cristianas: ¿Qué importancia tiene la CRUZ para los cristianos? ¿Qué significado tiene o puede tener para los cristianos del Tercer Milenio?

 

Ciertamente la CRUZ la hemos usado como signo distintivo de los Cristianos, a la hora de la muerte, en procesiones y en los templos, allí la encontramos por nombrar algunos momentos y lugares en que la vemos presente, siempre en recuerdo de la MUERTE del Salvador del mundo, sin duda, sí es así, debemos recordar el hecho del calvario a las afueras de Jerusalén hace unos dos mil años: “Junto a la cruz de Jesús, estaba su madre y la hermana de su madre, María, mujer de Cleofás, y María Magdalena” (Juan 19, 25). En este acontecimiento doloroso, vemos junto a la CRUZ de Jesucristo a tres mujeres, según la versión del evangelista Juan, que también se encontraba junto a ellas: “Luego dijo al discípulo: Aquí tienes a tu madre. Y desde aquel momento, el discípulo la recibió en su casa” (Juan 19, 27). Y nosotros: ¿Qué recordamos de este acontecimiento salvador?

 

Recordemos que las interpretaciones han sido múltiples, como lo vemos en varios escritos, incluida las palabras del Apóstol Pablo en una de las cartas a la comunidad cristiana de Corinto: “Porque Cristo no me envió a bautizar, sino a anunciar la Buena Noticia, y esto sin recurrir a la elocuencia humana, para que la cruz de Cristo no pierda su eficacia. El mensaje de la cruz es una locura para los que se pierden, pero para los que se salvan –para nosotros– es fuerza de Dios. Porque está escrito: Destruiré la sabiduría de los sabios y rechazaré la ciencia de los inteligentes. ¿Dónde está el sabio? ¿Dónde el hombre culto? ¿Dónde el razonador sutil de este mundo? ¿Acaso Dios no ha demostrado que la sabiduría del mundo es una necedad? En efecto, ya que el mundo, con su sabiduría, no reconoció a Dios en las obras que manifiestan su sabiduría, Dios quiso salvar a los que creen por la locura de la predicación. Mientras los judíos piden milagros y los griegos van en busca de sabiduría, nosotros, en cambio, predicamos a un Cristo crucificado, escándalo para los judíos y locura para los paganos, pero fuerza y sabiduría de Dios para los que han sido llamados, tanto judíos como griegos” (1 Corintios 1, 17-24). Con ello, se revela la tarea de la evangelización, de llevar el “Buen Mensaje” de Jesucristo, un escándalo  y una locura para muchos, aunque para los cristianos es la FUERZA que recibimos de Dios, que surge y renace de la predicación de Jesucristo Crucificado; y nosotros: ¿Cómo recibimos esta sabiduría que brota de la Cruz de Jesucristo? Y PARA TI: ¿Qué significado tiene el signo de la CRUZ en tu vida?

 

 

DISCERNIMOS:

 

Al contemplar el SIGNO de la CRUZ, podemos mirar el uso diario, como por ejemplo; cuando tenemos la costumbre de persignarnos o bendecir a los niños con el gesto de una cruz en sus frentes, como lo han hecho muchos padres y padrinos en el rito católico del bautismo; más allá de nuestro uso diario y del significado que cada creyente le puede dar al signo de la CRUZ; lo importante es discernir junto a las PALABRAS de Jesucristo, para este día usaremos su discurso con NICODEMO que se encuentra en el capítulo 3 del Evangelio de Juan: “Nadie ha subido al cielo, sino el que descendió del cielo, el Hijo del hombre que está en el cielo” (v. 13). El Maestro trata de explicar el sentido de sus PALABRAS y el conocimiento divino, el origen de su sabiduría, que es porque se manifiesta como el Hijo de Dios, es el Hijo que ha descendido para darnos a conocer las cosas del Cielo: ¿Cómo comprendemos el Mensaje divino de Jesucristo?

 

Para que Jesucristo revele las verdades divinas se vale de ejemplos vividos del Pueblo de ISRAEL, que nos manifiestan la vivencia del MISTERIO DIVINO: “De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan Vida eterna” (vv. 14-15). Misterios que se han ido revelando a lo largo de la historia de los creyentes, antes en el DESIERTO con una serpiente, ahora con el Hijo de Dios clavado en una Cruz, es así, como Jesucristo cumple su misión: “Después de beber el vinagre, dijo Jesús: «Todo se ha cumplido». E inclinando la cabeza, entregó su espíritu” (Juan 19, 30).

 

De la misma manera, lo entendieron algunas personas en su tiempo: “El centurión y los hombres que custodiaban a Jesús, al ver el terremoto y todo lo que pasaba, se llenaron de miedo y dijeron: ¡Verdaderamente, este era el Hijo de Dios!” (Mateo 27, 54). Si el Hijo de Dios ha muerto crucificado, este es el escándalo para los judíos y locura para los griegos; porque podemos interpretar un mismo hecho de diversas formas, en este tiempo, señalaríamos por la LIBERTAD de opinión, ya que todos podemos opinar sobre un HECHO; aunque se debe AFIRMAR la VERDAD en los hechos, entonces: ¿Cómo logramos interpretar mejor este hecho de Jesucristo Crucificado?

 

En Palabras del Maestro, lo podemos entender de la siguiente manera: “Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna” (v. 16). Por lo tanto, se trata de una entrega de AMOR al mundo, Dios en su infinito AMOR nos quiere regalar la VIDA ETERNA, por medio de la FE en Jesucristo CRUCIFICADO obtenemos la esperanza de una Vida Eterna junto a Dios en su Reino. Justamente es lo que millones de personas creen el mundo; los cristianos creemos en este misterio manifestado en Jesucristo. Y TÚ: ¿Crees?

 

Ciertamente es parte del CREDO, de nuestra Fe Cristiana que surgió en la predicación de los primeros apóstoles: “Israelitas, escuchen: A Jesús de Nazaret, el hombre que Dios acreditó ante ustedes realizando por su intermedio los milagros, prodigios y signos que todos conocen, a ese hombre que había sido entregado conforme al plan y a la previsión de Dios, ustedes lo hicieron morir, clavándolo en la cruz por medio de los infieles. Pero Dios lo resucitó, librándolo de las angustias de la muerte, porque no era posible que ella tuviera dominio sobre él” (Hechos 2, 22-24). Desde esta predicación, ha ido creciendo la FE en el CRUCIFICADO, Él que ha muerto por la liberación de nuestros pecados: ¿Por qué puede suceder esto? ¿Cuál es la intención divina a partir de este SIGNO de la CRUZ?

 

Es lo que termina explicando el Maestro a Nicodemo: “Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él” (v. 17). Esto se realiza para la SALVACIÓN del mundo, que es lo que señala el Sumo sacerdote cuando preparaban y buscaban la manera de tomar prisionero a Jesucristo: “Uno de ellos, llamado Caifás, que era Sumo Sacerdote ese año, les dijo: Ustedes no comprenden nada. ¿No les parece preferible que un solo hombre muera por el pueblo y no que perezca la nación entera?” (Juan 11, 49-50). Aunque sus palabras proféticas fueron más allá, ya que NO solamente el Hijo de Dios muere por una nación, sino por toda la HUMANIDAD. Y PARA TI: ¿Cómo recibes en tu vida este regalo del AMOR DIVINO?

 

 

EVANGELIZAMOS:

 

Es esta recepción en nuestras vidas que nos llevan a EVANGELIZAR, a la luz de la persona de Jesucristo, hoy contemplado en la CRUZ, en la Santa CRUZ; aquel que ha sido elevado en lo alto del CALVARIO para la salvación y el perdón de todos nuestros pecados, ahora bien, si hemos sido redimidos y perdonados de nuestros pecados: ¿Por qué seguimos en situaciones de PECADO personal?

 

Recordemos las palabras del apóstol Pablo sobre Jesucristo: “En él hemos sido redimidos por su sangre y hemos recibido el perdón de los pecados, según la riqueza de su gracia, que Dios derramó sobre nosotros, dándonos toda sabiduría y entendimiento. Él nos hizo conocer el misterio de su voluntad, conforme al designio misericordioso que estableció de antemano en Cristo, para que se cumpliera en la plenitud de los tiempos: reunir todas las cosas, las del cielo y las de la tierra, bajo un solo jefe, que es Cristo. En él hemos sido constituidos herederos, y destinados de antemano –según el previo designio del que realiza todas las cosas conforme a su voluntad– a ser aquellos que han puesto su esperanza en Cristo, para alabanza de su gloria. En él, ustedes, los que escucharon la Palabra de la verdad, la Buena Noticia de la salvación, y creyeron en ella, también han sido marcados con un sello por el Espíritu Santo prometido” (Efesios 1, 7-13). Por lo tanto, nos podemos preguntar: ¿Cómo recibimos y vivimos el Perdón de los pecados en nuestras vidas? Y TÚ: ¿Cómo vives el Misterio de la Cruz?

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