LOS DISCÍPULOS SON LA FAMILIA DE JESUCRISTO
CONTEMPLAMOS:
Hoy queremos comenzar pensando en nuestras familias:
¿Cómo es nuestro diario vivir en el hogar? ¿Cómo nos llevamos con nuestros
padres y con nuestros hermanos? Ciertamente no es lo misma relación, si estamos
viviendo juntos o separados; quizás muchos de nuestros lectores, ya tienen
hijos, y han formado sus propias familias viviendo en sus propias casas; quizás
otros lamentan el fallecimiento de sus familiares; y a cada uno de nosotros:
¿Qué nos une como familias?
En este sentido, debemos reconocer que la gran mayoría
están unidos por el Amor y la unidad de la misma sangre; otros en cambio, están
unidos por un mismo proyecto de vida, el que van construyendo juntos; algunos
más por los valores familiares, desde el respeto y la fidelidad en la palabra
dada; y tal vez, algunos por el dinero, y en nuestras familias: ¿Qué se destaca
como vivencia familiar? ¿Qué y quién nos une como núcleo familiar?
Desde lo que podemos destacar como familias, es cómo
podemos ampliar nuestra concepción de las familias, ya que al compartir los
mismos valores, como los valores cristianos, y al ser algo esencial en la vida
diaria de varias familias, podemos hablar de la familia de los cristianos:
¿Cómo vivimos nuestro ser una FAMILIA entre los cristianos?
Es aquí en dónde nos queda un mundo por descubrir en la
diversidad de comunidades cristianas, y un mundo de aceptación en las distintas
formas en que se compone la Familia de Jesucristo. Y PARA TI: ¿Qué es lo más importante
para ser considerado parte de la familia de Jesucristo?
A partir de lo que vamos considerando más importante es
que vamos construyendo nuestras vidas y nuestras relaciones humanas, entonces:
¿Por qué no construir desde esta percepción de lo más importante y fundamental
nuestras familias cristianas? En verdad, es importante al interior de nuestras
familias los ideales cristianos, o sea, ¿Vivimos en los parámetros que
Jesucristo nos señala en los Santos Evangelios? Y TÚ: ¿Cómo vives y experimentas
a diario?
Es lo que anhelamos y queremos descubrir para este día,
lo haremos a la luz de cinco versículos del capítulo 3 del Evangelio de Marcos,
con ello, esperamos encontrar lo que nos enseña el Maestro con respecto al
¿Cómo ser parte de su familia? ¿Cómo podemos ser considerados la FAMILIA de
Jesucristo, el Hijo de Dios? Tal vez, conlleva más que creerse un hijo de DIOS,
sino que involucra una forma y estilo de vida; ya que no basta con PARECER,
sino con SER. Y TÚ: ¿Eres y te comportas como un auténtico hijo de Dios?
DISCERNIMOS:
Al discernir queremos ir más allá de nuestro
comportamiento personas, más bien mirar el CORAZÓN de Jesucristo, que se revela
en sus palabras y hechos: “Entonces llegaron su madre y sus hermanos y, quedándose
afuera, lo mandaron llamar” (Marcos 3, 31). En su pueblo llegan a buscarlo sus
parientes más cercanos, su madre: María junto a sus hermanos, aquí algunos
piensan que María tuvo más hijos con José, otros hablan de sus primos y
familia; otros pueden reconocer que José tenía un matrimonio previo, al quedar
viudo desposo a María, aunque ya tenía varios hijos e hijas, a estos se pueden
referir los Santos Evangelios, como hermanos, aunque aquí nuestro discernir no
se centra en: ¿Quiénes lo buscaban, ni en la razón de su búsqueda? Sino que nos
centramos en el ¿Quién es la familia de Jesucristo?
“La multitud estaba sentada alrededor de Jesús, y le
dijeron: Tu madre y tus hermanos te buscan ahí fuera” (v. 32). Muchos de los
que lo escuchaban le avisaron que lo buscaban su familia, su madre y hermanos,
es en este hecho sencillo, que Jesucristo manifiesta una verdad de Fe para
nosotros, los cristianos, los seguidores de Jesucristo; si somos hermanos de
Jesucristo, al ser hijo de Dios, como lo señala el Apóstol Pablo: “Y ahora que
ha llegado la fe, no necesitamos más de un guía. Porque todos ustedes son hijos
de Dios por la fe en Cristo Jesús, ya que todos ustedes, que fueron bautizados
en Cristo, han sido revestidos de Cristo” (Gálatas 3, 25-27). Según Pablo es
desde nuestra FE que somos hijos de Dios, por la FE en Jesucristo. Y TÚ: ¿Crees
esto?
Ahora bien, CREER implica en este sentido, dejarnos GUIAR
por Dios en Jesucristo con el Espíritu Santo, veamos que nos dice el Maestro al
respecto: “Él les respondió: ¿Quién es mi madre y quiénes son mis hermanos?”
(v. 33). Nos pregunta, a quienes compartimos la Fe Cristiana, a aquellos que
nos creemos hijos de Dios, por medio de la recepción de un sacramento o un
rito: ¿Quiénes somos, si somos parte de su familia?
Es aquí en donde el Maestro nos mira, y mira hasta
nuestro interior: “Y dirigiendo su mirada sobre los que estaban sentados
alrededor de él, dijo: Estos son mi madre y mis hermanos” (v. 34). Nosotros que
nos reunimos constantemente en los templos, como hijos de Dios: ¿Lo somos? ¿Nos
comportamos como tal?
He aquí el último desafío, comprender que es lo que debemos hacer para SER
realmente parte de la familia de Jesucristo, no se trata de lo que nosotros
creemos, ya que si somos hijos de Dios es por la FE en Jesucristo, es también
Jesucristo quién debe decirnos como ser su familia: “Porque el que hace la
voluntad de Dios, ese es mi hermano, mi hermana y mi madre” (v. 35). Aquí
encontramos el VERDAD de ser de la familia de Jesucristo, son aquellos que
cumplen la voluntad de Dios Padre, los cristianos: ¿Cumplimos la voluntad
divina? Y TÚ: ¿La cumples?
EVANGELIZAMOS:
Justamente a la luz de Jesucristo, en sus palabras es que
descubrimos: ¿Cómo debemos vivir? Esto es para nosotros, los cristianos, la
EVANGELIZACIÓN, tal vez, nos falta discernir cada día la voluntad de Dios para
cada uno de nosotros, descubrir que el fin del creyente es HACER la VOLUNTAD de
DIOS: ¿La hacemos? O más bien, hacemos lo que creemos que Dios nos dice, y que
NO siempre es voluntad, sino un error de interpretación personal y comunitaria:
¿Qué falta para lograr un auténtica discernimiento de la voluntad de Dios?
Nuevamente Pablo nos ayuda a entender mejor estas ideas:
“Todos los que son conducidos por el Espíritu de Dios son hijos de Dios. Y
ustedes no han recibido un espíritu de esclavos para volver a caer en el temor,
sino el espíritu de hijos adoptivos, que nos hace llamar a Dios. El mismo
espíritu se une a nuestro espíritu para dar testimonio de que somos hijos de
Dios. Si somos hijos, también somos herederos, herederos de Dios y coherederos
de Cristo, porque sufrimos con él para ser glorificados con él” (Romanos 8,
14-17). Con ello, se nos recuerda que para mostrar nuestra condición de HIJOS
de Dios debemos ser guiados por el Espíritu Santo, que es el Espíritu de Dios
que nos revela la voluntad divina. Y TÚ: ¿Te dejas guiar por el Espíritu Santo?
Solamente por esta guía seremos Hijos de Dios, y con ello., daremos un
testimonio de lo somos realmente. Y PARA TI: ¿Qué testimonio de tu Fe en
Jesucristo das en el mundo actual?
Nos une como familia el amor, en mi casa, nosotros, los padres, dinos quienes unimos a nuestra familia.
ResponderBorrarLo más importante para ser parte de la familia de Jesucristo es escuchar su palabra y anunciarla con mi familia y mis semejantes y la oración y unidos al amor de Cristo
Vivo mi vida cristiana escuchando misa diario en la lecturas y el Evangelio y me guío sobre su Palabra para caminar por el camino de Jesucristo.
Somos hijos de Dios por el bautismo y por eso somos hermanos de Cristo y tenemos la luz del Espíritu Santo.
Nos reunimos a escuchar su Palabra y, aunque no entendamos, somos hijos de Dios y hermanos en Cristo.
No cumplo totalmente la voluntad del Señor como él lo quisiera que yo lo hiciera, Aceves caigo, porque fajamos en ser dignos a la presencia del Señor.
Para el discernimiento de la voluntad de Dios falta la obediencia.
El testimonio de mi fe es creer en Dios Padre, Dios hijo y Dios Espíritu Santo, porque a cada día me da la ducha de amanecer y todo es creado por él y sin él no puedo hacer nada