¿LOS CRISTIANOS SOMOS SERVIDORES?

 CONTEMPLAMOS:


Lo más propio de las comunidades cristianas, a ejemplo de Jesucristo, es su capacidad de SERVICIO, desde este servicio han surgido varios ministerios a lo largo de dos mil años de predicación evangélica, muchos de acuerdo a las propias necesidades de las comunidades, otras con el tiempo se han transformado en ordenes sagradas, la que una persona recibe por medio de un sacramento, es así, con la festividad que celebramos en este día, el día del diaconado, en la festividad de San Lorenzo: ¿Qué significado tiene para las comunidades cristianos la figura del diaconado?

 

Cabe recordar que Jesucristo no creo estas instituciones eclesiásticas, menos el sacramento del Orden Sagrado, por su parte, Jesucristo llamo a discípulos que quieran seguirlo, y después eligió entre sus muchos discípulos a Doce que conocemos como Apóstoles; esta fue la estructura primera de la Iglesia, sin mayor jerarquía, que el SERVICIO los unos a los otros, y recordando las palabras del Maestro: “Ustedes saben que los jefes de las naciones dominan sobre ellas y los poderosos les hacen sentir su autoridad. Entre ustedes no debe suceder así. Al contrario, el que quiera ser grande, que se haga servidor de ustedes; y el que quiera ser el primero que se haga su esclavo” (Mateo 20, 25-27). El más grande es aquel que se hace SERVIDOR de todos, un PODER muy distinto al que busca el mundo: ¿Cuándo los cristianos perdimos este sentido de SERVICIO por el PODER eclesiástico y jerárquico?

 

El texto evangélico nos recuerda el sentido del DIACONO que es SER SERVIDOR; tal vez, es la escritura paulina que nos habla más bien de una presidencia de las comunidades cristianas: “Pablo y Timoteo, servidores de Cristo Jesús, saludan a todos los santos en Cristo Jesús, que se encuentran en Filipos, así como también a los que presiden la comunidad y a los diáconos” (Filipenses 1, 1). Lamentablemente esta traducción no es fiel a las palabras en griego, ya que cuando Pablo habla de los SANTOS de FILIPOS, se está dirigiendo a toda la comunidad que se encuentra JUNTO a sus OBISPOS y DIÁCONOS, y no necesariamente de una presidencia cómo interpreta el traductor al español; con ello, aunque si se comienza a distinguir un pueblo fiel que es SANTO y aquellos que son OBISPOS y DIÁCONOS; esto ya nos puede ir revelando el ¿Cómo se fue organizando Jerárquicamente la Iglesia de Jesucristo?

 

Veamos otro texto del Apóstol Pablo: “Les recomiendo a nuestra hermana Febe, diaconisa de la Iglesia de Cencreas, para que la reciban en el Señor, como corresponde a los santos, ayudándola en todo lo que necesite de ustedes: ella ha protegido a muchos hermanos y también a mí” (Romanos 16, 1-2). Se habla claramente de la presencia de la DIACONISA, es decir, la mujer ejercía ese MINISTERIO en su comunidad cristiana: ¿Por qué algunas Iglesias no siguen con esta hermosa tradición bíblica?

 

 

DISCERNIMOS:

 

Al dar nuestro paso hacia el discernimiento queremos centrar la mirada en el testimonio de Jesucristo: «Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir, y para dar su vida en rescate por muchos» (Marcos 10, 45). Es decir, el mismo se llama DIACONO (SERVIR), esto es lo que debemos entender los cristianos, que TODOS los ministerios eclesiales deben BROTAR del mismo Jesucristo, desde su vivencia en medio de nosotros, en la humanidad, ya que el mismo vivió un DIACONADO que lo condujo a la muerte en la CRUZ, de la misma manera, deben existir cristianos que imiten el mismo SERVICIO de Jesucristo en el mundo actual: ¿Somos los cristianos esos imitadores del Servicio de Jesucristo? ¿Estamos dispuestos a SER DIÁCONOS como Jesucristo?

 

Esto es lo que entiende el Apóstol Pablo al escribir sus cartas y hablar del cuerpo de CRISTO, señalando que cada cristiano, que cada creyente es miembro del Cuerpo de Cristo, veamos cómo lo señala: “Porque así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros con diversas funciones, también todos nosotros formamos un solo Cuerpo en Cristo, y en lo que respecta a cada uno, somos miembros los unos de los otros. Conforme a la gracia que Dios nos ha dado, todos tenemos aptitudes diferentes. El que tiene el don de la profecía, que lo ejerza según la medida de la fe. El que tiene el don del ministerio, que sirva. El que tiene el don de enseñar, que enseñe. El que tiene el don de exhortación, que exhorte. El que comparte sus bienes, que dé con sencillez. El que preside la comunidad, que lo haga con solicitud. El que practica misericordia, que lo haga con alegría” (Romanos 12, 4-8). Es decir, cada creyente tiene una función dentro del Cuerpo de Jesucristo, por SER MIEMBRO; en este sentido, Pablo habla de funciones, no de jerarquía; dichas funciones se realizan de acuerdo a los dones de cada creyente, los que hemos recibido por parte de DIOS y los cuales se manifiestan en nuestras aptitudes personales: ¿Qué dones has recibido por parte de Dios?

 

Desde los dones es que Pablo habla de que algunos tiene el donde de profecía, del diaconado, de la enseñanza, de la predicación, del que preside, o sea, todos estos son ministerios que vienen de Dios a nosotros para ponerlos al SERVICIO de la comunidad cristiana, es decir, se debe expresar la función como un SERVICIO no como PODER ante los demás: ¿Cómo se ejercen los dones recibidos en nuestras comunidades cristianas? ¿Cómo expresan este ministerio eclesial las personas que poseen este don divino? Ahora bien, muchos pueden a la luz de Jesucristo ir adquiriendo más dones que se deben poner al Servicio de todos; como lo narra el Libro de los Hechos de los Apóstoles: “Al día siguiente, volvimos a partir y llegamos a Cesarea, donde fuimos a ver a Felipe, el predicador del evangelio, unos de los Siete, y nos alojamos en su casa” (Hechos 21, 8). Este que fe elegido como DIACONO, ahora es el EVANGELISTA. Y TÚ: ¿Qué don cumples en la Iglesia de Jesucristo?

 

 

EVANGELIZAMOS:

 

Justamente desde nuestros DONES personales es que EVANGELIZAMOS, desde el ejemplo de Jesucristo, por lo tanto, hoy podemos afirmar que cada cristiano es un DIACONO, en el sentido propio de la palabra, SERVIDORES los unos de los otros: Y PARA TI: ¿Eres un servidor de tu prójimo?

 

Desde esa cantidad de múltiples servidores es que algunos destacan, estos son elegidos por sus comunidades para SER DIÁCONOS, ya sean hombres o mujeres, que prestan un SERVICIO ECLESIAL; otros en cambio, sienten un llamado divino a poner sus aptitudes y DONES al servicio del mismo Dios y de su pueblo Santo: Y PARA TI: ¿Cuál es el ministerio que ejerces al interior de tu comunidad cristiana? Ya que desde nuestro EJERCICIO MINISTERIAL estamos evangelizando el mundo y la sociedad actual: ¿Cómo ayudamos con nuestros SERVICIOS a la construcción del Reino de Dios?

 

Para aquellos que han recibido el MINISTERIO del Diaconado es con el servicio de la CARIDAD, expresado en el Servicio a los más necesitados de nuestras comunidades cristianas, como lo hicieron los siete primeros diáconos: «No es justo que descuidemos el ministerio de la Palabra de Dios para ocuparnos de servir las mesas. Es preferible, hermanos, que busquen entre ustedes a siete hombres de buena fama, llenos del Espíritu Santo y de sabiduría, y nosotros les encargaremos esta tarea. De esa manera, podremos dedicarnos a la oración y al ministerio de la Palabra» (Hechos 6, 2-4). La comunidad se encargó de elegir a SIETE para cumplieran con el servicio de las mesas con las viudas, las necesitadas de la comunidad de sus alimentos diarios.  Además los diáconos cumplen con el SERVICIO de la PALABRA, que transciende, ya que es el servicio de todo cristiano: Anunciar el Evangelio de Jesucristo, incluso hasta dar la vida, como lo realizó el primer mártir del cristiano, San Esteban, uno de los SIETE DIÁCONOS: “Mientras lo apedreaban, Esteban oraba, diciendo: «Señor Jesús, recibe mi espíritu». Después, poniéndose de rodillas, exclamó en alta voz: Señor, no les tengas en cuenta este pecado. Y al decir esto, expiró” (Hechos 7, 59-60). Los cristianos de hoy: ¿Cómo vivimos nuestro diaconado? Y TÚ: ¿Cómo lo vives?

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