¿SOMOS SERES PERFECTOS?
CONTEMPLAMOS:
Hoy queremos invitarlos desde nuestra lectura evangélica
CONTEMPLAR el tema de la PERFECCIÓN, pensando en que Jesucristo manifestó esa
petición en el sermón de la montaña: “SEAN PERFECTOS”, recordemos que nuestras
traducciones están hechas desde el idioma Griego, ya que en ese idioma se encuentran
los escritos más antiguos de la Biblia Cristiana; es lo más probable que el Maestro
Jesucristo haya enseñado en su lengua nativa la que era el Arameo, entonces,
mucho recorrido para llegar a nuestro español y afirmar que realmente dijo
Jesucristo, lo que más bien tenemos son nociones de lo que dijo Jesucristo, una
de ellas, es la invitación a sus oyentes y discípulos a SER PERFECTOS, ante
esto, como es nuestra costumbre nos podemos interrogar a nuestro SER CRISTIANO:
¿Los cristianos, en el mundo actual, son perfectos? Seguramente al mirar a los
demás, es más fácil reconocer y decir: NO, no somos perfectos, ahora bien,
dando un paso en nuestra contemplación, entrando en el plano personal, cada uno
de nosotros: ¿Somos perfectos? Y PARA TI: ¿Tú lo eres?
Antes de seguir a nuestro discernimiento desde los Santos
Evangelios, detengámonos en la PERFECCIÓN: ¿Qué es la PERFECCIÓN? Tal vez, para
muchos la perfección se encuentra en las cosas creadas, como cuando decimos y
afirmamos que algo ha quedado PERFECTO, aunque sea por ese momento, quizás con
el tiempo, nos damos cuenta de ciertos detalles, que nos hacen afirmar que hay
pequeñas imperfecciones; lo mismo se puede afirmar junto a la Iglesia Católica
Romana sobre las Sagradas Escrituras: “Estos libros, aunque contengan también
algunas cosas imperfectas y adaptadas a sus tiempos, demuestran, sin embargo,
la verdadera pedagogía divina” (Dei Verbum 15). Claramente se afirma que los
libros de las Sagradas Escrituras contienen algunas imperfecciones propias de
su tiempo; de su cultura, de su lenguaje, recordando que en este sentido,
siempre nuestro IDIOMA y lenguaje puede quedar limitado al revelar los misterios
DIVINOS, nuestro lenguaje humano es limitado ante el lenguaje DIVINO; por ello,
es que muchos creyentes afirman que los seres humanos SOMOS SERES IMPERFECTOS y
solamente es PERFECTO DIOS: ¿Es así para ti?
Realmente sí es así, ya no tiene sentido nuestra
reflexión teológica, ya nunca llegaremos a SER PERFECTOS; entonces, si es de
esta forma: ¿Por qué Jesucristo enseña estos a sus discípulos? Les muestra la
posibilidad de SER PERFECTOS; además es lo mismo que muchos cristianos afirmar
del mismo Jesucristo: “ES PERFECTO”, si es perfecto, en cuanto es verdadero
Dios y verdadero SER HUMANO: ¿Por qué no podemos ser perfectos cada uno de
nosotros? Pensando en nuestra biología, muchos dirán el ser humano es un SER
Perfecto y muy complejo, un misterio en muchos aspectos; seguramente lo mismo
podemos decir de DIOS, entonces, a qué nos referimos cuando hablamos de
PERFECTO o imperfecto. Y TÚ: ¿Cómo contemplas la perfección humana?
DISCERNIMOS:
Al discernir sobre la perfección presentada por Jesucristo,
desde Dios Padre, se nos invita a SER como Él, con ello, mirar el PROCEDER de
Dios, no tan solamente para ADMIRAR, sino para VIVIR, imitarlo, es lo que
intenta explicar Jesucristo en los versículos del capítulo 5 del Evangelio de
Mateo, a superar la Ley Antigua, y vivir en la nueva LEY, para los cristianos
esta LEY es la LEY del AMOR: “Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y
diente por diente" (v. 38). En primer lugar, se nos invita a superar la
Ley del Talión, con una nueva forma de vida, no vivir en el rencor y la
venganza, seguramente como viven muchas personas en el mundo actual. Y en
nosotros: ¿Qué sentimientos anidan en nuestro interior? ¿Qué sentimientos nos
mueven a diario? ¿Qué emociones predominan a diario en nuestra vida?
Hablamos de emociones para dar paso a la actitud de vida,
descubriendo que NO son las emociones o sentimientos las que debe dominar
nuestra conducta, sino la razón del AMOR, ya que el mismo AMOR no es un mero
sentimiento o una emoción del momento, el AMOR es un ESTILO de VIDA, en la que
los demás, las personas AMADAS están en primer lugar, por ello, se puede hacer
lo que nos pide Jesucristo: “Pero yo les digo que no hagan frente al que les
hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha,
preséntale también la otra” (v. 39). No enfrentar el MAL, sino ser PACIENTE, si
alguien nos golpea dar la otra mejilla: ¿Lo hacemos?
Ciertamente debemos reconocer que la mayoría de
cristianos NO cumplimos esta petición de Jesucristo, menos la siguiente: “Al
que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto”
(v. 40); lo que implica DAR al que quiere apropiarse indebidamente de lo que es
nuestro, DAR la el manto a quien quiere quitarme la túnica, es como DAR a
alguien dinero, después que me ha robado el celular: ¿Lo harías?
En verdad, haríamos cosas por los demás que son injustos,
y que se quieren aprovechar de los más débiles: “y si te exige que lo acompañes
un kilómetro, camina dos con él” (v. 41). Siempre ante estos versículos, me
pregunto: ¿Los cristianos cumplimos fielmente las palabras de Jesucristo: “Da
al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado”
(v. 42). Ciertamente muy pocas personas son TAN GENEROSAS, muchas lo SON al
principio con el tiempo y la decepción de muchos, se vuelven desconfiadas y ya
no quieren AYUDAR más, con ello, PIERDEN la esencia de los cristianos, junto a
esto, pierden la POSIBILIDAD de SER PERFECTOS, ya que al parecer, la perfección,
en este sentido, se debe entender cómo SER BUENOS; ser personas muy bondadosas
y generosas con los demás, incluido los
abusadores y aprovechadores. Y TÚ: ¿Eres de este tipo de personas, personas
BONDADOSAS?
Esta BONDAD es la que debemos EXPRESAR a los demás, a
TODOS y TODAS; ante esta realidad se nos recuerda lo siguiente: “Ustedes han
oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo” (v. 43). Jesucristo
nos recuerda lo que dice las Sagradas Escrituras, y que en la mirada divina,
eso pierde validez ante la petición del Hijo de Dios, veamos que nos pide: “Pero
yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores” (v. 44); no
dice y afirma que debemos AMAR a nuestros enemigos, adversarios y
contrincantes, y que debemos inclusos ORAR por aquellos que nos hacen daño: ¿Lo
hacemos a diario?
Este estilo de vida, esta forma de vivir nuestras existencias,
nos hace verdaderos y auténticos HIJOS de Dios: “así serán hijos del Padre que
está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer
la lluvia sobre justos e injustos” (v. 45). Ya que comenzamos a obrar como
DIOS, el trata a TODOS de la misma forma a buenos y malos, a justos e injustos.
Y nosotros: ¿Tratamos a todas las personas de la misma manera, sin hacer
distinción de personas como lo hace Dios?
Indudablemente NO es así, todo lo contrario, nos atrae
DISCRIMINAR, CLASIFICAR, DIVIDIR, ENCASILLAR; en definitiva vivimos como la
mayoría del mundo, y no como Jesucristo nos propone en los Santos Evangelios: “Si
ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen
lo mismo los publicanos?” (v. 46). Nos comportamos de igual manera que aquellos
que consideramos MALOS e INJUSTOS, delincuentes y corruptos, somos iguales a
ellos, repetimos las formas: “Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen
de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?” (v. 47). Ante tal realidad
humana: ¿Cómo SER PERFECTOS?
La respuesta de Jesucristo, es clara y precisa en su
argumentación: “Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está
en el cielo” (v. 48). Debemos ser PERFECTOS como el Padre Dios, ser como Él:
¿Los cristianos lo somos? Y TÚ: ¿Lo eres?
EVANGELIZAMOS:
Evangelizar según lo discernido en las palabras de Jesucristo
es SER PERFECTO, más allá de SI lo somos o NO en la actualidad, implica un
desafío, el que cada día SEAMOS SERES PERFECTOS como Dios Padre, entonces, la
pregunta cambia: ¿Qué hace que DIOS Padre sea PERFECTO? Lo que logremos
desprender de esto, será nuestra respuesta al ¿Cómo logramos SER PERFECTOS?
Por lo tanto, si DIOS es PERFECTO, porque nos ama
incondicionalmente, nos perdona TODOS nuestros pecados, y nos muestra
misericordia; HAZ lo mismo: AMA, PERDONA y vive en Misericordia como DIOS PADRE
Y MADRE. Y TÚ: ¿Lo harás?
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