LOS DISCÍPULOS DE JESUCRISTO SON PERSONAS QUE AMAN

 CONTEMPLAMOS:


Hoy queremos contemplar el nuevo mandamiento de Jesucristo para sus discípulos, en la noche de la última cena, en el contexto de la celebración pascual de los judíos, Jesucristo les señala y enseña a sus seguidores sobre un mandamiento nuevo: “Hijos míos, ya no estaré mucho tiempo con ustedes. Ustedes me buscarán, pero yo les digo ahora lo mismo que dije a los judíos: A donde yo voy, ustedes no pueden venir. Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros” (Juan 13, 33-34). En este sentido, el mandamiento nuevo, es a ejemplo de Jesucristo, el Maestro, ya que hay que amar como Él ama, es la forma de amarnos entre los cristianos: ¿Amamos como Jesucristo a los demás y al prójimo?

 

Ahora bien, esta forma de AMAR, nos lleva a SER reconocidos por los demás, ya que en las PALABRAS de Jesucristo es lo que conlleva ser sus discípulos: “En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros” (Juan 13, 35). Desde esta realidad cristiana, podemos cuestionar nuestra vivencia de la religión cristiana: ¿Cuántos nos amamos los cristianos? ¿Cómo demostramos nuestro AMOR entre las diversas Iglesia Cristianas?

 

Ciertamente debemos reconocer que nuestro AMOR no es tan grande, a la hora, de expresarnos ese AMOR CRISTIANO entre católicos y evangélicos; menos entre católicos y anglicanos; incluso entre las personas que pertenecen a los movimientos eclesiales católicos; con esto, logramos CONTEMPLAR la falta del cumplimiento del MANDAMIENTO del AMOR, nos falta mucho por VIVIR lo que nos pide el MAESTRO: “Como yo los he amado”. Y TÚ: ¿Amas como Jesucristo?

 

Para muchos de nosotros, este reconocimiento conlleva un COMPROMISO real con los demás, ya que el AMOR de Jesucristo se manifiesta hasta la MUERTE, hasta dar la vida por los demás, por toda la humanidad; los cristianos, los discípulos de Jesucristo: ¿Estamos dispuestos a DAR nuestra VIDA por todas y todos?

 

Desde nuestra disposición interior, desde cada cristiano, es que surge la nueva vivencia del AMOR, cada uno de nosotros debe comenzar la VIVENCIA del AMOR en su vida, con una RENOVADA mirada del AMOR DIVINO que se sigue revelando y manifestando en medio de la humanidad, es justamente desde esta experiencia del AMOR que manifestamos al mundo que somos auténticos y verdaderos discípulos de Jesucristo, el único Maestro, entonces, los cristianos: ¿Realmente somos personas que vivimos en este AMOR? Y TÚ: ¿Logras manifestar el Amor de Jesucristo en tu entorno vital?

 

 

DISCERNIMOS:

 

Al discernir sobre el AMOR, como invitación que brota del CORAZÓN de Jesucristo para testimonio de sus discípulos, es que descubrimos la importancia de la vivencia del AMOR, la cual emana y BROTA desde la misma divinidad: “La gloria de mi Padre consiste en que ustedes den fruto abundante, y así sean mis discípulos” (Juan 15, 8).  Por el mismo hecho, de que nosotros para ser Discípulos de Jesucristo debemos dar fruto, cuando somos capaces de PERMANECER en el Amor del Hijo de Dios: “Como el Padre me amó, también yo los he amado a ustedes. Permanezcan en mi amor” (Juan 15, 9). ¿Cómo demostramos nuestra permanencia en el Amor de Jesucristo?

 

Para continuar nuestro discernimiento seguiremos leyendo el Evangelio de San Juan en el capítulo 15, con ello, ir descubriendo como podemos PERMANECER en el Amor de Jesucristo: “Si cumplen mis mandamientos, permanecerán en mi amor. Como yo cumplí los mandamientos de mi Padre y permanezco en su amor” (v. 10). Desde este versículo la permanencia se trata de cumplir los mandamientos divinos, a ejemplo de Jesucristo, tal como el Hijo de Dios es obediente a Dios Padre; y nosotros: ¿Somos creyentes obedientes a Dios PADRE?

 

Tal vez, aquí tenemos un problema de interpretación: “Les he dicho esto para que mi gozo sea el de ustedes, y ese gozo sea perfecto” (v. 11). Ya que al querer vivir en este GOZO, y alegría divina, creemos estar en la perfección; desde cada uno de nosotros, creemos estar viviendo en la PERFECCIÓN de los que Dios nos pide y señala, aunque para los cristianos, esto toma otro sentido en Jesucristo y sus Palabras: “Este es mi mandamiento: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado” (v 12). Un AMOR vivido desde Él, el Hijo de Dios: ¿Cumplimos este mandamiento del AMOR?

 

Ciertamente la vivencia de este AMOR, conlleva descubrir lo más grande de su manifestación, en palabras de Jesucristo: “No hay amor más grande que dar la vida por los amigos” (v. 13). Con ello, se nos dice que la mayor manifestación del AMOR se encuentra en DAR la vida: ¿Estamos dispuestos a dar la VIDA?

 

“Ustedes son mis amigos si hacen lo que yo les mando. Ya no los llamo servidores, porque el servidor ignora lo que hace su señor; yo los llamo amigos, porque les he dado a conocer todo lo que oí de mi Padre” (vv. 14-15). Desde Jesucristo, esta es la nueva relación que quiere con nosotros, SER AMIGOS de cada creyente, porque nos ha revelado TODO lo que ha recibido de su PADRE DIOS: ¿Cómo aceptamos en nuestras vidas la revelación de Jesucristo? ¿Cómo mostramos nuestra lealtad a nuestro amigo Jesucristo?

 

 

Recordando que esta LEALTAD, se manifiesta en una GRACIA DIVINA: “No son ustedes los que me eligieron a mí, sino yo el que los elegí a ustedes, y los destiné para que vayan y den fruto, y ese fruto sea duradero. Así todo lo que pidan al Padre en mi Nombre, él se lo concederá” (v. 16). Ya que Dios nos ha elegido a cada uno de nosotros, y nos envía a DAR FRUTO, reconociendo que ese FRUTO se revela en el AMOR, y para nosotros los cristianos: “Lo que yo les mando es que se amen los unos a los otros” (v. 17). Un AMOR que se entrega de los unos a los otros. Y TÚ: ¿Amas?

 

 

EVANGELIZAMOS:

 

A la luz de las PALABRAS de Jesucristo los cristianos debemos configurar nuestras vidas, en este caso, en la VIVENCIA del AMOR Cristiano; con ello, surge el compromiso desde nuestra Fe CRISTIANA: Los cristianos, los discípulos de Jesucristo debemos SER PERSONAS que AMAN hasta el extremo a TODOS los individuos que nos rodean, a los demás, al prójimo. Y TÚ: ¿Lo haces?

 

Tal vez es bueno recordar para nuestra evangelización la importancia del AMOR en palabras del Apóstol Pablo: “Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada. El amor es paciente, es servicial; el amor no es envidioso, no hace alarde, no se envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tienen en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se regocija con la verdad. El amor todo lo disculpa, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta” (1 Corintios 13, 1-7). Sin AMOR nada somos, con AMOR somos capaces de PERDONAR todo, y soportar TODO. Y PARA TI: ¿Cómo te nutres del Amor Divino?

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