LOS DISCÍPULOS DE JESUCRISTO SON MISERICORDIOSOS

 CONTEMPLAMOS:


Al hablar de misericordia, pensamos en la actitud de Dios con la humanidad, de manera especial, con nosotros, los pecadores, ya que por medio de la MISERICORDIA Dios nos perdona de todos nuestros pecados; y de la eterna actitud compasiva para con las personas que sufren, con ello, ofrecernos ayuda desde su Divina Providencia: “La misericordia del Señor no se extingue ni se agota su compasión; ellas se renuevan cada mañana, ¡qué grande es tu fidelidad!” (Lamentaciones 3, 22-23).

 

Cada día se manifiesta la Misericordia Divina para con nosotros, como un signo de FIDELIDAD de Dios para con la humanidad, más con aquellos que somos pecadores, es el anuncio profético: “¿Qué dios es como tú, que perdonas la falta y pasas por alto la rebeldía del resto de tu herencia? El no mantiene su ira para siempre, porque ama la fidelidad. Él volverá a compadecerse de nosotros y pisoteará nuestras faltas. Tú arrojarás en lo más profundo del mar todos nuestros pecados.  Manifestarás tu lealtad a Jacob y tu fidelidad a Abraham, como juraste a nuestros padres desde los tiempos remotos” (Miqueas 7, 18-20). Todo esto se manifiesta para los cristianos en la persona de Jesucristo: ¿Cómo hemos sentido y experimentado la Misericordia Divina?

 

El Hijo de Dios viene a salvarnos y perdonarnos de nuestras faltas, tal como lo vivió el pueblo de Israel en el desierto: “De la misma manera que Moisés levantó en alto la serpiente en el desierto, también es necesario que el Hijo del hombre sea levantado en alto, para que todos los que creen en él tengan Vida eterna. Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él” (Juan 3, 14-17). Por medio, de Jesucristo tenemos Vida Eterna; con ello, se manifiesta el AMOR y la Misericordia Divina; ya que Dios quiere la salvación de la humanidad, esta salvación es fruto de la MISERICORDIA DIVINA. Y TÚ: ¿Qué has recibido en tu vida por la Misericordia de Dios Trinidad?

 

Manifestación que se revela y anuncia: “Por eso los hice pedazos por medio de los profetas, los hice morir con las palabras de mi boca, y mi juicio surgirá como la luz. Porque yo quiero amor y no sacrificios, conocimiento de Dios más que holocaustos” (Oseas 6, 5-6). Ya que Dios manifiesta la LUZ que viene a mostrarnos y revelarnos lo que la divinidad  quiere de nosotros; y Él quiere AMOR y MISERICORDIA; como lo señala el mismo Hijo de Dios: «No son los sanos los que tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Vayan y aprendan qué significa: Yo quiero misericordia y no sacrificios. Porque yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores» (Mateo 9, 12-13). Y nosotros, como cristianos: ¿Hemos comprendido que significa que Dios quiere misericordia de cada uno de nosotros?

 

 

DISCERNIMOS:

 

En Jesucristo se hace palpable la misericordia divina, justamente con el MAESTRO queremos discernir esta realidad, descubriendo que nosotros, como discípulos de Jesucristo somos invitados a SER MISERICORDIOSOS: “Amen a sus enemigos, hagan el bien y presten sin esperar nada en cambio. Entonces la recompensa de ustedes será grande y serán hijos del Altísimo, porque él es bueno con los desagradecidos y los malos. Sean misericordiosos, como el Padre de ustedes es misericordioso. No juzguen y no serán juzgados; no condenen y no serán condenados; perdonen y serán perdonados. Den, y se les dará. Les volcarán sobre el regazo una buena medida, apretada, sacudida y desbordante. Porque la medida con que ustedes midan también se usará para ustedes” (Lucas 6, 35-38). Y TÚ: ¿Eres misericordioso?

 

Ahora bien, la propuesta de Jesucristo es SER misericordiosos como lo es Dios Padre; con ello, podemos descubrir que Dios NO JUZGA, NO CONDENA, sino que solamente PERDONA y DA a cada uno de nosotros: ¿Tenemos la misma misericordia divina en el trato con los demás? Para Jesucristo esta es una propuesta en el camino de la Felicidad: “Felices los misericordiosos, porque obtendrán misericordia” (Mateo 5, 7). Es decir, somos felices en la medida que somos misericordiosos en el trato con el prójimo, los cristianos, en verdad: ¿Somos misericordiosos como nos enseña Jesucristo?

 

Su enseñanza conlleva SER Misericordiosos, más para nosotros que nos llamamos y creemos ser discípulos de Jesucristo, así lo comprendieron los primeros cristianos, lo señalan los escritos bíblicos: “Bendito sea Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre de las misericordias y Dios de todo consuelo, que nos reconforta en todas nuestras tribulaciones, para que nosotros podamos dar a los que sufren el mismo consuelo que recibimos de Dios. Porque así como participamos abundantemente de los sufrimientos de Cristo, también por medio de Cristo abunda nuestro consuelo” (2 Corintios 1, 3-5). Tenemos un Padre Misericordioso que nos alivia en todas nuestras dolencias, sufrimientos y aflicciones, que nos invita a consolar a los que sufren para que recibamos junto el consuelo divino que proviene de su ser Misericordioso: ¿Somos misericordiosos y compasivos con nuestros hermanos que sufren?

 

De forma similar lo expresa el Apóstol Santiago: “Hablen y actúen como quienes deben ser juzgados por una Ley que nos hace libres. Porque el que no tiene misericordia será juzgado sin misericordia, pero la misericordia se ríe del juicio. ¿De qué le sirve a uno, hermanos míos, decir que tiene fe, si no tiene obras? ¿Acaso esa fe puede salvarlo? ¿De qué sirve si uno de ustedes, al ver a un hermano o una hermana desnudos o sin el alimento necesario, les dice: Vayan en paz, caliéntense y coman, y no les da lo que necesitan para su cuerpo? Lo mismo pasa con la fe: si no va acompañada de las obras, está completamente muerta” (Santiago 2, 12-17). Hablar actuar en Misericordia con las demás personas, es parte de nuestra FE Cristiana, o sea, la MISERICORDIA es propio de una verdadera vivencia de la Fe Cristiana. Y TÚ: ¿Cómo vives tu FE Cristiana?

 

 

EVANGELIZAMOS:

 

Justamente a la luz del “Buen Mensaje de Jesucristo entendemos cómo debemos vivir los cristianos, en este sentido, entender que los auténticos discípulos del Maestro son personas misericordiosas a ejemplo de Dios Padre, esto es lo que nos explica el apóstol Pedro en una de sus cartas: “En fin, vivan todos unidos, compartan las preocupaciones de los demás, ámense como hermanos, sean misericordiosos y humildes. No devuelvan mal por mal, ni injuria por injuria: al contrario, retribuyan con bendiciones, porque ustedes mismos están llamados a heredar una bendición” (1 Pedro 3, 8-9). Ser misericordiosos y humildes: ¿Lo somos?

 

Esto implica vivir en el BIEN a los demás, ya que un cristiano nunca le devuelve el MAL a otra persona, sino que siempre retribuimos en bendiciones al prójimo, esto es porque tenemos un eterno llamado de Dios a una herencia eterna. Y PARA TI: ¿Cómo das bendiciones de misericordia a los demás?

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