JESUCRISTO ESTÁ SENTADO A LA DERECHA DEL PADRE

 CONTEMPLAMOS:


Nuestra Fe Cristiana nos invita a mirar a la persona de Jesucristo, reconocerlo como verdadero ser humano y destacando su procedencia divina; que se asume como verdad de Fe revelada desde los Santos Evangelios, como lo narra el Evangelio de Marcos: “Después de decirles esto, el Señor Jesús fue llevado al cielo y está sentado a la derecha de Dios” (Marcos 16, 19). Una vez que Jesucristo resucita, después de cuarenta días, el sube a la diestra de Dios Padre; desde esta perspectiva podemos afirmar que Jesucristo vuelve a su lugar que tenía desde los inicios de la creación del mundo: ¿Creemos en estas verdades de Fe en Jesucristo?

 

Más allá de nuestra FE personal en Jesucristo, la fe comunitaria nos invita a recitar en el Credo: “Según las Escrituras y subió al cielo; y está sentado a la derecha del Padre”. ¿Qué escrituras nos relatan este hecho? Para ello, debemos recordar las palabras de los apóstoles, los dos pilares del cristianismo naciente, en la figura de San Pedro y San Pablo, veamos que nos escriben desde sus cartas: “Todo esto es figura del bautismo, por el que ahora ustedes son salvados, el cual no consiste en la supresión de una mancha corporal, sino que es el compromiso con Dios de una conciencia pura, por la resurrección de Jesucristo, que está a la derecha de Dios, después de subir al cielo y de habérsele sometido los Ángeles, las Dominaciones y las Potestades” (1 Pedro 3, 21-22). Una mirada de unidad con Jesucristo, desde la resurrección y nuestro bautismo, en aquel que está sentado a la DERECHA de Dios: ¿Cómo vivimos nuestra salvación en Jesucristo?

 

Misma idea de la salvación, es lo que escribe Pablo a la comunidad naciente en Roma: “El que no escatimó a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos concederá con él toda clase de favores? ¿Quién podrá acusar a los elegidos de Dios? Dios es el que justifica. ¿Quién se atreverá a condenarlos? ¿Será acaso Jesucristo, el que murió, más aún, el que resucitó, y está a la derecha de Dios e intercede por nosotros? ¿Quién podrá entonces separarnos del amor de Cristo? ¿Las tribulaciones, las angustias, la persecución, el hambre, la desnudez, los peligros, la espada?” (Romanos 8, 32-35). Desde la mirada salvadora de Dios, que se revela en Dios Padre que nos justifica, que nos elige en Jesucristo, que murió, resucitó y está a la DERECHA de Dios Padre, que sigue intercediendo por cada uno de nosotros, los creyentes en Jesucristo, los cristianos; que estamos UNIDOS a Él por el amor derramado a cada uno de nosotros desde el acontecimiento de la CRUZ: ¿Cómo es nuestra relación con Jesucristo que está sentado a la derecha de Dios Padre? ¿Cómo mantenemos el amor de Jesucristo en nuestras vidas?

Y PARA TI: ¿Cómo te relacionas con Jesucristo?

 

 

DISCERNIMOS:

 

Al discernir sobre Jesucristo debemos mirar más allá de su existencia humana, ya que como Dios, se anuncia como Él que vendrá, y esto no tan solamente desde la mirada cristiana, sino también desde la religión judía, como lo describe la profecía de Daniel: “Yo estaba mirando, en las visiones nocturnas, y vi que venía sobre las nubes del cielo como un Hijo de hombre; él avanzó hacia el Anciano y lo hicieron acercar hasta él. Y le fue dado el dominio, la gloria y el reino, y lo sirvieron todos los pueblos, naciones y lenguas. Su dominio es un dominio eterno que no pasará, y su reino no será destruido. Yo, Daniel, quedé profundamente turbado en mi espíritu, y las visiones de mi imaginación me llenaron de espanto. Me acerqué a uno de los que estaban de pie y le pregunté la verdad acerca de todo aquello. El me habló y me hizo conocer la interpretación de las cosas. Esos cuatro animales enormes son cuatro reyes que se alzarán de la tierra; y los Santos del Altísimo recibirán la realeza, y la poseerán para siempre, por los siglos de los siglos” (Daniel 7, 13-18). Una visión que nos habla del Hijo de Hombre, la figura que para los cristianos se cumple en la persona de Jesucristo, que vendrá sobre las nubes, mismas palabras que toma Jesucristo para hablar de sí mismo, en el juicio antes de su muerte en la Cruz: “Jesús respondió: Así, yo lo soy: y ustedes verán al Hijo del hombre sentarse a la derecha del Todopoderoso y venir entre las nubes del cielo” (Marcos 14, 62). ¿Creemos en este Dios Todopoderoso?

 

Desde esta Fe, pasamos a nuestra Fe en que Dios Hijo, está sentado a la derecha en un TRONO SAGRADO, aquí la pregunta sería: ¿Para qué? Para que un trono, que clase de PODER ejerce Dios sobre nosotros, como se manifiesta su PODER en la humanidad, ciertamente debemos PURIFICAR nuestra imagen y mirada sobre DIOS, en lo que respecta a su forma de manifestarse en medio de nosotros, y en su actuación a lo largo de la historia de la humanidad, recordando que muchas veces los seres humanos hemos obrado en su “NOMBRE”, sin ser VERDAD; hemos obrado en nombre de Dios para justificar aberraciones contra la propia humanidad, quizás por seguir mirando a los cielos, creer o interpretar a un Dios castigador: “Jesús le respondió: Tú lo has dicho. Además, les aseguro que de ahora en adelante verán al hijo del hombre sentarse a la derecha del Todopoderoso y venir sobre las nubes del cielo. Entonces el Sumo Sacerdote rasgó sus vestiduras, diciendo: «Ha blasfemado. ¿Qué necesidad tenemos ya de testigos? Ustedes acaban de oír la blasfemia. ¿Qué les parece? Ellos respondieron: Merece la muerte”. (Mateo 26, 64-66). Una mirada de CASTIGAR lo que consideramos “Herejía y blasfemia”, lo hicieron con el salvador del mundo: ¿Qué sucederá con cada uno de nosotros?

 

Si, el mismo Hijo de Dios padeció un juicio por manifestar las verdades divinas: “Cuando amaneció, se reunió el Consejo de los ancianos del pueblo, junto con los sumos sacerdotes y los escribas. Llevaron a Jesús ante el tribunal y le dijeron: «Dinos si eres el Mesías». Él les dijo: Si yo les respondo, ustedes no me creerán, y si los interrogo, no me responderán. Pero en adelante, el Hijo del hombre se sentará a la derecha de Dios todopoderoso. Todos preguntaron: ¿Entonces eres el Hijo de Dios? Jesús respondió: Tienen razón, yo lo soy” (Lucas 22, 66-70).

 

Es bueno, señalar que nuestra Fe nos hace participes de la condición divina: “Antes que llegara la fe, estábamos cautivos bajo la custodia de la Ley, en espera de la fe que debía ser revelada. Así, la Ley nos sirvió de guía para llevarnos a Cristo, a fin de que fuéramos justificados por la fe. Y ahora que ha llegado la fe, no necesitamos más de un guía. Porque todos ustedes son hijos de Dios por la fe en Cristo Jesús, ya que todos ustedes, que fueron bautizados en Cristo, han sido revestidos de Cristo (Gálatas 3, 23-27).  Y TÚ: ¿Cómo vives la condición de Hijos de Dios?

 

 

EVANGELIZAMOS:

 

A la Luz de Jesucristo, logramos contemplar y discernir nuestras vidas, nuestra propia vivencia de la vida de FE, con ello logramos EVANGELIZAR, en el ideal debe ser a la forma y estilo de Jesucristo y sus primeros discípulos: ¿Vivimos nuestra Fe como la vivieron los primeros cristianos?

 

Creemos y afirmamos que NO, al paso de los años, hemos ido adaptando la Fe a una nueva forma a tal punto que hemos perdido la auténtica vivencia de la FE en Jesucristo, cada Iglesia ha ido creando su propia imagen de Jesucristo, como se diría hoy en día, llegando a SER un sucedáneo, algo que parece aunque en verdad NO lo es; solo apariencias de cristianos, no verdaderos y auténticos seguidores de Jesucristo. Y TÚ: ¿Qué clase de seguidor eres del que está sentado a la derecha de Dios Padre?

 

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