FELICES LOS QUE CREEN

 CONTEMPLAMOS:


Este domingo seguimos en la FELICIDAD de la Alegría de la Resurrección de Jesucristo, por esta razón, queremos contemplar sobre los acontecimientos de nuestra vida que nos producen FELICIDAD: ¿Qué nos hace felices? Si tuviéramos que destacar el momento más feliz de nuestras vidas: ¿Cuál sería?

 

En el sentido cristiano, desde el Mensaje de Jesucristo, muchos traducen en las Bienaventuranzas como FELICIDAD; lo cual se puede entender si logramos UNIR el ser “BENDITOS” con ser personas felices, es decir, son felices aquellos que son bendecidos por Dios, sobre todo aquellos que sufren, estos son los predilectos de Dios; como si la Justicia Divina se manifestará al final de los tiempos, y que solamente tendremos justicia en la otra vida, mientras sufrimos en esta vida terrena obtendremos paz y consuelo en la VIDA ETERNA, de hecho así lo presenta Jesucristo en una de las parábolas, en la que el pobre Lázaro entra al Reino de Dios, en cambio, el rico se va al lugar del tormento: ¿Creemos que así será?

 

Si es así, la FELICIDAD PLENA, solamente la alcanzamos en la Vida Futura, mientras tanto, nos queda fatiga y cansancio; nos atrevemos a afirmar que debe existir un equilibrio, ya que cuando Jesucristo habla en esos ejemplos lo que busca es la conversión de sus oyentes, y no explicar necesariamente el destino de las personas, ni que nos espera al final de los tiempos, entonces, volvamos a nuestro tiempo presente: ¿Qué nos produce felicidad?

 

En este sentido, todos podemos afirmar que varios acontecimientos de nuestra vida nos dan FELICIDAD, como por ejemplo: los logros personales de la vida o los pasos de las personas amadas, el primer paso de una hija, el primer día de educación primaria, el término de la educación, el logro de un título profesional, la formación de una familia, el matrimonio de los hijos, y así, podemos enumerar varias situaciones de la vida que nos producen FELICIDAD, y en el plano de la FE: ¿Qué nos produce felicidad?

 

Con esto, queremos preguntarnos: ¿Nos basta la Fe en Jesucristo para ser personas FELICES? Tal vez, necesitamos más que la FE para sentirnos satisfechos: un buen hogar, una buena familia, un mejor trabajo, estar sanos, tener un buen pasar económico, son situaciones que anhelamos en nuestras vidas para estar tranquilos, y si estamos tranquilos: ¿Somos felices? A qué situación de nuestras vidas unimos la FELICIDAD, como estado permanente de nuestra existencia, alegrías de momentos, paz interior, tranquilidad y soledad en entorno que vivimos, realmente: ¿Qué es lo que nos hace felices? Y a nosotros, los cristianos: ¿Qué nos hace felices?

 

 

DISCERNIMOS:

 

Es lo que te invitamos a discernir en el acontecimiento de las apariciones del Resucitado, ver la FELICIDAD que provoca en sus discípulos al encontrarse con aquel que creían muerto, él que ha vuelto a la vida, Ha Resucitado, Aleluya, Aleluya, es Jesucristo; por esta razón, te proponemos leer algunos versículos del capítulo 20 del Evangelio de San Juan: “Al atardecer de ese mismo día, el primero de la semana, estando cerradas las puertas del lugar donde se encontraban los discípulos, por temor a los judíos, llegó Jesús y poniéndose en medio de ellos, les dijo: ¡La paz esté con ustedes!” (v. 19). Un Jesucristo transfigurado, un ser que puede traspasar paredes y ubicarse en medio del grupo de los discípulos, ese día domingo, a pesar del “miedo” de los discípulos por los judíos, es Jesucristo quien les trae PAZ y ALEGRÍA, así debe ser entre los cristianos, personas que vivimos en PAZ por que Jesucristo está con nosotros, para ti: ¿Es así?

 

Eres una persona que se encuentra en PAZ por ser cristiano, más aún, cada vez que te encuentras con Jesucristo, ya sea en el templo o en tu casa, como lo fue en estas apariciones del Maestro, en medio de sus casas, se manifiesta, tal como es: “Mientras decía esto, les mostró sus manos y su costado. Los discípulos se llenaron de alegría cuando vieron al Señor” (v. 20). Es el mismo que se clavado en la CRUZ, el mismo que fue traspasado por la LANZA del soldado en su costado, es Él que trae ALEGRÍA a aquellas personas que estaban sumergidas en el dolor y en el miedo, ahora tiene PAZ Y ALEGRÍA: ¿Es así tu vida como creyente de Jesucristo?

 

Una vida que a la LUZ del Resucitado, se transforma por medio de sus palabras: “Jesús les dijo de nuevo: ¡La paz esté con ustedes! Como el Padre me envió a mí, yo también los envío a ustedes” (v. 21). Palabras que nos traen PAZ y Esperanza, en un mundo mejor, aunque esa transformación del mundo, depende de nosotros, en CUMPLIR con el envío que nos hace, Él Resucitado nos envía, nos hace sus APÓSTOLES, es lo que significa ser enviado, y surgen varias preguntas en cada uno de nosotros: ¿A dónde nos envía? ¿Para qué nos envía? ¿Cuál es nuestra misión como enviados de Jesucristo Resucitado?

 

“Al decirles esto, sopló sobre ellos y añadió: Reciban al Espíritu Santo. Los pecados serán perdonados a los que ustedes se los perdonen, y serán retenidos a los que ustedes se los retengan” (vv. 22-23). Es un envío a PERDONAR y perdonarnos los unos a los otros, para esta Misión Divina, no estaremos solos, sino acompañados por la persona del Espíritu Santo, es Él que nos guía por el camino del PERDÓN, un camino que nos trae PAZ en nuestro interior, y reconciliación con los demás, lo que debe conducirnos a una vida de FELICIDAD: ¿Eres feliz al perdonar a los demás? ¿Eres feliz al estar reconciliados con tus hermanos y con el prójimo? Esto ciertamente nos incluye a nosotros mismos, quizás lo más complejo para alcanzar la auténtica FELICIDAD: “Estar en PAZ consigo mismo” ¿Lo estamos?

 

Tal vez, era lo que faltaba al Mellizo, por ello, le fue difícil CREER en la palabra de sus hermanos, sabía que todos habían fallado, lo habían negado, habían mentido: ¿Cómo creerles? “Tomás, uno de los Doce, de sobrenombre el Mellizo, no estaba con ellos cuando llegó Jesús. Los otros discípulos le dijeron: ¡Hemos visto al Señor! Él les respondió: Si no veo la marca de los clavos en sus manos, si no pongo el dedo en el lugar de los clavos y la mano en su costado, no lo creeré” (vv. 24-25). Algunos necesitan VER para CREER, necesitan experimentar por sí mismo las cosas, es así al interior de nuestros hogares y familias: ¿Cuántas veces le hemos dicho a un hermano, a un hijo, a un sobrino, no lo hagas, esto produce tal cosa? Y a la larga, ellos mismos deben vivir la experiencia, probar por sí mismos, quizás es lo mismo, Tomás necesitaba ser TESTIGO de la Resurrección. Y nosotros: ¿Somos testigos de la Resurrección?

 

“Ocho días más tarde, estaban de nuevo los discípulos reunidos en la casa, y estaba con ellos Tomás. Entonces apareció Jesús, estando cerradas las puertas, se puso en medio de ellos y les dijo: ¡La paz esté con ustedes! Luego dijo a Tomás: Trae aquí tu dedo: aquí están mis manos. Acerca tu mano: Métela en mi costado. En adelante no seas incrédulo, sino hombre de fe” (v. 26-27). Es aquí cuando Jesucristo Resucitado nos pide FE, ya nos trae alegría y PAZ, ahora nos pide FE: ¿Tienes FE? ¿Crees en la resurrección de los muertos? ¿Crees que podemos seguir viendo a Jesucristo?

 

Muchos SI, creen en Jesucristo, en su presencia en medio de nosotros, por ello, repiten con el Apóstol: “Tomas respondió: ¡Señor mío y Dios mío!” (v. 28). Una última invitación del Maestro: “Jesús le dijo: Ahora crees, porque me has visto. ¡Felices los que creen sin haber visto!” (v. 29). LA FELICIDAD la obtenemos en CREER sin haber visto. Y TÚ: ¿Crees en esta frase de Jesucristo?

 

 

EVANGELIZAMOS:

 

Desde las palabras de Jesucristo, desde el discernimiento de sus frases, descubrimos si somos buenos, deficientes o malos seguidores del RESUCITADO; al vivir sus palabras, estamos EVANGELIZANDO; en este sentido, hoy sería una evangelización de FELICIDAD, ir feliz por la vida solamente por el hecho de SER CREYENTES, por la dicha de tener FE y creer sin haber visto, los cristianos: ¿Somos FELICES por este motivo?

 

En verdad, nos hace felices solamente la Fe en Jesucristo, eso nos basta en la vida terrena para estar FELICES y en PAZ. Creemos que al SER sinceros con nosotros mismos y con los demás, debemos decir NO, al parecer, NO nos basta; ya que sí así fuera, no buscaríamos tantas cosas o vivir tantas nuevas experiencias, porque no necesitaríamos nada más que la FE para ser personas FELICES. Para los cristianos la Felicidad, en palabras de Jesucristo, se encuentra en TENER FE. Y TÚ: ¿Eres feliz?

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