JESUCRISTO LLAMA A LOS PECADORES
CONTEMPLAMOS:
Hoy queremos adentrarnos en uno de los misterios de
nuestra Fe Cristiana, como Dios puede llamar a los pecadores, justamente es lo
que nos enseña Jesucristo en los Santos Evangelios: «No son los sanos los que
tienen necesidad del médico, sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los
justos, sino a los pecadores» (Marcos 2, 17). Aunque debemos entender que Dios
siempre ha querido que los seres humanos nos convirtamos a sus palabras, es lo
que le dice Dios al profeta Ezequiel: “Tú diles, en cambio: Juro por mi vida
–oráculo del Señor– que yo no deseo la muerte del malvado, sino que se
convierta de su mala conducta y viva. Conviértanse, conviértanse de su conducta
perversa! ¿Por qué quieren morir, casa de Israel?” (Ezequiel 33, 11). Es decir,
Dios quiere que el ser humano, aunque seamos malos, nos convirtamos y cambiemos
nuestras conductas perversas: ¿Qué conductas en nuestra vida van en contra de
la voluntad de Dios?
Uno se puede seguir preguntando ante esta realidad, más
aún cuando muchas personas ante ciertos delitos, como la violación y asesinatos
de niños, quieren que vuelva la PENA de MUERTE, en cambio, Dios nos revela un
sentido de conversión y compasión por aquellos que son malos, como se lo dice al
profeta Jonás: «Tú te conmueves por ese ricino que no te ha costado ningún
trabajo y que tú no has hecho crecer, que ha brotado en una noche y en una
noche se secó, y yo, ¿no me voy a conmover por Nínive, la gran ciudad, donde
habitan más de ciento veinte mil seres humanos que no saben distinguir el bien
del mal, y donde hay además una gran cantidad de animales?» (Jonás 4, 10-11).
Ante tal propuesta, nos podemos preguntar: ¿Tenemos compasión con los pecadores
y perversos?
Ahora bien, la compasión implicaría entender a ese ser
humano PERVERSO y CRIMINAL: ¿Qué lo llevo a actuar de tal forma? ¿Qué
responsabilidad hemos tenido como sociedad en la educación y formación de esas
personas? Acaso es lo que quiere hacer Jesucristo con ellos, cuando habla de NECESIDAD
de médico, que tratamiento NECESITAN esas personas para ser sanadas y cambiar:
¿Cómo reinsertar en la sociedad a nuestros delincuentes? Pensado en que serán
personas de bien, o más bien, hemos PERDIDO LA ESPERANZA en esas personas,
creemos que no cambiarán más, y que la única solución para nuestra sociedad es
QUITARLES la vida, así terminamos el problema de raíz, ya que no existe; otros
optan por la INDIFERENCIA, o sea, hacer como que no existen, no hay problemas,
y seguimos viviendo como si nada grave pasará a nuestro alrededor: ¿Cómo deben
vivir los cristianos? ¿Qué debemos hacer por el fin de la delincuencia?
Solamente basta con ir a visitar a presos y darles asistencia social: ¿Cómo
transformar sus vidas? Seguramente el camino de Jesucristo es el camino
adecuado para lograr una auténtica conversión, aunque siempre exista la crítica
de los demás: “¿Por qué come con publicanos y pecadores?” (Marcos 2, 16 b). Y
nosotros: ¿Cómo actuamos?
DISCERNIMOS:
Desde nuestra actuación queremos discernir a la luz del
ejemplo de Jesucristo, ya que anhelamos SER como ÉL, capaz de amar hasta el
extremo; lo que conlleva PERDONAR a los pecadores, que requiere ACOGER en
nuestras vidas al despreciado por los demás, al que es JUZGADO por los demás;
en cambio, el juicio de Jesucristo no nos lleva a una condena, sino a la
REDENCIÓN, al PERDÓN, como lo hace con el hombre paralítico: “Al ver su fe,
Jesús le dijo: Hombre, tus pecados te son perdonados” (Lucas 5, 20). Desde este
punto de vista, basta TENER FE para que nuestros pecados sean perdonados por
DIOS: ¿Creemos que Dios nos perdona?
Muchos creyentes afirmarán SI, Dios siempre perdona, esto
es cuando pensamos en nosotros mismos y nuestros pecados, ahora bien, si nos
preguntamos algo más complejo: ¿Dios perdona la violar y asesino de niños?
¿Dios perdona que homicida, más aún, al “FEMICIDA”? Con esto, nos queremos
preguntar, si creemos que realmente: ¿DIOS perdona TODO, o sea, TODOS LOS
DELITOS?
En esa línea, podemos tomar las interrogantes de los
grupos religiosos del tiempo de Jesucristo: “Los escribas y los fariseos
comenzaron a preguntarse: ¿Quién es este que blasfema? ¿Quién puede perdonar
los pecados, sino sólo Dios?” (v. 21). Aunque más que apuntar a si DIOS
perdonaba o NO, ellos, criticaban el actuar de Jesucristo que SI perdonaba,
cuando para ellos y para muchos todavía en la actualidad, el único que PERDONA
es DIOS, ante Jesucristo responde la siguiente manera: “Pero Jesús, conociendo
sus pensamientos, les dijo: ¿Qué es lo que están pensando? ¿Qué es más fácil
decir: "Tus pecados están perdonados", o "Levántate y
camina"?” (vv. 22-23). Para nosotros que es más fácil: ¿PERDONAR a otra
persona o hacer caminar a un paralítico?
Ciertamente aquí se trata de la manifestación de
Jesucristo, como el Hijo de Dios, junto con ello nos va revelando su misión: “Para
que ustedes sepan que el Hijo del hombre tiene sobre la tierra el poder de
perdonar los pecados –dijo al paralítico– yo te lo mando, levántate, toma tu
camilla y vuelve a tu casa. Inmediatamente se levantó a la vista de todos, tomó
su camilla y se fue a su casa alabando a Dios. Todos quedaron llenos de asombro
y glorificaban a Dios, diciendo con gran temor: Hoy hemos visto cosas
maravillosas” (vv. 24-26). Una misión que expresa en su PODER, el viene a
PERDONAR los pecados, y en este sentido, muchos llegarán a la conclusión propia
de los cristianos, de los que creemos en Jesucristo; que por medio de su MUERTE
en la CRUZ, ÉL PERDONO a TODA la humanidad de sus pecados, los que vivieron en
tiempos pasados y los que vivimos en la actualidad, ante esta reflexión
teológica sobre el acontecimiento de la Muerte de Jesucristo nos preguntamos:
¿CREEMOS que Dios nos perdona de TODO por medio del sacrificio de la
crucifixión de su Hijo?
Así es, nos atrevemos a señalar que la mayoría de
CRISTIANOS creemos en esto, entonces: ¿Por qué puede ser tan difícil PERDONAR a
algunas personas sus Delitos? Ahora bien, Jesucristo nos muestra que va más
allá de un acto, sino que es su ESTILO de Vida, buscar a los pecadores: “Después
Jesús salió y vio a un publicano llamado Leví, que estaba sentado junto a la
mesa de recaudación de impuestos, y le dijo: Sígueme. El, dejándolo todo, se
levantó y lo siguió” (vv. 27-28). Con este texto, podemos afirmar que no tan
solamente los BUSCA, sino que los “ELIGE” para ser sus discípulos, aunque siga
siendo una crítica de sus adversarios, a veces, los mismos cristianos nos
VOLVEMOS en adversarios de Jesucristo, cuando criticamos su forma de ACTUAR:
¿Aceptamos la Misericordia infinita de Dios y el AMOR sin límites de
Jesucristo, sin excluir a ningún DELINCUENTE?
“Leví ofreció a Jesús un gran banquete en su casa. Había
numerosos publicanos y otras personas que estaban a la mesa con ellos. Los
fariseos y los escribas murmuraban y decían a los discípulos de Jesús: ¿Por qué
ustedes comen y beben con publicanos y pecadores?” (vv. 29-30). Justamente es
la crítica, la pregunta, la interrogante: ¿Por qué? Buscando siempre una razón,
ya que nuestra razón limitada no logra comprender el Misterio de Dios; porque
nuestras emociones y sentimientos limitados, y nuestra vivencia del AMOR que
siempre busca reciprocidad, por ello, NO somos capaces de VIVIR ese AMOR sin
límites y en total GRATUIDAD sin esperar nada a cambio, aunque si queremos una
razón a su ACTUAR, nos podemos quedar con las siguientes frases: “Pero Jesús
tomó la palabra y les dijo: No son los sanos que tienen necesidad del médico,
sino los enfermos. Yo no he venido a llamar a los justos, sino a los pecadores,
para que se conviertan” (vv. 31-32). Con esto; Jesucristo nos revela que su
misión se centra en la CONVERSIÓN de las PERSONAS, sobre todo en los PECADORES;
para realizar esto BUSCA y LLAMA a los DELINCUENTES, a los que hemos cometido
PECADOS para mostrarnos y DARNOS su AMOR. Y nosotros: ¿A quiénes le demostramos
nuestro amor?
EVANGELIZAMOS:
Con esta pregunta sobre nuestro AMOR, queremos dar un
paso más en nuestra EVANGELIZACIÓN
CRISTIANA; que conlleva proceder como JESUCRISTO, por lo tanto, nuestro AMOR
debe ser límites, no un amor que se lo entregamos solamente a quien se lo
merece o a los familiares y amigos; sino un AMOR que DAMOS GRATUITAMENTE a
aquellas personas que NO se lo MERECEN, principalmente: los pecadores, aquellos
que consideramos indignos de nuestro AMOR, este es CAMINO de Jesucristo, por lo
tanto, debe ser el camino de los cristianos: “AMAR a los INDIGNOS del mundo”. Y
TÚ: ¿AMAS al ESTILO de Jesucristo? ¿AMAS de los DELINCUENTES y PECADORES?
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