JESUCRISTO ES EL CAMINO
CONTEMPLAMOS:
En este tercer domingo del Tiempo de Cuaresma, tiempo de
restauración en la persona de Jesucristo, queremos contemplar al Maestro como
el CAMINO, aquel que nos lleva al Padre, recodando sus mismas palabras: “Jesús
le respondió: Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre, sino
por mí. Si ustedes me conocen, conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo
conocen y lo han visto” (Juan 14, 6-7). Por medio del conocimiento a Jesucristo
logramos conocer al Padre Dios; y por medio, de sus enseñanzas llegamos dónde
el Padre: ¿Qué camino hemos tomado en nuestras vidas?
Contemplar nuestro caminar, implica mirar nuestras
decisiones personales: ¿A dónde nos han conducido? ¿Hacia dónde queríamos
llegar con tal o cual decisión? Ahora bien, desde nuestro ser humano les
invitamos a pasar a nuestro ser cristiano: ¿Hemos caminado por la senda de
Jesucristo? ¿Nuestras decisiones de vida han sido en miras a alcanzar el Reino
de Dios Padre? Es muy probable, que la mayoría de las decisiones de la vida
sean pensando en formar una familia, en tener un mejor trabajo, en vivir en un lugar
más tranquilo, en generar más dinero; todas estas decisiones son cosas buenas
para tener una vida digna para cualquier persona en el mundo actual, aunque la
pregunta de los cristianos es: ¿Esas decisiones las tomamos con la intención de
ser mejores cristianos, para alcanzar con ello la vida eterna y llegar al Reino
de Dios?
Ciertamente debemos reconocer que la mayoría de las veces
no hay coherencia entre la gran decisión de nuestra vida con las decisiones de
cada día; ya que la mayoría no actuamos conforme a la primera decisión de SER
CRISTIANOS, quizás aquí está el auténtico problema de la respuesta del
cristiano en la actualidad, ya que muchas personas NO HAN TOMADO la decisión,
ya que se la impusieron sus familiares y la cultura religiosa de su entorno;
otros que han la TOMADO, no saben realmente el CAMINO que han elegido al
decirle SI a DIOS: CREO, ya que eran muy niños o personas inmaduras para tomar
una decisión de TODA LA VIDA; como cuando alguien se casa muy joven, tratando
de realizar y cumplir una promesa para TODA LA VIDA, es lo mismo con la FE en
Jesucristo, es un CAMINO que nos lleva toda la VIDA; y por último, la
distinción entre el camino que yo mismo
voy construyendo con mis propias decisiones, por mi propia voluntad y deseo,
con el CAMINO de JESUCRISTO, que sería el auténtico Camino para el Cristiano,
por lo tanto, ya no se trata de que Jesucristo sea el CAMINO, sino que sea NUESTRO
CAMINO a SEGUIR, es decir, se trata de hacer que la VIDA de Jesucristo sea mi
CAMINO, en este sentido, nuestra decisiones deben llevarnos a configurarnos
cada día más con la imagen del Maestro Jesucristo, con este nuevo sentido, del
camino de la vida para los cristianos, nos preguntamos: ¿Vivimos según el
camino de Jesucristo?
DISCERNIMOS:
Más allá de la contemplación personal que logremos
realizar, con respecto a nuestra reflexión de Jesucristo como CAMINO; les
invitamos a DISCERNIR con el texto de este domingo que se encuentra en nuestro
Leccionario Dominical de la querida ITAE; usaremos el Evangelio de san Marcos
en el capítulo 2: “Unos días después, Jesús volvió a Cafarnaúm y se difundió la
noticia de que estaba en la casa” (Marcos 2, 1). Nos situamos en la escena
vivida en el pueblo de Cafarnaúm, en una casa, en la que se alojaba Jesucristo,
obviamente como ya se estaba haciendo una costumbre la noticia de su llegada se
esparcía con prontitud: ¿Cómo se difundiría hoy en día la noticia de la llegada
de Jesucristo?
Es muy probable, que con la tecnología actual, nos llegue
un mensaje a todos en el celular avisando que Jesucristo llegó, los más jóvenes
subiendo una foto al Instagram publicando su cercanía con el Maestro, los más
mayores en el estado de Facebook para que sea visto por todos sus contactos, y
otros por WhatsApp; aunque no nos debe importar la FORMA, sino el contenido y
la intención: ¿Por qué razón se difundía la noticia de la llegada de Jesucristo
al pueblo de Cafarnaúm?
Al parecer, la única razón era poder estar y escuchar sus
enseñanzas, las palabras del Maestro: “Se reunió tanta gente, que no había más
lugar ni siguiera delante de la puerta, y él les anunciaba la Palabra” (v. 2). Ahora
bien, era una gran cantidad de personas que se reunió rápidamente, lo que
impedía el ingreso a la casa, solamente se podían quedar afuera, es aquí en
dónde un grupo de personas busca a Jesucristo para algo más, que la escucha de
sus palabras, manifestadas como un nuevo camino para sus seguidores, estos lo
buscan porque llevan a otra persona a su encuentro: ¿A qué persona llevaríamos
nosotros al Encuentro con Jesucristo y por qué motivo?
“Le trajeron entonces a un paralítico, llevándolo entre
cuatro hombres” (v. 3). Los cuatro hombres le llevaron a una persona
paralítica, de lo cual podemos deducir que esperaban que Jesucristo hiciera un
milagro, aunque para llevarlo a su presencia estos hombres tuvieron algunos
obstáculos, no fue fácil, les llevo dedicación y tiempo: “Y como no podían
acercarlo a él, a causa de la multitud, levantaron el techo sobre el lugar
donde Jesús estaba, y haciendo un agujero descolgaron la camilla con el
paralítico” (v. 4). Abrieron el techo, para que este paralítico pueda
encontrarse con Jesucristo: ¿Qué estaríamos dispuestos a realizar nosotros por
la persona que llevamos al encuentro con Jesucristo? ¿Qué nos motivaría a
actuar de tal forma en beneficio de esa persona?
“Al ver la fe de esos hombres, Jesús dijo al paralítico: Hijo,
tus pecados te son perdonados” (v. 5). Para ellos, fue la FE, según lo que ve
Jesucristo, la mayoría de nosotros estaría unido nuestro acto al AMOR que
sentimos por esa persona que hemos llevado al encuentro con Jesucristo,
realmente nos debemos interrogar sobre nuestras intenciones: ¿Lo hacemos por
FE? Esa FE sincera que no DUDA; sino que CREE en TODO, como el PERDÓN que
Jesucristo le manifiesta al paralítico: “Hijo”, ya una palabra usada con
cariño, como que Dios mismo te PERDONA, esto es lo que no aceptan muchos, el
RESURGIR de una nueva FE que se centra solamente en la persona de Jesucristo,
así fue para los primeros cristianos: “Unos escribas que estaban sentados allí
pensaban en su interior: ¿Qué está diciendo este hombre? ¡Está blasfemando!
¿Quién puede perdonar los pecados, sino sólo Dios?” (vv. 6-7). Vivir la
oposición de los judíos tradicionales que veían en las palabras y actos de
Jesucristo una BLASFEMIA; no es muy distinta como catalogan en la actualidad muchos
católicos tradicional sobre el SURGIMIENTO de nueva Iglesias cristianas, son
“SECTAS”, aunque es bueno recordar que los JUDÍOS reconocieron a los primeros
cristianos como una SECTA más del Judaísmo; así han sido llamados y seguiremos
siendo llamados de la misma manera; BLASFEMAN contra la Santa Madre Iglesia,
algunos levantarán su VOZ: ¿Por qué debemos OPONERNOS al Bien que obra
Jesucristo en los demás?
Veamos la respuesta de Jesucristo para aquellas personas
tradicionalistas: “Jesús, advirtiendo en seguida que pensaban así, les dijo: ¿Qué
están pensando? ¿Qué es más fácil, decir al paralítico: Tus pecados te son
perdonados, o Levántate, toma tu camilla y camina?” (vv. 8-9). Y le hace un par
de preguntas, centrando su interrogatorio en lo que es más fácil, para que
entiendan que siempre tomamos el camino más FÁCIL, lamentablemente ese NO es el
CAMINO de Jesucristo, ya que el CAMINO de Jesucristo es estrecho y angosto de
difícil transitar; este camino nos manifiesta con sus palabras: “Para que
ustedes sepan que el Hijo de hombre tiene sobre la tierra el poder de perdonar
los pecados –dijo al paralítico– yo te lo mando, levántate, toma tu camilla y
vete a tu casa” (vv. 10-11). Un camino de PERDÓN, y nosotros: ¿Cómo vivimos el
camino de Perdón en nuestras vidas? ¿Hemos perdonado a todas y todos? ¿Nos
hemos perdonado a nosotros mismos?
Creemos que cuando VIVIMOS el camino del Perdón que nos
conduce a la RECONCILIACIÓN, somos capaces de CAMINAR libremente, como aquel
hombre: “Él se levantó en seguida, tomó su camilla y salió a la vista de todos.
La gente quedó asombrada y glorificaba a Dios, diciendo: Nunca hemos visto nada
igual” (v. 12). Podemos ir libremente por la VIDA, siguiendo en CAMINO que
Jesucristo nos ha trazado y enseñado, no tan solamente con sus PALABRAS, sino
sobre todo con su forma de ACTUAR. Y TÚ: ¿Actúas como Jesucristo, con el PODER
del Hijo de los hombre?
EVANGELIZAMOS:
El compromiso de actuar como Jesucristo es nuestra nueva
forma de EVANGELIZAR, los cristianos debemos realizarlo: ¿Lo harás?
Esta toma de consciencia y poner toda nuestra VOLUNTAD en
VIVIR como Jesucristo, hace que ya NO vivamos nuestro propio CAMINO, según
nuestro propios deseos y decisiones personales, sino que vivamos en el único
CAMINO que nos traza JESUCRISTO con su propia vida, camino que creemos culmina
en la VIDA ETERNA; ya que la vida de Jesucristo no termina en la CRUZ como
muchos CREEN; más bien CULMINA en la RESURRECCIÓN, en la Vida Eterna en el
Reino de Dios su Padre, y nuestro PADRE: ¿Queremos llegar al Reino de DIOS?
Nos atrevemos a señalar que la mayoría de cristianos, por
no decir TODOS; dirá que SI, por lo tanto, solamente debes DECIDIR y TOMAR el
CAMINO de Jesucristo, haciéndolo tu propio camino, ya que Jesucristo es el
CAMINO, es nuestro CAMINO. Y TÚ: ¿Lo seguirás?
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