JESUCRISTO, NOS TRAE EL REINO DE DIOS
CONTEMPLAMOS:
Hoy queremos invitarlos a CONTEMPLAR la imagen de
Jesucristo, como Él que nos TRAE el Reino de Dios, ante esto podemos recordar
muchos textos que nos hablan sobre el Reino de Dios o de los Cielos, más allá
de los textos que podemos encontrar en los Santos Evangelios, en los cuáles el
Maestro nos enseña sobre el REINO de su Padre Dios, queremos reconocer que es
el HIJO de Dios quien nos trae con su vida el REINO de Dios, esto lo palpamos desde
el inicio de su predicación evangélica: “Jesús se dirigió a Galilea. Allí
proclamaba la Buena Noticia de Dios, diciendo: El tiempo se ha cumplido: el
Reino de Dios está cerca. Conviértanse y crean en la Buena Noticia” (Marcos 1,
14b-15). En la región de Galilea es que Jesucristo inicia su proclamación sobre
el Reino de Dios: ¿Qué significado tiene para cada uno de nosotros, como cristianos,
la realidad el Reino de Dios?
Desde nuestra realidad personal y cristiana es que
queremos iniciar nuestra contemplación de este artículo teológico sobre el
Reino de Dios, tema que podemos abordar de diversas formas, hoy nos interesa ir
descubriendo y desvelando lo que Dios nos revela y manifiesta en la persona de
Jesucristo, el HIJO de DIOS. En la actualidad, muchos teólogos afirman que
aunque el ser humano no hubiera cometido pecado, razón para la misión divina de
la PALABRA hecha carne, de la misma manera, la PALABRA se hubiera encarnado
para REVELAR la verdad sobre DIOS TRINIDAD y su Reino, o sea, de todas maneras
Jesucristo se encarnaría como un SER HUMANO para mostrarnos el auténtico camino
al REINO de Dios su Padre; esta es una de las diversas misiones de Jesucristo
mientras estuvo en la tierra con la humanidad, y para cada uno de nosotros:
¿Cuál es la misión divina de Jesucristo?
Es aquí en donde los invitamos a ampliar nuestra mente,
es decir, CONVERTIR nuestra mentalidad y forma de pensar, o sea, ABRIR nuestro
conocimiento cristiano y espiritual a un CONOCIMIENTO más universal, es decir, SER
capaces de MIRAR con otros OJOS la “Revelación Divina”, para NO reducir la FE
CRISTIANA a unos pocas ideas teológicas, sino todo lo contrario: ABARCAR cada
vez más aspectos de nuestra fe cristiana, uno de estos aspectos esenciales para
la FE CRISTIANA es el REINO de DIOS, sin importar si creemos que debemos llegar
o ya estamos; que si nosotros lo construimos, si Dios lo trae, o entre la divinidad
y la humanidad lo debemos construir desde el acontecimiento de la predicación
de Jesucristo, el Hijo de Dios, es indudable que JESUCRISTO nos trae el Reino
de DIOS, por ello, debe ser un tema fundamental para todos los cristianos: ¿Cómo
encarnar los valores del Reino de Dios en la tierra? En definitiva, se trata de
hacer vida la oración que Jesucristo nos enseñó, la cual millones de cristianos
recitamos a diario: “Que venga tu Reino, que se haga tu voluntad en la tierra
como en el cielo” (Mateo 6, 10). Y PARA TI: ¿Cómo ha llegado el Reino de Dios a
tu vida?
DISCERNIMOS:
Al contemplar los Santos Evangelios logramos descubrir la
constante enseñanza de Jesucristo sobre el Reino de Dios, de manera pública con
parábolas y de manera privada en las explicaciones a sus discípulos; al dar nuestro
paso hacia el discernimiento debemos señalar que analizaremos solamente algunas
breves citas evangélicas para desarrollar este tema sobre el Reino de Dios; por
esta razón, queremos invitarlos a iniciar con el dialogo entre Jesucristo y
Nicodemo, tema que en unas semanas más discerniremos en profundidad, en este
día, solamente nos quedamos con algunos versículos que nos hablan de la propuesta
de Jesucristo, sobre el Reino de Dios: “Jesús le respondió: Te aseguro que el
que no renace de lo alto no puede ver el Reino de Dios” (Juan 3, 3). Una enseñanza
que surge con una invitación a “RENACER”; y para muchos nos puede pasar lo
mismo que a Nicodemo que escuchaba las palabras de Jesucristo: “Nicodemo le
preguntó: ¿Cómo un hombre puede nacer cuando ya es viejo? ¿Acaso puede entrar
por segunda vez en el seno de su madre y volver a nacer?” (Juan 3, 4). Era
lógica su interrogante: ¿Cómo nacer de nuevo? A qué se refiere Jesucristo al
hablar de Renacer de lo ALTO, por ello, explica como es el VER y ENTRAR a ese
Reino: “Jesús le respondió: Te aseguro que el que no nace del agua y del
Espíritu no puede entrar en el Reino de Dios” (Juan 3, 5). Aquí el sentido
nacer del agua y del Espíritu, y nosotros, los cristianos: ¿Cómo hemos nacido
del Espíritu Santo?
Para muchos cristianos, de manera sencilla, diremos y
afirmaremos eso ya sucedió en cada uno de nosotros en el día del bautismo, ha
llegado a cada uno de nosotros, desde nuestras familias y la predicación del
evangelio, que se ha transmitido desde los tiempos del Salvador, cómo cuando
envía a sus discípulos, así se lee en el envío de los 72: “En las ciudades
donde entren y sean recibidos, coman lo que les sirvan; curen a sus enfermos y
digan a la gente: El Reino de Dios está cerca de ustedes” (Lucas 10, 8-9). La
predicación versaba sobre el Reino de Dios y su cercanía: ¿Dónde está? ¿Cómo se
manifiesta? ¿En qué se nota que somos parte del Reino de Dios? ¿Cómo entrar al
Reino de Dios? ¿Es un lugar determinado o un estado de vida? ¿Quiénes serán
parte del Reino de Dios?
Todas estas interrogantes nos ayudan a dimensionar la
amplitud en que podemos tratar el tema del Reino de Dios, y descubrir que a
pesar de que es un tema esencial y primordial en la predicación de Jesucristo y
de sus discípulos es un tema poco profundizado por millones de cristianos: ¿Qué
conocemos del Reino de Dios? ¿Qué verdades y certezas podemos manifestar sobre
el Reino de Dios? Es parte de las mismas interrogantes que ya tenían algunas
personas en el tiempo de Jesucristo: “Los fariseos le preguntaron cuándo
llegará el Reino de Dios. Él les respondió: El Reino de Dios no viene
ostensiblemente, y no se podrá decir: Está aquí o Está allí. Porque el Reino de
Dios está entre ustedes” (Lucas 17, 20-21). Y nosotros: ¿Qué preguntas tenemos
sobre el Reino de Dios?
Ante la pregunta del ¿Cuándo llegará? Es que Jesucristo
manifiesta que ya está entre nosotros; y muchos se seguirán preguntando: ¿Dónde
está? Ya que muchos no somos parte, ya que muchos no lo vemos, ya que muchos no
lo conocemos, ya que muchos no hemos logrado entrar: ¿Quiénes son los que
entrarán a este Reino de Dios que ya está en medio de nosotros?
Para responder parte de esta pregunta, vamos a citar tres
versículos del discurso de Jesucristo en el Sermón de la Montaña, en los cuales
nos habla sobre el Reino de Dios: “No son los que me dicen: «Señor, Señor», los
que entrarán en el Reino de los Cielos, sino los que cumplen la voluntad de mi
Padre que está en el cielo” (Mateo 7, 21). Con ello, se nos recuerda que para
entrar al Reino de Dios no basta con reconocerlo a Él como Señor, sino que
además se debe CUMPLIR con la voluntad de Dios Padre; por ende, en este
sentido, la pregunta sería: ¿Cumplimos la voluntad del Padre Dios?
Para ello, se hace necesario, como hemos señalado en
escritos anteriores, que logremos saber y descubrir: ¿Cuál es la voluntad de
Dios? Esta pregunta tiene una respuesta personal, es para cada uno, cada
persona, cada ser humano debe descubrir por sí mismo cuál es su misión en la
tierra, para qué Dios le ha dado el don de la vida; aunque no es menos cierto,
que muchos han intentado IMPONER la idea de una VOLUNTAD de Dios UNIVERSAL, o
sea, para todos los habitantes de la tierra; quizás en ese sentido, si hay
alguien que puede y debe hacer algo así, es solamente Jesucristo, en esta
línea, Él nos dice lo siguiente: “Felices los que son perseguidos por practicar
la justicia, porque a ellos les pertenece el Reino de los Cielos” (Mateo 5,
10). Es decir, ya no se trata de ENTRAR, sino a PERTENECER: ¿A quiénes les
pertenece el Reino de Dios? En este versículo se nos señala que son los
PERSEGUIDOS; claro que no por ser LADRONES o CORRUPTOS, ni por haber cometido
un crimen o delito, sino por PRACTICAR LA JUSTICIA; aquí ya no se trata de
cristianos o judíos, de católicos o evangélicos, ni de creyentes en DIOS, sino
solamente se trata de personas que PRACTICAN LA JUSTICIA. Y TÚ: ¿Eres un
practicante de la JUSTICIA?
Tal vez, muchos se complicarán la vida con esta pregunta,
ya que comenzarán a ANALIZAR: ¿Qué es la justicia, se habla de justicia humana
o divina? Otros en cambio, los más sensatos, solamente mirarán a su interior y
se preguntarán de manera simple: ¿He sido justo en el trato con mi prójimo? ¿He
tratado siempre con JUSTICIA a los demás? Es la Justicia, al parecer, uno de
los temas importantes para vivir el Reino de Dios, cuando lo unimos a la
justicia, como lo dijo el mismo MAESTRO: “Busquen primero el Reino y su
justicia, y todo lo demás se les dará por añadidura” (Mateo 6, 33). O sea, que para
que los que creemos en sus palabras y enseñanzas, lo primero que debemos hacer
es BUSCAR el Reino de DIOS y su JUSTICIA; y que todo lo demás vendrá por
añadidura, por lo tanto, si hay una VOLUNTAD del Padre, que sea UNIVERSAL, es
justamente esta: BUSCAR su Reino y su JUSTICIA; que más que búsqueda es
VIVENCIA. Y TÚ: ¿Lo vives?
EVANGELIZAMOS:
La persona que de manera sensata y sencilla se pregunta a
sí misma, ya ha dado inicio a una autentica evangelización en su propia vida,
ya que no siempre se trata de CONOCER, sino de VIVIR, ser personas justas en
una sociedad injusta, eso quiere SER el Reino de Dios, un lugar y espacio de
JUSTICIA para todas y todos; es a la luz de Jesucristo, que somos capaces de
CRECER en la construcción del REINO, ya que nos PERTENECE a nosotros, los
seguidores de Jesucristo: ¿Cómo ayudamos a construir un mundo más justo y
solidario?
Por allí, ya hemos iniciado, algunos pensarán en las
injusticias sociales, ya que ciertamente las hay, en un mundo en donde hemos
aprendido a COMERCIALIZAR con todo, es lógico que debemos GRITAR, ante las
injustas tasas bancarias a la hora de comprar la casa propia o un vehículo para
la familia; ante los intereses abusivos a la hora de deuda de consumo familiar;
ante la usura de muchas financiera a la hora de facilitar dinero para un
negocio o una para una operación de algún miembro de la familia; sin duda,
estamos creando una SOCIEDAD injusta en muchos aspectos de la vida, en que cada
día CRECE la desigualdad, y la brecha económica entre Ricos y Pobres cada día
es más grande, ante la AVARICIA indiscriminada de unos pocos escudados en
empresas MULTINACIONALES; todo esto merece un GRITO, NO ES JUSTO; va en contra
de la construcción del REINO, ya que todo lo INJUSTO es signo de ir en contra
del REINO, como también puede suceder en nuestras comunidades cristianas con
sistemas abusivos de poder y abuso de conciencia a las personas; y como sucede
en muchas familias marcadas por el machismo o el privilegio de unos por sobre
los demás, en la que algunos se transforman en servidores de los otros, para
satisfacer sus deseos personales de los demás, incluso esto sucede en el ámbito
afectivo y sexual, marcando de por vida a algunos miembros de la FAMILIA; esto
merece un GRITO ESTREMECEDOR, más cuando estas realidades se dan entre los
cristianos, justamente en aquellos que dicen que desean y quieren hacer la
VOLUNTAD de DIOS; que anhelan y esperan después de su muerte entrar al REINO de
DIOS, esperando solo MISERICORDIA de DIOS, sin obrar en MISERICORDIA con su
prójimo, con los demás, ni en sus propias familias, esto también es INJUSTICIA:
¿Hasta cuándo?
Quizás la tarea ya ha sido iniciado por muchas y muchos
que han sido abusados y no quieren lo mismo para sus hijos, o anhelan una nueva
sociedad, la que deseamos construir: una sociedad más JUSTA e igualitaria para
todas y todos, quizás allí se ha iniciado la construcción del Reino de DIOS. Y
TÚ: ¿Cómo aportas en la edificación del Reino de Dios y mundo más justo para
todas las personas?
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