¿CÓMO SE REVELA DIOS TRINIDAD?
CONTEMPLAMOS:
Este domingo en que recordamos el Bautismo del Señor,
queremos invitarlos a reflexionar dos temas: DIOS TRINIDAD y BAUTISMO; en
primer lugar: contemplando este acontecimiento del Bautismo de Jesucristo logremos
descubrir la revelación de Dios Trinidad a la Humanidad, seguramente ya sin
leer el texto, tenemos en nuestra mente la imagen de un BAUTISMO de Jesucristo
en el Río Jordán; en donde además de la multitud y el Bautista, se revela una
VOZ que proviene del Cielo y una PALOMA que se posa sobre el Mesías; desde esta
revelación evangélica logramos descubrir la presencia divina en tres manifestaciones: PADRE que habla a su
HIJO; HIJO que desea cumplir la voluntad del PADRE; y el Espíritu Santo en
forma de paloma; con esta revelación, los cristianos nos podemos preguntar:
¿Quién es Dios TRINIDAD? ¿Qué significa que Dios sea UNO y TRES personas? ¿Qué
implicancia tiene para nuestras vidas que Dios sea TRINIDAD?
Y en segundo lugar, queremos contemplar la realidad del
BAUTISMO, y aquí no tan solamente el BAUTISMO de San Juan realizado a
Jesucristo y a todos los que querían y aceptaban CONVERTIR su vida, a una VIDA
sin PECADO, ya que era el sentido, un BAUTISMO para pedir el perdón de los
pecados; sino mirar el BAUTISMO CRISTIANO: ¿Por qué lo realizamos? ¿Por qué la
necesidad de bautizar a las personas? ¿Por qué bautizar a niños recién nacidos?
Además del significado propio que le podemos dar al
SACRAMENTO del Bautismo, recordando que San Juan ni Jesucristo ni sus
discípulos celebraron SACRAMENTOS, en el sentido de cómo entendemos hoy la
realidad de un SACRAMENTO, sino que celebraron un acto de SUMERGIR (BAUTISMO) a
las personas en un río o mar para significar un hecho, en el caso de Juan
Bautista para el perdón de los pecados; y para los primeros cristianos como
manifestación de la FE en Jesucristo, es decir, que por medio del Bautismo
estas personas se adherían a la FE CRISTIANA. Y nosotros los cristianos: ¿Cómo
vivimos nuestra FE cristiana recibida en el día de nuestro bautismo?
DISCERNIMOS:
Con este telón de fondo tomaremos el evangelio de San
Marcos en el que se relata el bautismo de Jesucristo, tres versículos que nos
ayudarán a reflexionar, profundizar y
discernir estos temas que hemos señalado en la contemplación: DIOS TRINIDAD y
BAUTISMO: “En aquellos días, Jesús llegó desde Nazaret de Galilea y fue bautizado
por Juan en el Jordán” (1, 9). De manera sencilla se nos narra el encuentro
entre Jesucristo Juan Bautista en el Río Jordán para ser bautizado, y nosotros:
¿Qué recordamos del día de nuestro Bautismo cristiano?
Ante esta pregunta muchos cristianos, sobre todo los
católicos y ortodoxos, se les hace difícil recordar, ya que fueron bautizados
siendo unos recién nacidos, esta costumbre nace por varias razones y motivos,
que no queremos detallar en este artículo teológico, sino que nos detendremos
en el razonamiento bíblico de algunos destacando el libro de los Hechos de los
Apóstoles: “Había entre ellas una, llamada Lidia, negociante en púrpura, de la
ciudad de Tiatira, que adoraba a Dios. El Señor le tocó el corazón para que
aceptara las palabras de Pablo. Después de bautizarse, junto con su familia,
nos pidió: Si ustedes consideran que he creído verdaderamente en el Señor,
vengan a alojarse en mi casa»; y nos obligó a hacerlo” (Hechos 16, 14-15). Con
este bautismo de una FAMILIA, la familia de Lidia, muchos creen y razonan que si eran familias
las que hacían bautizar, hay otros ejemplos bíblicos, también se encontraban niños
en esas casas; por ende, se puede bautizar a los niños, más allá del dialogo
que puede surgir sobre la libertad y consciencia de la persona que debe pedir
un Sacramento para recibirlo, como nos relata otro texto: “Entonces Felipe tomó
la palabra y, comenzando por este texto de la Escritura, le anunció la Buena
Noticia de Jesús. Siguiendo su camino, llegaron a un lugar donde había agua, y
el etíope dijo: «Aquí hay agua, ¿qué me impide ser bautizado?» Felipe dijo: «Si
crees de todo corazón, es posible». «Creo, afirmó, que Jesucristo es el Hijo de
Dios». Y ordenó que detuvieran el carro; ambos descendieron hasta el agua, y
Felipe lo bautizó” (Hechos 8, 35-38). Vemos aquí como un etíope pide ser
BAUTIZADO, y para ello, solamente se requiere que CREA en Jesucristo, como el
Hijo de Dios; muchos deducen de este texto que basta solamente la FE para
recibir el Sacramento, y obviamente para tener FE debes ser consciente para
manifestarla, ya que no se trata de la FE de los padres o padrinos, sino de la
FE de cada persona que recibe el Sacramento; y en nosotros: ¿Cómo es nuestra FE
en el Dios revelado por Jesucristo: DIOS TRINIDAD?
Creyendo que el camino de Fe se inicia con el Bautismo,
para Jesucristo fue para iniciar a los treinta años su PREDICACIÓN sobre el
Reino de Dios, y no para el perdón de los pecados, ni para ser incorporado a la
Iglesia, que sería su propia Iglesia, sino para compartir nuestra HUMANIDAD, y
con ello manifestar la necesidad de CONVERSIÓN, ya que incluso Él mismo se
estaba convirtiendo para los demás de ser un simple hijo de carpintero a SER el
MESÍAS; muchos de nosotros creemos que después del bautismo somos Hijos de
Dios, templos del Espíritu Santo y otro Jesucristo: sacerdote, profeta y rey, y
la pregunta sería: ¿Vivimos como tal?
“Y al salir del agua, vio que los cielos se abrían y que
el Espíritu Santo descendía sobre él como una paloma” (1, 10). Ya que en el
caso de Jesucristo, no tan solamente desciende el Espíritu Santo sobre Él, sino
que habita en Él, lo guía a su misión, le da fuerzas para cumplir su misión
Divina, y nosotros los creyentes en Dios Trinidad: ¿Nos dejamos guiar por el
Espíritu Santo en cada momento de nuestras vidas terrenas? Es aquí en donde
muchas Iglesias Cristianas se apoderan del Espíritu Santo, incluso algunos
líderes religiosos llegan a manifestar que ellos POSEEN la Plenitud del
Espíritu Santo, y que si ellos no imponen las manos, los sacramentos no son
válidos; algunos van más allá manifestando que el Espíritu Santo les habla
solamente a ellos, revelando solo a él o ella la voluntad de Dios para toda una
Iglesia o una comunidad cristiana; creemos que esto es un gran ERROR, una
ABERRACIÓN contra el Espíritu Santo: CREER que lo podemos contener, que
solamente se dará dónde nosotros esperamos y lo administramos sacramentalmente,
de hecho es lo que se postula desde la imagen de los OBISPOS que poseen la
plenitud del Espíritu Santo, y más del PAPA que es INFALIBLE, ya que el
Espíritu Santo siempre está con ellos, ciertamente ni PEDRO pensaba esto, más
aún él se deja guiar por la actuación del Espíritu Santo que va delante de los
Apóstoles, ya que el los elige, los separa y los envía para sus misiones: “Apenas
comencé a hablar, el Espíritu Santo descendió sobre ellos, como lo hizo al
principio sobre nosotros. Me acordé entonces de la palabra del Señor: Juan
bautizó con agua, pero ustedes serán bautizados en el Espíritu Santo. Por lo
tanto, si Dios les dio a ellos la misma gracia que a nosotros, por haber creído
en el Señor Jesucristo, ¿cómo podía yo oponerme a Dios?” (Hechos 11, 15-17
confrontar Hechos 10, 44-48). Al hablar PEDRO es el ESPÍRITU SANTO quien actúa
y marca el destino de la IGLESIA, ya que somos bautizados no en agua, sino en el
ESPÍRITU SANTO por medio de Jesucristo; por ello, ese bautismo más allá de
recibir o no un Sacramento, incluso en la cita bíblica lo apreciamos; todavía
no eran bautizados los paganos y ya recibieron el Espíritu Santo: Que guía a la
Iglesia, tal como condujo a Jesucristo en su vida terrena, y nosotros los
cristianos: ¿Nos dejamos guiar por Dios Espíritu Santo?
Ahora bien, en el sentido TRINITARIO, no se trata
solamente de la Misiones Divinas de Jesucristo y el Espíritu Santo, sino que se
trata de ESCUCHAR a DIOS PADRE: “Y una voz desde el cielo dijo: Tú eres mi Hijo
muy querido, en ti tengo puesta toda mi predilección” (1, 11). Siendo sinceros
no se trata solamente de ESCUCHAR, sino de VIVIR según lo que nos dice el PADRE
DIOS por medio de Jesucristo y en el Espíritu Santo; desde aquí Jesucristo se
manifiesta y revela al mundo como el HIJO de DIOS PADRE, en el cual es
reconocido por DIOS como su HIJO amado, como lo somos todos sus hijos adoptivos
reconocidos en el día de nuestro BAUTISMO, para que vivamos como tal: HIJOS de
DIOS. Y TÚ, ¿Eres un buen hijo de Dios Padre y Madre?
EVANGELIZAMOS:
A luz de lo contemplado y discernido en este día, les
invitamos a EVANGELIZAR, algunos se preguntarán: ¿Cómo? Y la respuesta de hoy
es sencilla: DEMOSTRANDO en tu vida que eres una HIJA o HIJO de Dios Trinidad,
se trata de vivir como un auténtico hijo de Dios, en esto consiste la
evangelización, el buen mensaje de Jesucristo se revela a cada uno de nosotros
manifestándonos que SOMOS hijos de DIOS, esto conlleva una constante y
permanente CONVERSIÓN de nuestras vidas para configurarnos cada día más con
Jesucristo, y nosotros los cristianos: ¿Cómo nos configuramos con Jesucristo?
Aquí es en donde esto trasciende como manifestación, ya
que muchos sin saberlo ni quererlo revelan la presencia de Jesucristo, como en
cada necesitado, en cada pobre, en cada encarcelado o enfermo; aunque también
en cada mensajero de la Palabra Divina, y en cada ser humano que se convierte,
recordemos el mismo texto de los Hechos de los Apóstoles: “Por lo tanto, si
Dios les dio a ellos la misma gracia que a nosotros, por haber creído en el
Señor Jesucristo, ¿cómo podía yo oponerme a Dios? Después de escuchar estas
palabras se tranquilizaron y alabaron a Dios, diciendo: También a los paganos
ha concedido Dios el don de la conversión que conduce a la Vida” (Hechos 11, 17
18). Es decir, si cualquier persona cambia, o sea, se CONVIERTE en su vida,
para VIVIR MEJOR él y su entorno, especialmente su familia, es que DIOS le ha
regalado un DON, una GRACIA del Espíritu Santo, y si DIOS TRINIDAD se ha
manifestado de esa forma a toda la humanidad: ¿Quién soy yo para oponerme a
como OBRA DIOS y regala la salvación a cada persona?
Ciertamente NO podemos oponernos a la ACTUACIÓN LIBRE del
Espíritu Santo en los signos de los tiempos y en cada persona que es invitada a
la conversión, no importando la forma como lo recibieron; por lo tanto, en
dónde hay CONVERSIÓN, o sea, cambio, hay VIDA DIVINA y presencia del Espíritu
Santo. Y nosotros: ¿Cómo manifestamos en nuestras vidas la presencia del
Espíritu Santo y de Santísima Trinidad?
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