¿Quiénes son los reyes magos?

Octavo Día: Los Reyes Magos.

Contemplar:

Ya estamos a las puertas de una NUEVA NAVIDAD, y vemos la imagen de los que tradicionalmente hemos llamado reyes magos, aquellos personajes que vinieron de Oriente, claro que al parecer no del Oriente Lejano, sino más bien cercano para los judíos; no estamos hablando de personas de China, Japón o Corea; lo más probables que eran personas de los pueblos árabes cercanos a los judíos, que habían ido en busca de un REY que acababa de nacer, recordemos que el único Evangelio que nos habla de este acontecimiento es el del Evangelista Mateo: “Cuando nació Jesús, en Belén de Judea, bajo el reinado de Herodes, unos magos de Oriente se presentaron en Jerusalén y preguntaron: ¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Porque vimos su estrella en Oriente y hemos venido a adorarlo” (2, 1-2).

 

En este contexto, vemos que llegaron unas personas a ver al Rey de los Judíos, y obviamente por esa razón, van al lugar más lógico de un nacimiento real, el Palacio del Rey Herodes, que gobernaba en ese tiempo Jerusalén; este dato histórico nos ayuda a situarnos en el marco general de la historia del Imperio Romano y en que época aproximadamente sucedió el nacimiento de Jesucristo; además es bueno agregar que no se habla de “REYES” como la tradición nos ha repetido una y mil veces, lo más probable que no se trataban de magos en el concepto actual, de personas relacionadas con la magia, sino más bien a personas que se dedicaban a ver las estrellas, hoy la llamaríamos “astrónomos”; y eran personas que tenían una creencia en las Estrellas, como en algún tiempo surgió la creencia de los horóscopos, es decir, que las estrellas determinaban la personalidad o el destino de las personas; estos creían que una gran estrella era signo del Nacimiento de un REY.

 

Discernimiento:

 

Al reconocer esta realidad, de personas astrónomas de oriente que fueron a ver una estrella reluciente; seguramente se encontraron con varias dificultades en su camino, y cuando ya creían haber llegado al destino de su objetivo, ver al Rey de Israel, no lo encuentran en el palacio real; con ello, conocen su nuevo destino: “Herodes mandó llamar secretamente a los magos y después de averiguar con precisión la fecha en que había aparecido la estrella, los envió a Belén, diciéndoles: Vayan e infórmense cuidadosamente acerca del niño, y cuando lo hayan encontrado, avísenme para que yo también vaya a rendirle homenaje” (2, 7-8). Nos puede llamar la atención, porque Herodes, si tenía tanta curiosidad y le había causado tanto desconcierto la historia de estas tres personas: ¿Por qué no envío una escolta real con ellos? ¿Por qué el mismo no fue a Belén? Solamente se remitió a saber la fecha en que ellos avistaron la estrella por primera vez; más allá de estos hechos, debemos comprender que estos personajes representan la UNIVERSALIDAD de la salvación divina, DIOS quiere salvar a todos los pueblos, y son tres extranjeros que van a rendirle honor al Mesías, al Salvador.

 

“Después de oír al rey, ellos partieron. La estrella que habían visto en Oriente los precedía, hasta que se detuvo en el lugar donde estaba el niño. Cuando vieron la estrella se llenaron de alegría” (2, 9-10). Continuaron su caminar hasta Belén, y al ver nuevamente la Estrella se alegraron, como cuando reencontramos NUESTRO CAMINO; como cuando nos alegramos al volver a casa donde los seres queridos, como lo hacen muchos estos días antes de la NAVIDAD; aunque en muchos países del mundo, quizás no puedan reunirse en una misma mesa por la Pandemia que sigue con nosotros causada por el virus del Covid 19; todavía podemos experimentar la ALEGRÍA, siempre y cuando queramos interpretar el signo y el significado de esta manera, para estos tres personajes, una estrella le produjo alegría; como no producir alegría el abrazo de mi ser amado, de mis hijos, de mis padres, de mis hermanos, del saludo del vecino, del amigo por vídeo llamada, del familiar que hablamos por celular; todos esos son SIGNOS de una nueva LUZ, ya no una estrella, sino una LUZ DE AMOR a los demás: ¿Somos luz para los demás?

 

Y al finalizar nuestro discernimiento bíblico, debemos afirmar algo que rompe nuestra imagen tradicional del PESEBRE NAVIDEÑO, los astrónomos de Oriente cercano, no llegaron la misma noche del Nacimiento, sino varios días con posterioridad: “Al entrar en la casa, encontraron al niño con María, su madre, y postrándose, le rindieron homenaje. Luego, abriendo sus cofres, le ofrecieron dones, oro, incienso y mirra” (2, 11). Le ofrecieron sus regalos, por eso en muchos lugares se entregan los regalos el día 6 de enero, creyendo que ese día llegaron los “REYES MAGOS”, de hecho llegaron a una casa en Belén, ya no hay pesebrera, ni pastores, ni animales, ni José; solamente están el niño recién nacido y su Madre María; ellos le rinden homenaje en representación de los demás pueblos que ven nacer al Salvador: ¿Qué regalo le ofreceremos al niño Jesucristo?

 

Evangelizar:

 

Este es un tiempo de ALEGRÍA; que se expresa en la donación de regalos, claro que sin esperar nada a cambio, no como ese juego que hacemos del amigo secreto, con regalos que uno da esperando recibir; es DAR sin esperar nada, por eso regalamos a los niños, ya que sabemos que no nos darán nada a cambio, más de ver su ALEGRÍA,  y escuchar su rizas al abrir sus regalos; quizás el mayor signo de Evangelización no sea un REGALO MATERIAL; sino el regalo de AMOR, en dar al necesitado, el de dar gracias por lo que tenemos; y descubrir que es lo que realmente necesita mi hijo o hija, a veces no es material, a veces es TIEMPO para jugar juntos, para conversar, para ver una película, para comer juntos, para abrazos, es decir, TIEMPO PARA AMAR. ¿Lo haremos posible?

 

Si algo nos ha enseñado este tiempo de Pandemia, es que SI ES POSIBLE demostrarnos cariño y amor cada día en familia, preparando juntos los alimentos, haciendo juntos nuestros deberes escolares o de trabajo familiar, ha sido un tiempo de APRENDIZAJE, que cada NAVIDAD SEA UN TIEMPO PARA APRENDER A SER MÁS HUMANOS.

 

¿Cómo mostramos nuestra Humanidad con el extranjero, con el emigrante?