YO SOY, CAMINO, VERDAD Y VIDA
CONTEMPLAMOS:
Nuevamente esta semana nos adentraremos en el titulo
divino: “YO SOY”, leyendo el capítulo 14 del Evangelio de San Juan, en donde el
mismo Jesucristo se presenta a sus discípulos como “camino, verdad y vida”,
esto sucede en el contexto de la última cena. En este primer momento de la
contemplación, queremos invitarlos a pensar en los caminos de la vida que hemos
elegido y optado en diversos momentos de nuestra existencia: a la hora de
nuestros estudios, a la hora de elegir una postulación para los trabajos o a la
hora de tener una cita amorosa: ¿A dónde queríamos llegar con esas decisiones
vitales? En nuestra vida cristiana: ¿Qué decisiones hemos tomado? ¿Qué caminos
nos han alejado de Jesucristo y sus enseñanzas?
Ahora bien, un segundo aspecto sería pensar en la VERDAD,
sabemos distinguir los niveles de VERDADES: de los hechos históricos, de lo
Objetivo y subjetivo de los diversos relatos, de la realidad o de los mitos o
leyendas, de los diversos géneros literarios, de las verdades científicas
recordando que muchas de ellas son teorías, de las verdades religiosas y los
niveles de revelación, y por último, nuestra propia verdad humana, la de nuestra
propia existencia; y ¿Qué podemos manifestar de nuestras palabras? Han sido dichas
para revelar una VERDAD a los demás, o más bien un engaño para el prójimo:
¿Vivimos en la VERACIDAD?
Y por último, valorar el sentido de la VIDA, para los
cristianos el sentido de la vida nueva en Jesucristo, no tan solamente en miras
a la VIDA ETERNA; sino en la misma VIDA TERRENA: ¿Cómo vivimos nuestra
existencia cristiana? Realmente Jesucristo es para los cristianos: CAMINO;
VERDAD Y VIDA. Y PARA TI: ¿Lo es?
DISCERNIMOS:
Seguramente si realizamos un
análisis profundo de estas preguntas iniciales, muchos en su interior se
sentirán inquietos, preguntándose: ¿Cómo lograr vivir todo este desafío
cristiano? ¿Cómo hacer vida las palabras de Jesucristo? Justamente es en ellas
que queremos encontrar respuesta y descubrir lo esencial de la vivencia
cristiana: “No se inquieten. Crean en Dios y crean también en mí” (Juan 14, 1).
Todo parte de nuestra respuesta humana que es la FE, creer en Dios, para muchos
un Dios Trinidad, y creer en Jesucristo: ¿Creemos en Él? Ese es el primer
aspecto, algo más profundo es preguntarnos: ¿Le creo a Jesucristo? Para muchos
estas dos preguntas son lo mismo, cuando en verdad NO LO SON; ya que hasta el
demonio cree en Jesucristo, aunque no CREE en sus palabras; allí está el punto
radical de la FE cristiana: CREERLE a Jesucristo, significa encarnar en
nuestras vidas sus palabras, más aún, VIVIR COMO ÉL: ¿Aceptas?
Esta aceptación ya es elegir su
CAMINO, ahora bien: ¿A dónde nos lleva el camino de Jesucristo? “En la Casa de
mi Padre hay muchas habitaciones; si no fuera así, se lo habría dicho a
ustedes. Yo voy a prepararles un lugar. Y cuando haya ido y les haya preparado
un lugar, volveré otra vez para llevarlos conmigo, a fin de que donde yo esté,
estén también ustedes” (vv. 2-3) Claramente debemos llegar a la CASA de DIOS,
el Padre de Jesucristo, y el PADRE de todos nosotros; es allí donde debemos
llegar: ¿Cómo llegamos?
Es parecida a la interrogante
de unos de los discípulos ante las palabras de Jesucristo: “Ya conocen el
camino del lugar adonde voy. Tomás le dijo: Señor, no sabemos adónde vas. ¿Cómo
vamos a conocer el camino?” (vv. 4-5). Ciertamente para conocer el camino
debemos saber dónde queremos llegar, aunque en la vida actual, hemos entendido
que existen muchos caminos y formas para llegar a un mismo lugar: ¿Será así
para llegar a la Casa de Dios Padre y Madre?
Es en este momento, en que Jesucristo se presenta a sí
mismo, como “YO SOY”: “Jesús le respondió: «Yo soy el Camino, la Verdad y la
Vida. Nadie va al Padre, sino por mí” (v. 6). Al parecer, para llegar al Padre
necesitamos del HIJO, de Jesucristo; aunque muchos duden de esta realidad,
hasta los mismos discípulos lo hicieron varias veces: “Si ustedes me conocen,
conocerán también a mi Padre. Ya desde ahora lo conocen y lo han visto. Felipe
le dijo: Señor, muéstranos al Padre y eso nos basta” (vv. 7-8). No lograban
comprender que ya estaban viendo a DIOS en Jesucristo, como también hoy nos
cuesta entender que JESUCRISTO está en tu prójimo, en los demás y en cada
palabra pronunciada, es esa presencia la que nos revela el verdadero camino al
Reino de Dios: ¿Vamos por el camino de Jesucristo?
Esto implica algo más, vivir en la VERDAD de Jesucristo
que nos regala la VIDA ETERNA; esa vida es en la Casa del Padre, después de
nuestra muerte, aquí solamente vivimos destellos de lo que será la presencia
definitiva, quizás por ello, le costaba entender a los discípulos y creer,
porque todavía NO experimentaban la Resurrección de Jesucristo, en cambio
nosotros, si conocemos y reconocemos a Jesucristo vivo y presente, aunque
siempre queda el desafío de CREER en sus palabras: “Jesús le respondió: Felipe,
hace tanto tiempo que estoy con ustedes, ¿y todavía no me conocen?. El que me
ha visto, ha visto al Padre. ¿Cómo dices: Muéstranos al Padre? ¿No crees que yo
estoy en el Padre y que el Padre está en mí? Las palabras que digo no son mías:
el Padre que habita en mí es el que hace las obras. Créanme: yo estoy en el
Padre y el Padre está en mí. Créanlo, al menos, por las obras. Les aseguro que
el que cree en mí hará también las obras que yo hago, y aún mayores, porque yo
me voy al Padre. Y yo haré todo lo que ustedes pidan en mi nombre, para que el
Padre sea glorificado en el Hijo. Si ustedes me piden algo en mi Nombre, yo lo
haré” (vv. 9-14). ¿Creemos esto que nos revela Jesucristo?
Es a Él a quién le debemos creer, es en Él que
descubrimos la VERDAD de la VIDA, claramente esto en la perspectiva de la FE,
no se trata de todas las verdades de la humanidad ni de todos los aspectos de
la vida humana, sino la VERDAD que nos trae Jesucristo sobre DIOS, ya que Él
mismo es DIOS que se manifiesta para nosotros como el camino, la verdad y la vida,
y nos invita con ello a SER como Él, es decir, para otras personas ser CAMINO,
ser VERDAD, y ser VIDA: ¿Realmente lo somos?
EVANGELIZAMOS:
Al tratar de realizarlo con recta intención de corazón,
ha comenzado en nuestras vidas una nueva evangelización, ya que Jesucristo
mismo es el Evangelio, y nosotros somos los encargados de mostrarlo y
revelarlo, ya no es Jesucristo quien revela a Dios Padre, sino que nosotros
somos quién revelamos a Jesucristo a los demás, no solamente de PALABRA, sino
en OBRAS, tal como en Jesucristo eran sus obras las que manifestaban las
VERDADES DIVINAS; es en nuestras vidas, en las obras que revelamos la VERDAD de
Dios: ¿Lo hacemos?
Quizás es aquí en dónde nos ha faltado, por un lado,
voluntad humana, para VIVIR el CRISTIANISMO en cada momento de nuestra
existencia humana, y por otro lado, dejar que Dios obre en nosotros, ya no el
Padre, ni el Hijo, sino el Espíritu Santo: “Y yo rogaré al Padre, y él les dará
otro Paráclito para que esté siempre con ustedes: el Espíritu de la Verdad, a
quien el mundo no puede recibir, porque no lo ve ni lo conoce. Ustedes, en
cambio, lo conocen, porque él permanece con ustedes y estará en ustedes” (Juan
14, 16-17). Claramente enviados por el Padre y el Hijo, para conducirnos y
permanecer junto a nosotros, es en ese Espíritu, que hemos denominado:
“Espíritu Santo”, es que nos guía por el CAMINO de la VERDAD que nos lleva a la
verdadera VIDA: ¿Cómo lo experimentas a diario?
Cuando niña, empecé a interesarme en las cosas de Dios y lo descubrí desde mi credo, mi religión... Elegí ser parte del grupo !cercano de la iglesia".
ResponderBorrarParticipé, preparé y acepté todo lo que se me decía y decía.
Poco a poco he descubierto a Dios y aceptar su voluntad sin cuestionar, el amor hacia mi prójimo sin juzgar, ni cuestionar.
Y sigo caminando y descubriendo en su palabra, si amor y la verdad para tener vida, teniendo un acompañamiento espiritual y disposición y luchando con los pesares y rompiendo egos y pensamientos arraigados que entristecían mi corazón.
Hoy, camino despacio y a conciencia, gracias Dios mío por tu amor y misericordia.