YO SOY, EL PAN DE VIDA

 CONTEMPLAMOS:

 

Durante varias semanas queremos contemplar el título divino del “YO SOY”, mirando a Jesucristo, para esto nos adentrarnos en el Evangelio de San Juan, hoy leeremos parte del capítulo 6, en el discurso conocido como el PAN de VIDA, recordando que nace de un dialogo de Jesucristo con la multitud, gente que lo seguía por el signo de la multiplicación de los panes en la que todos quedaron satisfechos: ¿Qué nos produce satisfacción?

 

Para los cristianos podrían ser múltiples las respuestas, y no necesariamente sus respuestas tienen que ver con un encuentro real con Jesucristo; para otros sí, ya que afirman a diario que Jesucristo es el centro de su vida, claramente de su propia imagen de Jesucristo, afirmamos esta realidad con la intención de mirar a Jesucristo como el “YO SOY” y lograr descubrir la diversidad de realidades que nos muestran sobre su persona divina, sin olvidar su humanidad; y lo que conlleva para nosotros como cristianos, seguidores de Jesucristo: al seguir su ejemplo e imitarlo en su FORMA DE SER, por ejemplo: Si Jesucristo es el Cordero de Dios: ¿Tú lo eres para los demás?

 

Al continuar con nuestra contemplación, meditemos el dialogo entre la multitud y Jesucristo, miremos el hecho sucedido hace casi dos mil años: “Ellos le preguntaron: «¿Qué debemos hacer para realizar las obras de Dios?». Jesús les respondió: La obra de Dios es que ustedes crean en aquel que él ha enviado. Y volvieron a preguntarle: «¿Qué signos haces para que veamos y creamos en ti? ¿Qué obra realizas? Nuestros padres comieron el maná en el desierto, como dice la Escritura: Les dio de comer el pan bajado del cielo». Jesús respondió: Les aseguro que no es Moisés el que les dio el pan del cielo; mi Padre les da el verdadero pan del cielo; porque el pan de Dios es el que desciende del cielo y da Vida al mundo” (6, 28-33). ¿Qué nos dice el texto, qué podemos contemplar?

 

Ciertamente una multitud que busca a Jesucristo, como suele suceder hoy en día, muchos lo buscan: ¿Para qué buscamos a Jesucristo?; otros solamente quieren ver mejor, para CREER y tener Fe en Jesucristo; algunos entre tanto lo buscan por mera conveniencia, para pedir favores; y muchos creen haberlo encontrado en su presencia sacramental, y aunque es una vista parcial y limitada de Jesucristo en el sacramento de la Eucaristía. DE hecho sería un buen inicio sobre el texto de hoy, realizar un primer acto de reconocimiento, más allá de que Jesucristo hable del PAN del Cielo, no lo hace en referencia a la Eucaristía, sino en continuidad a la multiplicación de los PANES; y en segundo lugar, mirar que si nos ofrecen un Pan del Cielo que da vida, muchos quieren recibirlo; es aquí, en donde en el sentido espiritual se puede unir a la fracción del Pan celebrada por Jesucristo en la última cena con sus discípulos, y que celebraban en algunas ocasiones los primeros cristianos como nos relatan los Hechos de los Apóstoles: ¿Qué significa para tu vida cristiana que Jesucristo sea el Pan de Vida?

 

 

DISCERNIMOS:

 

Con esta pregunta queremos nutrir y alimentar nuestro discernimiento evangélico, el significado que tiene para nosotros. “Ellos le dijeron: Señor, danos siempre de ese pan”. La multitud pidió a Jesucristo de este PAN, sin saber muy bien a que se refería, ya que encontraban atrayente recibir de un PAN de Dios y que da VIDA al mundo: ¿Tú lo deseas recibir? En primer término nos debemos quedar con el ejemplo de la petición, es que los cristianos debemos pedir con sinceridad y de forma consciente: “DANOS DE ESE PAN”: ¿Cuál es el PAN que pedimos? De hecho en nuestra oración, para muchos día a día, en la oración del Padre Nuestro, le pedimos a Dios Padre: “Danos hoy nuestro PAN de cada día”: ¿Qué le pedimos realmente, qué pensamos cuando decimos esa frase?

 

Es aquí donde volvemos al mismo inconveniente de muchos cristianos, especialmente los católicos reducimos ese PAN a la sola presencia en las Hostias Consagradas, es por esta razón, que hoy te invitamos y exhortamos a ir más allá, mirar realmente que nos quiso revelar JESUCRISTO al autoproclamarse como PAN: “Jesús les respondió: Yo soy el pan de Vida. El que viene a mí jamás tendrá hambre; el que cree en mí jamás tendrá sed” (Juan 6, 35). Es decir, con esto les enseña a la multitud, que no es un pan, sino que él mismo es ese PAN bajado del Cielo, y que si estamos en Él y con Él nunca más tendremos hambre ni sed; es así para cada cristiano que está unido a Jesucristo: ¿Estamos saciados en Jesucristo? ¿Qué nos debe saciar y dejar satisfechos, para vivir sin hambre ni sed?

 

“Jesús tomó la palabra y les dijo: No murmuren entre ustedes. Nadie puede venir a mí, si no lo atrae el Padre que me envió; y yo lo resucitaré en el último día. Está escrito en el libro de los Profetas: "Todos serán instruidos por Dios". Todo el que oyó al Padre y recibe su enseñanza, viene a mí. Nadie ha visto nunca al Padre, sino el que viene de Dios: sólo él ha visto al Padre. Les aseguro que el que cree, tiene Vida eterna. Yo soy el pan de Vida” (Juan 6, 43-48). En este sentido, nuestro SER SATISFECHO consiste en el hecho de ser instruidos por Dios, o sea, recibir la enseñanza de Jesucristo, Él es DIOS, por ello, el Título divino “YO SOY”, en esta ocasión: PAN DE VIDA; para los que la reciben y creen no solamente tengan la vida terrena, sino también la VIDA ETERNA: ¿Queremos esa Vida Eterna?

 

Nuestra manifestación debe ser consciente, o sea, debemos saber medir lo que conlleva, conocer las consecuencias para nuestra vida, el hecho de aceptar al Pan de Vida en nuestras existencias: “Yo soy el pan vivo bajado del cielo. El que coma de este pan vivirá eternamente, y el pan que yo daré es mi carne para la Vida del mundo. Los judíos discutían entre sí, diciendo: «¿Cómo este hombre puede darnos a comer su carne?». Jesús les respondió: Les aseguro que si no comen la carne del Hijo del hombre y no beben su sangre, no tendrán Vida en ustedes. El que come mi carne y bebe mi sangre tiene Vida eterna, y yo lo resucitaré en el último día” (6, 51-54). Ciertamente ante la literalidad de sus palabras, no es fácil entender ni comprender su mensaje, aunque nos debemos seguir preguntando: ¿Las palabras de Jesucristo son nuestro único  ALIMENTO? Tal vez nos sucede lo mismo que a los discípulos: “Después de oírlo, muchos de sus discípulos decían: ¡Es duro este lenguaje! ¿Quién puede escucharlo?” (6, 60). Pocos aceptan su mensaje, y los mismos discípulos no logran escucharlo, es decir, adherirse a su mensaje; NO ACEPTAN AL PAN DE VIDA: “Desde ese momento, muchos de sus discípulos se alejaron de él y dejaron de acompañarlo” (6, 66). Nosotros como cristianos: ¿Lo seguimos o lo dejamos?

 

Esta es una de las razones por lo cual muchos dejan de seguir a Jesucristo, otra cantidad de personas a pesar de afirmar que son cristianos, no se ALIMENTAN DEL PAN DE VIDA, quizás hoy en día Jesucristo haría lo mismo que con los Apóstoles: “Jesús preguntó entonces a los Doce: ¿También ustedes quieren irse? Simón Pedro le respondió: Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de Vida eterna. Nosotros hemos creído y sabemos que eres el Santo de Dios” (6, 67-69). Nosotros los cristianos: ¿Nos vamos o nos quedarnos?

 

 

EVANGELIZAMOS:

 

En nuestra respuesta positiva está el inicio de la Evangelización, quedarnos significa entender que Jesucristo es el PAN DE VIDA ETERNA; pan que encontramos en sus palabras, no tan solamente porque hemos creído y sabemos que es el Santo de Dios, sino porque vivimos según su propio ALIMENTO: ¿Lo vivimos?

 

Vivir significa buscar las Palabras de Jesucristo, como fuente de VIDA ETERNA, es decir, sus palabras es el PAN de cada día: ¿Nos alimentamos cada día de sus palabras? Esto conlleva un cambio de actitud, se trata de buscar uno mismo sus palabras y su mensaje; favoreciendo la vida sacramental para algunos, el verdadero encuentro con su palabra se da en la conversación con Jesucristo, esto se logra solamente leyendo a diario los Santos Evangelios, en donde encontramos el BUEN MENSAJE de Jesucristo, allí encontramos la PAN DE VIDA: ¿Cómo es tu encuentro diario con el PAN DE VIDA?

 

Y una última invitación a la vivir en tu evangelización, cuando logras entender, comprender y reconocer que Jesucristo es el PAN DE VIDA, tú como seguidor de Él debes asumir, o sea, debes ser PAN de VIDA para los demás. Hoy debes ser PALABRA DE VIDA ETERNA para los que te rodean y con aquellos que son tu prójimo, con los demás: ¿Lo eres?; y más importante en el presente y futuro: ¿Te comprometes a ser PAN de Vida Eterna para todas y todos, sin excluir a nadie?

Comentarios

  1. Tarde comprendí que vivir de acuerdo a las enseñanzas de Jesucristo que se encuentran en los evangelios es la única manera de vivir saciada, llena, completa y plena... Es ahí donde puedo decir que Jesucristo es pan de vida eterna, vivir de acuerdo a lo que él pide, con humildad, amor a uno mismo para amarlo a él y a mi prójimo, ser sencilla.
    Para ser palabra de vida en mi prójimo, lo escucho para entenderlo, oro por él y en la oración, que es la comunión con Dios, las cosas se van dando poco a poco para gloria de Dios.

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