YO SOY, EL BUEN PASTOR

 CONTEMPLAMOS:

 

Hoy nos acompañara en nuestro artículo teológico, la imagen del “Buen Pastor” que está unido al de la semana pasada, a la de la puerta: “El que entra por la puerta es el pastor de las ovejas” (Juan 10, 2). Con esta antesala Jesucristo nos habla de la imagen de los pastores, es bueno recordar que es muy distinto el pastor en la cultura oriental y árabe, que nuestros pastores en América Latina que son más bien arrieros. Con esto, te queremos invitar a pensar en la imagen del Pastor: ¿Qué significa para ti que Jesucristo sea Pastor?

 

Al contemplar y pensar en la imagen del Pastor, en el caso de Jesucristo le agregamos un adjetivo el “BUEN”; Jesucristo no es un pastor más entre muchos, sino el BUEN PASTOR que nos invita a aterrizar la imagen tomada del salmo 23: El Señor es mi Pastor; es Jesucristo quien encarna esta imagen y la vive hasta el extremo: “Yo soy el Buen Pastor” (Juan 10, 11). Por lo tanto: ¿Es Jesucristo, en tu vida diaria, el “Buen Pastor”?

 

 

DISCERNIMOS:

 

Al pasar a nuestro discernimiento, el cual realizaremos con el capítulo 10 de San Juan, seguiremos analizando que implica para los cristianos, los seguidores de Jesucristo, verlo a Él como “BUEN PASTOR”. Inmediatamente el texto nos invita a mirar la radicalidad del estilo de vida del Buen Pastor, ya que Jesucristo nos dice y afirma: “El buen Pastor da su vida por las ovejas”. Es decir, Jesucristo da la vida por sus ovejas, y nosotros respondemos desde la FE, ya ha dado su vida por mí, y por nosotros en el sacrificio en la CRUZ por todos nuestros pecados, con esto debemos mirarnos cada uno de nosotros desde nuestra imitación a Jesucristo, lo que conlleva preguntarnos: ¿Estamos dispuestos a dar la vida por las ovejas?

 

Ahora bien, esto implica ir analizando que significa para nosotros “DAR LA VIDA, que al parecer, según el texto evangélico, se inicia con una distinción entre el verdadero PASTOR y el asalariado, el segundo al ver el peligro huye, sobre todo del lobo, allí abandona a las ovejas: ¿Qué representa el lobo en nuestras vidas? Lo cual puede representar nuestros miedos: ¿Qué miedos en la actualidad nos hacen huir de nuestros compromisos o aceptar nuevos desafíos o compromisos con las demás Personas? Con estas preguntas queremos que confrontes tu vida, seas valiente, y no te dejes GOBERNAR por el MIEDO; sino que logres vivir por tu propia voluntad, esto es lo que te hace LIBRE: ¿Eres libre de tus propios miedos?

 

Desde nuestra mirada personal, podemos descubrir que en la actualidad, y es lo que nos pasa a una gran cantidad de personas, que ante el peligro la mayoría huimos, no estamos dispuestos a dar la vida por otro, por los demás, allí está la diferencia con el “Buen Pastor”, ya que ÉL si está dispuesto a morir por, con y en lugar de sus ovejas, ya que no realiza su pastoreo por un salario, sino por vocación, por MANDATO DIVINO. “Como es asalariado, no se preocupa por las ovejas” (Juan 10, 13). Aquí radica uno de los problemas actuales en nuestros pastores o ministros, un gran número de pastores y sacerdotes realizan su servicio pensando en el dinero que le redita hacer su servicio, algunos dejan de ir a celebrar misas a lugares apartados por ser pocas personas y generar pocos ingresos, en cambio, donde hay más personas, van más con el fin del dinero, que de la vocación de servicio al Pueblo de Dios: ¿Qué clase de pastores tenemos en nuestras comunidades cristianas?

 

Ciertamente muchos pastores que no están involucrados realmente con sus ovejas: ¿Por qué se produce esta realidad? Creemos que se genera por la falta de encuentro profundo entre las personas, más allá de una misa o una celebración cultual, no hay un dialogo sincero, aparte de los muy pocos que utilizan el sacramento de la reconciliación de manera permanente, o menos los que tienen un acompañamiento espiritual estable con algún pastor, entonces: ¿Cómo lograr este conocimiento fundamental en la relación del pastor con sus ovejas?

 

Decimos esto pensando en la propuesta de Jesucristo: “Yo soy el buen Pastor: conozco a mis ovejas, y mis ovejas me conocen a mí –como el Padre me conoce a mí y yo conozco al Padre– y doy mi vida por las ovejas” (Juan 10, 14-15). Para ser BUEN PASTOR se debe conocer a todas las ovejas, por un lado, y el otro: que las ovejas logren conocer de verdad a sus pastores: ¿Conocemos a Jesucristo, en su divinidad y humanidad? ¿Conocemos realmente a nuestros pastores?

 

Además debemos recordar que se trata de un conocimiento íntimo y profundo, semejante al conocimiento entre Dios Hijo y Dios Padre: ¿Hemos logrado esa intimidad y profundidad? Allí la respuesta, cuando logramos ese grado de intimidad fundado en el AMOR, seremos capaces de DAR LA VIDA, a ejemplo de Jesucristo, dar toda nuestra existencia en el pastoreo, en la preocupación de los demás, que consiste en tener como primer lugar el bien común, por sobre el bien personal; esto implica un nuevo sentido, mirando la propuesta que nos dejó Jesucristo, dar un paso más, y no tan solamente considerar a los demás ovejas, sino personas que se logran reunir en un mismo rebaño, a pesar de sus diferencias, de sus colores, de sus gustos, de sus creencias, de sus ideologías, de sus filosofías de vida; todos convocados y reunidos en la presencia DIVINA, que nos invita a la unidad de la Humanidad en Jesucristo: ¿Cómo hemos cumplido esta tarea o misión divina?

 

“Tengo, además, otras ovejas que no son de este corral y a las que debo también conducir: ellas oirán mi voz, y así habrá un solo Rebaño y un solo Pastor. El Padre me ama porque yo doy mi vida para recobrarla” (Juan 10, 16-17). El desafío de reunirnos en un solo rebaño, es lo que significa ser el “PUEBLO de Dios”, quizás no pasa como creen algunos ser una sola IGLESIA, que es más invención humana que divina, sino respetar la UNIDAD en la Diversidad; unidad que da DIOS, y diversidad que entrega la humanidad, en las personas; o sea, un pueblo que se CONVOCA en la presencia de DIOS, porque escucha la VOZ de su verdadero Pastor: ¿Eres parte de ese rebaño divino?

 

 

EVANGELIZAMOS:          

 

En el SER PARTE del rebaño, es aquí en donde encontramos nuestro proceso de la nueva evangelización: Una mirada universal y más tolerante cada día; una aceptación de la diversidad en el respeto de cada SER HUMANO; una actitud de acogida a cada PERSONA que te rodea; una actitud de dialogo con todas y todos: ¿Estás dispuesto?

 

Esa disposición es tu VOLUNTAD, desde esa voluntad ya hemos iniciado tu propio proceso de CONVERSIÓN, y con ello, podemos afirmar que en tu vida habita en el Reino de Dios; que el “BUEN MENSAJE” de Jesucristo ha penetrado en tu SER, es decir, que eres alguien que ha escuchado la VOZ de su “BUEN PASTOR”, es el HIJO de DIOS, que viene constantemente a tu encuentro, en los demás, la idea y el sentido es RECONOCERLO, aunque seas del rebaño, o no lo seas, mientras vivas los principios de Dios revelados en Jesucristo eres parte del PUEBLO de Dios. Y TÚ: ¿Cómo vives la relación con el BUEN PASTOR?

Comentarios

  1. Para mí, Jesucristo es mi buen pastor, a quien sigo a través de su Palabra, su Evangelio, me anima, conforta, defiende y libera de mis miedos más grandes.

    No confianza está en su Evangelio, porque él ha dicho que hagamos lo que nuestros pastores dicen, pero no los imitemos, somos ovejas de su rebaño, objeto de su amor; otros vienen y trasquilan nuestra lana, dejándonos dolidos y desprotegidos; que importante es la empatía con el otro, tratarlo como me gustaría que me tratarán, ser diferentes, pensar distinto no es problema, reconozco en mí que hay pensamientos que me incomodan, sin embargo, el otro no deja de ser persona, de ser humano, si Dios me perdona y me ama, debo imitarlo en su palabra... Acoger a mi prójimo son lastimarme y sin lastimarlo, ser buen pastor.

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