¿CÓMO VIVIR LA POBREZA AL ESTILO DE JESUCRISTO?
CONTEMPLAMOS:
Hoy queremos invitarte a CONTEMPLAR la figura de
Jesucristo, en su POBREZA, a muchos cristianos se nos ha enseñado que
Jesucristo nace pobre y humilde en el pesebre de Belén; ciertamente cuando nos
hemos acostumbrado a pensar en los bienes materiales, como algo preciado y
valioso, ver la POBREZA es como la contraposición, incluso en una sociedad: más
clasista que racista; los pobres quedan en último lugar, no importando su
origen étnico o credo religioso, sino por el único hecho de SER POBRES: ¿Qué es
ser pobre? Y aquí viene lo subjetivo de la situación, algunos solamente miden
la riqueza y la pobreza por índices económicos, en la escasez de bienes para
vivir; si es así, cualquier persona, aunque tenga mucho dinero puede ser POBRE,
porque en este sentido la pregunta: ¿Qué es necesario para vivir?
En este tiempo de Pandemia, muchos esperan y creen que es
un tiempo propicio de CREAR UN MUNDO MEJOR; algunos tienen la firme esperanza
de que es posible erradicar la POBREZA; quizás el tema no es medirnos en grados
de POBREZA o VULNERABILIDAD, como se señala en algunos países, sino más bien en
lograr una sana CONVIVENCIA de la humanidad, una recta distribución de los
bienes necesarios para vivir; y quizás aquí estamos equivocados, desde nuestro
punto de vista: EL AIRE Y EL AGUA, es lo más necesario para la vida humana; si
encerramos a un rico en una habitación hermética y muy pequeña, en poco tiempo
por falta de OXIGENO, va a morir de todas maneras, no importa su DINERO; otros
mueren por la FALTA DE AGUA; y otros muchos por falta de ALIMENTACIÓN; estos
tres elementos son los más esenciales para vivir: ¿Estamos escasos en estos
bienes? ¿Somos ricos o pobres?
Hacemos este análisis con el sentido de entrar en la
propuesta de Jesucristo ante los bienes materiales, recordando que el también
en su humanidad clasifico a las personas entre ricos y pobres; de hecho nos
narra una parábola al respecto dirigida a los líderes religiosos de su tiempo;
y el destino que le espera a aquellos que no son compasivos con sus hermanos
los pobres, el pobre Lázaro que se va al cielo junto al Padre Abraham, y el
rico que se va al infierno, y destinado que toda su familia se vaya al mismo
lugar, por no convertirse a través de las Sagradas Escrituras; el mismo
Jesucristo, lo señala como necesario para el seguimiento cristiano: “Jesús lo
miró con amor y le dijo: Sólo te falta una cosa: ve, vende lo que tienes y dalo
a los pobres; así tendrás un tesoro en el cielo. Después, ven y sígueme”
(Marcos 10, 21). Es decir, debemos hacernos pobre en lo material, vender todo,
quedar sin nada, dárselos a los más necesitados, a los pobres, después ir con
Él y seguirlo: ¿Estás dispuesto a este llamado radical de POBREZA de bienes
materiales?
DISCERNIMOS:
Al pasar a nuestro discernimiento, es bueno reconocer que
esta no es la REALIDAD ACTUAL de muchos ministros de la Iglesia, que viven
acomodadamente, mejor que la mayoría del pueblo que les toca atender; esta es
una de las razones de la crítica constante a la IGLESIA CATÓLICA, a la FE
CRISTIANA y a las Religiones en general; incluso debería ser una CRITICA
permanente de los FIELES de las Iglesias, aquellos que van al cuto y el templo
cada semana, ellos deben ser los primeros PROFETAS y ser capaces de DENUNCIAR
lo que no está bien. Aquí lo bueno y lo malo, está determinado por la VOLUNTAD
DIVINA; y la voluntad divina para los cristianos esta EXPLICITADA en las
palabras de Jesucristo, esta es la voluntad divina lo que nos pide y enseñó
Jesucristo, lo que nos demostró con su propio ejemplo de VIDA y manifestó en
sus palabras: “Mientras iban caminando, alguien le dijo a Jesús: ¡Te seguiré
adonde vayas! Jesús le respondió: Los zorros tienen sus cuevas y las aves del
cielo sus nidos, pero el Hijo del hombre no tiene dónde reclinar la cabeza”
(Lucas 9, 57-58). Con esto, Jesucristo claramente nos invita a quienes queremos
seguirlo, a vivir en su ejemplo, a NO TENER NI POSEER NADA; ni siquiera donde reclinar
la CABEZA: ¿Estás dispuesto?
Aquí es en donde los ministros de la Iglesia, se han ido
encegueciendo en el camino de la vida, claramente no todos, aunque si un número
considerable; les falta descubrir que el llamado divino es CONSTANTE Y
PERMANENTE; es decir, que se va renovando, no en el llamado, sino en nuestra
actitud, y aquí no se trata solamente de las riquezas de la IGLESIA como
institución social; lo que sería un gran signo VENDER TODO y dárselo a los
pobres como nos pidió Jesucristo, aunque debemos reconocer que en algunos casos
no sería VENDER, sino DEVOLVER a quienes se les robo tierras y propiedades injustamente,
como a los pueblos originarios, o las naciones derrotadas por cruzadas o guerras; con esto, podemos VER con claridad
que la IGLESIA como Institución Humana, no tiene de POBREZA, y que
lamentablemente va por un camino muy distinto a la propuesta de Jesucristo en
los Santos Evangelios: “Entonces Jesús, fijando la mirada en sus discípulos,
dijo: ¡Felices ustedes, los pobres, porque el Reino de Dios les pertenece!”
(Lucas 6, 20). Ante esto, nos seguimos preguntando: ¿Qué camino estamos
siguiendo? ¿Qué enseñanzas de Jesucristo estamos haciendo vida?
El Reino de Dios es de los pobres, este llamado es a los
discípulos, los discípulos de Jesucristo DEBEN SER POBRES, ahora bien, si esto no
se puede realizar por medio de la Institución Humana: IGLESIA CATÓLICA, debe
realizarse desde cada persona que se proclama discípulo de Jesucristo, y
obviamente aquí aparecen los ministros concretos, cada ministro es un discípulo
de Jesucristo, no es menos cierto que muchos de ellos han hecho un voto de
pobreza, y quizás no poseen nada en lo material, ya que no es de ellos, aunque
viven de una manera que no deja de ser un ESCANDALO para su entorno social:
¿Cómo viven nuestros Ministros consagrados?
Más aún debemos reconocer que gran parte del Clero, poseen
bienes materiales a su nombre, habría que comenzar revisando sus cuentas
bancarias personales, los vehículos, terrenos, casas o departamentos que han
ido comprando a su nombre; sin decir, los que han dado a familiares o personas
de interés personal; ante esta realidad, muchos nos preguntamos: ¿Qué
testimonio de Pobreza estamos dando como discípulos de Jesucristo?
Ciertamente un testimonio muy dispar a la propuesta
evangélica de Jesucristo, que es la construcción y edificación del Reino de
Dios, que no pasaba por construir templos, ni basílicas, ni tener bienes
materiales, sino todo lo contario: “El
Reino de los Cielos se parece también a un negociante que se dedicaba a buscar
perlas finas; y al encontrar una de gran valor, fue a vender todo lo que tenía
y la compró” (Mateo 13, 45-46). En este sentido, el Reino de Dios se trata de
VENDER TODO para obtener a JESUCRISTO, el Reino de Dios, la Iglesia de
Jesucristo: ¿Qué debemos vender para ser parte del REINO de Dios?
EVANGELIZAMOS:
Así se inicia nuestra verdadera evangelización, al
CONTEMPLAR Y DISCERNIR sobre la POBREZA propuesta por JESUCRISTO en los Santos
Evangelios, o como lo explica San Pablo en la segunda carta a los Corintios: “Ya
conocen la generosidad de nuestro Señor Jesucristo que, siendo rico, se hizo
pobre por nosotros, a fin de enriquecernos con su pobreza” (8, 9). Hacerse
POBRE, allí está el camino de Jesucristo: ¿Queremos seguir este ejemplo de
pobreza? ¿Somos generosos hasta el extremo de Jesucristo?
Muchos diremos SÍ; y aquí debemos insistir no se trata de
la PALABRA, sino de demostrar con hechos y obras concretas, como lo decía el
apóstol Santiago: «Muéstrame, si puedes, tu fe sin las obras. Yo, en cambio,
por medio de las obras, te demostraré mi fe» (2, 18); esto lo radical de la FE
CRISTIANA; vivir con hechos nuestra FE. Y TÚ: ¿Cómo vives tu FE en la Pobreza de Jesucristo?
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