¿SOMOS VERDADEROS DISCIPULOS DE JESUCRISTO?

CONTEMPLAMOS:

 

Recordemos, en primer término, que Jesucristo al iniciar su predicación fue eligiendo discípulos y con ello llego a formar una comunidad de discípulos que siguieron sus enseñanzas, como lo señalan los Santos Evangelios, y en ningún lado de estos cuatro escritos Él nombra Cardenales, Obispos, Nuncios, Presbíteros o Diáconos, es la comunidad de apóstoles y discípulos que inicia ese proceso a la luz del Espíritu Santo y en la diversidad de carismas y necesidades de la Iglesia que se originan en Jerusalén y en las demás Iglesias que se van creando por la predicación apostólica.


En segundo término, nos centraremos en este artículo teológico en el sentido de ser discípulos que propone Jesucristo en su vida terrena entre nosotros, tratando de contemplar sus últimas palabras según el Evangelio de Mateo: «Yo he recibido todo poder en el cielo y en la tierra. Vayan, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a cumplir todo lo que yo les he mandado. Y yo estaré siempre con ustedes hasta el fin del mundo».

 

Ante este texto muchos creen y afirman que por medio del bautismo son verdaderos discípulos de Jesucristo; aunque desde mi perspectiva el otro aspecto mencionado es el más importante para ser verdadero discípulo de Jesucristo: “Cumplir sus mandatos”, que consiste en una real imitación de los valores de Jesucristo descritos en los Santos Evangelio, entonces: ¿Cómo entender este ser discípulo de Jesucristo? Es lo que te invitamos a discernir:

 

 

DISCERNIMOS:

 

Al iniciar este discernimiento debemos reconocer ante todo que es imposible condensar la enseñanza de Jesucristo en unas cuantas líneas, por ello, nos detendremos en algunos textos más relevantes desde nuestro punto de vista, aunque primero quiero que renovemos nuestra mirada sobre los sacramentos, para muchos son 7 los sacramentos instituidos por Jesucristo, para otros solamente dos; pensemos que hay siete sacramentos y que en la división actual se nos presentan tres sacramentos como de iniciación cristiana, el primero de ellos es el bautismo que se nos da para el perdón de los pecados, y se afirma que al recibirlo somos miembro de la Iglesia, templo de Espíritu Santo e hijo de Dios Padre, por nombrar algunos aspectos, aunque NO se nos dice que por este sacramento “SOMOS DISCÍPULOS DE JESUCRISTO”.

  

Con esto, queremos afirmar que para ser DISCÍPULO hay que aceptar LIBREMENTE la propuesta de Jesucristo; esto no lo puede hacer un niño; por esta razón, puede ser y es probable que Iglesia haya puesto el Bautismo en los sacramentos de iniciación cristiana como uno más entre tres; como afirmando explícitamente que es necesario recibir los tres sacramentos de iniciación cristiana para ser verdadero TESTIGO, o en el término de hoy: DISCÍPULO DE JESUCRISTO; entonces podemos afirmar que esto se logra con el Sacramento de la Confirmación para los de tradición católica en donde se cree que se recibe la plenitud del Espíritu Santo, para otros esta plenitud se recibe en el Sacramento del Bautismo ya de adultos.

 

Decimos esto solamente para señalar que cuando hablamos de verdaderos discípulos de Jesucristo hablamos de personas conscientes y libres que deben aceptar en primer lugar el llamado de Jesucristo: “No temas, de ahora en adelante serás pescador de hombres. Ellos atracaron las barcas a la orilla y, abandonándolo todo, lo siguieron” (Lucas 5, 10-11). Este llamado se manifiesta en medio de nuestro trabajo, estudios, o en medio de nuestras actividades cotidianas, como una propuesta al seguimiento de Jesucristo; y hasta aquí muchos cristianos en la actualidad dirán SI, YO SIGO A JESUCRISTO, aunque es bueno mirar que conlleva este seguimiento en palabras de Jesucristo, lo haremos con el Evangelio de San Lucas: “El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz cada día y me siga. Porque el que quiera salvar su vida, la perderá y el que pierda su vida por mí, la salvará. ¿De qué le servirá la hombre ganar el mundo entero, si pierde y arruina su vida?” (9, 23-25). 

 

Claramente se nos revela que para ser verdadero discípulo de Jesucristo hay que perder nuestra vida: renunciando a sí mismo, cargando con nuestras cruces y siguiendo a Jesucristo: ¿Estamos dispuestos? Sé que muchos cristianos llegamos a la conclusión que SI, aunque sería bueno mirar la propuesta más radical de Jesucristo y que nos pide en este seguimiento a su persona: “Cualquiera que venga a mí y no me ame más que a su padre y a su madre, a su mujer y a sus hijos, a sus hermanos y hermanas, y hasta a su propia vida, no puede ser mi discípulo.  El que no carga con su cruz y me sigue, no puede ser mi discípulo” (Lucas 14, 26-27). Es una propuesta de amarlo a Él por sobre todas las personas y la propia vida: ¿Realmente lo amamos más que a nuestros hijos? ¿Seríamos capaces de dejar todo como ser verdadero discípulo de Jesucristo?

 

Con estas preguntas, queremos llegar a la conclusión que para Ser Verdadero Discípulo de Jesucristo necesitamos estar dispuesto a morir por el seguimiento y el cumplimiento del Evangelio de Jesucristo, sé lo radical de esta propuesta, ahora bien, con ello nos terminamos preguntando en este discernimiento: ¿Eres verdadero discípulo de Jesucristo?

 

 

 

EVANGELIZAMOS:

 

En este tercer momento de nuestro método teológico, diremos un par de pistas y preguntas que nos ayuden a SER verdaderos discípulos de Jesucristo, esto significa que se inicia desde nosotros mismos con la aceptación de un llamado divino, quedando pendiente para esto que se debe conocer bien a lo que somos llamados, entender la propuesta de Jesucristo en toda su dimensión, y a lo que nos conduce este llamado divino a entregar la vida.

 

Por esta razón, afirmamos al inicio que para ser discípulo de Jesucristo, no basta con recibir un rito bautismal o un sacramento, sino que conlleva el cumplimiento de las enseñanzas de Jesucristo: ¿Cumples todas las enseñanzas de Jesucristo? ¿Cuál de ellas es la que más has asumido en tu existencia cristiana? ¿Cuál de sus palabras es la que todavía no puedes encarnar en tu vida humana?

 

Con estas preguntas, queremos conducir tu vida cristiana al pleno cumplimiento de la voluntad divina revelada en Jesucristo con la asistencia del Espíritu Santo, esto hace que en nuestra cotidiana vivamos nuestro propio proceso de Evangelización, es decir, los cristianos debemos llegar a SER verdaderos discípulos de Jesucristo: ¿Cómo vas en este discipulado?


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