¿SOMOS SERES PERFECTOS?

CONTEMPLAMOS:

Quisiéramos iniciar diciendo que iremos domingo a domingo reflexionando un texto de los Santos Evangelios, tomado de nuestro propio Leccionario Dominical, perteneciente a nuestra Iglesia Trinitaria, Apostólica y Ecuménica (ITAE).


Dicho esto, le invitamos a contemplar la realidad sobre la perfección: ¿Qué significa la perfección? A veces hablamos cuando hacemos algo, y decimos esto quedo perfecto; o cuando preparamos un lugar para una ocasión y afirmamos esta todo perfecto para la celebración; es decir, la perfección se enmarca en poseer todas las cualidades deseables para lograr un fin; aunque debemos reconocer que solamente nos estamos acercando al tema de la perfección como cualidad de las cosas, y de lo que hacemos.

 

Ahora bien, necesitamos y debemos dar un paso más y ver la perfección desde nosotros mismos, desde las personas, desde nuestro “SER; como seres humanos: ¿Cómo lograríamos la perfección en nuestra humanidad?  Más aún en el sentido cristiano: ¿Cómo seríamos cristianos perfectos?



DISCERNIMOS:

 

Para responder estas preguntas sobre ser perfectos, leeremos una parte del Sermón de la Montaña de Jesucristo, según el Evangelio de San Mateo (5, 38-48). “Ustedes han oído que se dijo: Ojo por ojo y diente por diente". Con este enunciado Jesucristo nos quiere enseñar que para ser personas perfectas debemos superar la Ley del Talión, esto para muchos conlleva una pérdida de la dignidad humana, veamos que nos propone para superar esta Ley: “Pero yo les digo que no hagan frente al que les hace mal: al contrario, si alguien te da una bofetada en la mejilla derecha, preséntale también la otra. Al que quiere hacerte un juicio para quitarte la túnica, déjale también el manto; y si te exige que lo acompañes un kilómetro, camina dos con él. Da al que te pide, y no le vuelvas la espalda al que quiere pedirte algo prestado”.  La propuesta de Jesucristo pasa por no responder al mal con mal, sino más bien responderle con generosidad, por lo tanto, un aspecto de la perfección humana es ser generosos con aquellos que piden algo, generosidad con todas y todos: ¿Somos capaces de ser personas perfectas?

 

Para los que vamos realizando este discernimiento, leyendo este artículo teológico, debemos dar un paso más, y descubrir que además de ser personas perfectas, debemos ser cristianos perfectos, para lograr este objetivo, debemos superar la Ley de los judíos: “Ustedes han oído que se dijo: Amarás a tu prójimo y odiarás a tu enemigo”.

 

Es aquí en donde toman mayor intensidad las palabras de Jesucristo, ya que es su enseñanza y practicarla lo que nos hace ser cristianos perfectos, o sea, debemos seguir los pasos del Maestro; por lo tanto, veamos que nos presenta hoy en día como modelo para vivir el cristianismo: “Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos? Y si saludan solamente a sus hermanos, ¿qué hacen de extraordinario? ¿No hacen lo mismo los paganos?”

 

Ser cristiano perfecto significa AMAR a todas y todos, incluidos nuestros enemigos o adversarios, los que nos han hecho daño, se trata de irradiar AMOR a todas y todos, por ello, podemos afirmar que ser cristianos perfectos es igual a ser auténticos hijos de Dios Padre y Madre y mostrarnos como DIOS TRINIDAD, tratar a todos de la misma manera y con justicia, sobre buenos y malos, sobre santos y pecadores, sobre justos e injustos, sobre inocentes o delincuentes: ¿Obramos de esta forma?

 

Más aún nuestra medida para ser cristianos perfectos no está en nuestra humanidad, sino en la “Divinidad”: “Por lo tanto, sean perfectos como es perfecto el Padre que está en el cielo”.

 

 

EVANGELIZAMOS:           

 

Antes de todo queremos manifestar que existe una gran diferencia entre la perfección humana y la perfección divina, esto es ante la respuesta rápida de los cristianos que dicen que solamente Dios es perfecto; es verdad que Dios es perfecto, y que en Jesucristo hemos visto y palpado la perfección humana y divina en una sola persona, ahora bien es por medio de Él, que recibimos un camino distinto que conlleva pasar de nuestra humanidad a la divinidad, hoy vemos un aspecto de ese tránsito, que es una invitación a que los cristianos, los discípulos de Jesucristo, debemos ser perfectos en el AMOR DIVINO, es decir, ser perfectos como el PADRE DIOS. ¿Estamos dispuestos?

 

Lo esencial para ser perfectos, es partir por el convencimiento personal que nace de la voluntad personal que dice SI, como la Virgen María, que dijo: «Yo soy la servidora del Señor, que se cumpla en mí lo que has dicho», aunque parezca imposible a los ojos humanos, junto a Dios no hay nada imposible, o en positivo, junto a la Santísima Trinidad todo es posible, incluido SER PERFECTOS: ¿Lo crees?

 

Si lo crees, ya has iniciado tu proceso de Evangelización personal en tu propia vida; y con ello, el gran desafío de SER CRISTIANOS PERFECTOS, ahora debes realizarlo en cada momento de tu vida humana.


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