¿QUIÉN ES JESUCRISTO?

 CONTEMPLAMOS:

 

Hoy queremos invitarlos a contemplar a la persona de Jesucristo; ciertamente los mismos evangelios nos sitúan y llegamos a afirmar junto con los discípulos sobre Jesucristo: “Tú eres el Mesías” (Marcos 8, 29). Ahora bien, nos podemos preguntar: ¿Qué significa para cada uno de nosotros que Jesucristo sea al Mesías? La biblia Judía nos habla de la venida de un Mesías, el Ungido; y que los cristianos creen y algunos judíos mesiánicos en la actualidad, que este anuncio prometido se cumple en la persona de Jesús de Nazareth. Por lo tanto, esta persona del pueblo judío, hombre del primer siglo de nuestra era cristiana es para muchos creyentes en la actualidad el Hijo de Dios: «¡Verdaderamente, este hombre era Hijo de Dios!» (Marcos 15, 39). Entonces: ¿Cómo puede suceder esto? ¿Qué un hombre, una persona pueda ser el Hijo de Dios? Y aquí surgen las diferentes miradas, para los cristianos es una forma que Dios eligió para revelar y manifestarse a toda la humanidad; aunque la diferencia radica en ver a Jesucristo como una manifestación más del Único Dios Vivo o Verdadero, o sea, un Dios que se manifiesta de muchas formas; o ver a Jesucristo como una persona distinta, en la unidad de un mismo Dios, es decir, en la creencia de la Santísima Trinidad, un Dios y tres personas distintas.

 

Ya sea una u otra postura, todavía nos queda entender y comprender cómo sucedió que Jesús de Nazareth, hijo de María y José, sea la manifestación divina; algunos señalan por adopción en el momento de su bautismo en el río Jordán atestiguado en los Santos Evangelios, otros tomando el testimonio de San Lucas señalan que sucedió por un hecho de intervención divina que hemos denominado “Encarnación”, o como dice el Evangelio de San Juan: “Y la Palabra se hizo carne y habitó entre nosotros” (1, 14).

 

Con todo esto como telón de fondo para nosotros en la actualidad, nos podemos seguir preguntando: ¿Quién es Jesucristo para la humanidad? ¿Quién es Jesucristo para los cristianos? Y quizás lo más importante en nuestro artículo teológico de hoy: ¿Quién es Jesucristo para cada uno de nosotros, para ti?

 

 

DISCERNIMOS:

 

Al pasar a nuestro discernimiento debemos señalar que la Biblia Cristiana, como la conocemos en la actualidad, se va escribiendo y traduciendo en los primeros siglos de nuestra era cristiana, y que en el Siglo IV se llega más o menos a los 27 libros que tenemos en la actualidad, como Libros Inspirados por Dios: en la persona del Espíritu Santo; y junto a ello, se dio paso a la misma definición dogmática de la Santísima Trinidad, o sea, que Dios es UNO en el sentido de la divinidad, y que existen TRES personas divinas: Padre, Hijo y Espíritu Santo.

 

En este contexto cristiano del siglo IV se nos ayuda a discernir sobre la persona de Jesucristo, y reafirmar que es el Hijo de Dios, por lo tanto, es una PERSONA DIVINA; aunque de la misma manera se llegó a la definición del Dios UNO Y TRINO; también se definió como dogma cristiano, sobre la persona de Jesucristo, en el siglo VII, sus dos NATURALEZAS, en la que podemos afirmar hoy en día que Jesucristo es VERDADERO DIOS Y VERDADERO HOMBRE, o como preferimos decir, verdadero ser humano, quizás tomando la postura bíblica de San Pablo: “El, que era de condición divina, no consideró esta igualdad con Dios como algo que debía guardar celosamente: al contrario, se anonadó a sí mismo, tomando la condición de servidor y haciéndose semejante a los hombres. Y presentándose con aspecto humano, se humilló hasta aceptar por obediencia la muerte y muerte de cruz” (Filipenses 2, 6-8).

 

Esto fueron siglos de trabajo por mantener la UNIDAD en el cristianismo, y en su gran fundamento la persona de Jesucristo: ¿Quién era Jesucristo para los cristianos del primer milenio? Dónde muchos creen que existía la unidad del cristianismo en plenitud; unidad que se representaba en CREER LO MISMO, originado desde las definiciones dogmáticas en los primeros siete Concilios Ecuménicos de nuestra era cristiana; ciertamente faltaron por definir muchas verdades sobre la persona de Jesucristo, sobre todo a la hora de entender la NATURALEZA HUMANA y de cómo se expresó en la persona de Jesucristo; en el tema de sus afectos, sentimientos, emociones y sexualidad, por nombrar algunas características esenciales de los seres humanos, todo la discusión siempre se centró en la mirada, propia de esa época, en la VOLUNTAD HUMANA, su libertad y su conocimiento humano de Jesucristo; con ello, podemos afirmar que Jesucristo iba creciendo en Sabiduría Humana y Divina; y en relación al conocimiento humano Jesucristo conocía lo mismo que cualquier persona Judía de su época y de su pueblo; aunque podía revelar un Conocimiento Divino de las cosas y las realidades, que iba creciendo a lo largo de su vivencia terrena, entendemos que por medio de la Oración con su Padre Dios; lograba ir descubriendo mejor la VOLUNTAD DIVINA Y SU MISIÓN DIVINA EN LA TIERRA.

 

“Padre mío, si no puede pasar este cáliz sin que yo lo beba, que se haga tu voluntad.  Al regresar los encontró otra vez durmiendo, porque sus ojos se cerraban de sueño. Nuevamente se alejó de ellos y oró por tercera vez, repitiendo las mismas palabras. Luego volvió junto a sus discípulos y les dijo: «Ahora pueden dormir y descansar: ha llegado la hora en que el Hijo del hombre va a ser entregado en manos de los pecadores. ¡Levántense! ¡Vamos! Ya se acerca el que me va a entregar». (Mateo 26, 42-46) Con esto, se nos revela la constante disyuntiva en la persona de Jesucristo en conciliar y unir su VOLUNTAD HUMANA con su VOLUNTAD DIVINA; Él tenía la misión de entregar su vida por la salvación de la humanidad y el perdón de los pecados; esto se fue revelando por Dios Padre en la oración personal de Jesucristo, para que en el momento oportuno se cumpliera la Voluntad Divina. Y A TI; ¿Cómo se te revela y manifiesta la Voluntad del DIOS TRINIDAD?

 

 

EVANGELIZAMOS:

 

Justamente en nuestra evangelización queremos afirmar que es muy importante saber y responder la pregunta: ¿Quién es Jesucristo?, ya que nos ayuda a ser fieles a la invitación para todos los cristianos, como lo señala el Apóstol Pedro en su primera carta: “A esto han sido llamados, porque también Cristo padeció por ustedes, y les dejó un ejemplo a fin de que sigan sus huellas. El no cometió pecado y nadie pudo encontrar una mentira en su boca. Cuando era insultado, no devolvía el insulto, y mientras padecía no profería amenazas; al contrario, confiaba su causa al que juzga rectamente. El llevó sobre la cruz nuestros pecados, cargándolos en su cuerpo, a fin de que, muertos al pecado, vivamos para la justicia. Gracias a sus llagas, ustedes fueron curados. Porque antes andaban como ovejas perdidas, pero ahora han vuelto al Pastor y Guardián de ustedes” (2, 21-25) Una invitación, que es un llamado a seguir la HUELLA de Jesucristo, que se trata en seguir su ejemplo: ¿Cómo seguir el ejemplo o la huella de alguien que no sé quién es? Es aquí donde radica la importancia para cada cristiano de la pregunta de hoy; ya que solamente seremos buenos seguidores de Jesucristo, si sabemos QUIEN ES.

 

Para Pedro nos muestra algunos aspectos: NO cometió pecados, por lo tanto, los cristianos al imitarlo NO DEBEN cometer pecados: ¿Los cometes? NO dijo mentiras ni insultos ni amenazas aunque lo estaban juzgando y llevando a la muerte; más bien SOLO CONFIABA EN DIOS PADRE: ¿Lo hacemos? Además cargaba con los pecados de los demás, para llevarnos a la justicia: ¿Somos capaces y estamos dispuestos a cargar con los pecados de los demás a ejemplo de Jesucristo?; Él nos salvó y sano de todas nuestras heridas: ¿Curamos las heridas de los demás?; y nos transformamos en pastores y guardián de los demás sobre todo de las ovejas perdidas. En palabras de Jesucristo, y el nuevo mandamiento: “Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros» (Juan 13, 34-35). Amarse a ejemplo de Jesucristo, en ese amor se reconocen a los verdaderos seguidores de Jesucristo; ya que sabes quién es Jesucristo: ¿Vives tu vida cristiana siguiendo el modelo y ejemplo de Jesucristo?