¿EL AMOR ES LO ESENCIAL EN EL MENSAJE DE JESUCRISTO?

 CONTEMPLAMOS:

 

Muchas personas creen en el mundo, que lo esencial de la VIDA ES EL AMOR, aunque cabe la pregunta: ¿A qué se refieren con la palabra AMOR? Con esta pregunta queremos desafiarnos a pensar en el AMOR, desde nuestra mirada personal: ¿Qué pensamientos afloran en nosotros cuando escuchamos la palabra AMOR? Al generar esos pensamientos, no es menos cierto, que también como seres humanos debemos percibir sensaciones o emociones en nuestro interior: ¿Qué emociones surgen al hablar del AMOR?

 

Al realizarnos estas preguntas, muchos debemos reconocer que es algo distinto hablar de AMOR pensando en Dios, ya que algunos no creen y otros creen a su estilo y su propia forma; a que estemos pensando en el SER AMADO: ya sea la pareja, los hijos, los padres, los hermanos, los demás, todo depende de cómo este nuestra relación actual con ellos, o la que queremos tener y anhelamos como debe ser; en la falta de AMOR es que pueden surgir diversos pensamientos, y ciertamente otras emociones como la rabia, enojo y tristeza por nombrar algunas emociones negativas que surgen en nuestro SER; más aún muchas veces unido al AMOR: los celos y la desconfianza; incluso algunos van más allá: Han MATADO por AMOR, en ocasiones a otras personas, y otras tantas se han suicidado a causa del AMOR, sobre todo cuando les falta el AMOR o no es correspondido de la forma deseada, entonces: ¿Qué significa el Amor para cada uno de nosotros?

 

Quizás para muchos cuando falta el amor se produce un vacío en nuestro ser, es lo que intenta expresar uno de los seguidores de Jesucristo, San Pablo en su primera carta a los Corintios, y nos trata de explicar lo que significa el Amor, partiendo que nos pasa cuando NOS FALTA EL AMOR: “Aunque yo hablara todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si no tengo amor, soy como una campana que resuena o un platillo que retiñe. Aunque tuviera el don de la profecía y conociera todos los misterios y toda la ciencia, aunque tuviera toda la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si no tengo amor, no soy nada. Aunque repartiera todos mis bienes para alimentar a los pobres y entregara mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no me sirve para nada” (13, 1-3). Ahora bien, entonces para muchos la pregunta sería: ¿Cómo tener AMOR en nuestras vidas? Siguiendo las Sagradas Escrituras podemos citar a San Juan en su carta: “Queridos míos, amémonos los unos a los otros, porque el amor procede de Dios, y el que ama ha nacido de Dios y conoce a Dios. El que no ama no ha conocido a Dios, porque Dios es amor. Así Dios nos manifestó su amor: envió a su Hijo único al mundo, para que tuviéramos Vida por medio de él” (4, 7-9). En conclusión, para el cristiano el AMOR viene de Dios que se expresa y se vive desde, por, con y en Jesucristo, por ello, vamos a discernir si el AMOR es lo esencial de su mensaje de salvación, propuesto en los Santos Evangelios.


  

DISCERNIMOS:

 

Al pasar a nuestro discernimiento debemos partir señalando que existen muchos aspectos en los Santos Evangelios que nos pueden hablar del Amor Divino, aunque partiremos uniéndolo a la expresión de la Salvación: “Sí, Dios amó tanto al mundo, que entregó a su Hijo único para que todo el que cree en él no muera, sino que tenga Vida eterna. Porque Dios no envió a su Hijo para juzgar al mundo, sino para que el mundo se salve por él. (Juan 3, 16-17) Es decir, vemos con claridad que el AMOR DIVINO en Jesucristo tiene como finalidad para el SER humano: La Salvación y la Vida Eterna, y que con su venida está fundada la manifestación del AMOR DIVINO, tan así que Dios Padre es capaz de entregar a su propio Hijo para demostrar su AMOR al mundo y a la humanidad. ¿Cómo respondemos a esta prueba del Amor Divino?

 

Ahora bien, los cristianos reconocemos que esto se demostró en el Sacrificio de Jesucristo en la CRUZ, aunque nos seguimos preguntando: ¿Cómo nos enseña Jesucristo sobre la vivencia de este amor? Es aquí en donde queremos mostrar que el Amor es lo que motivo a Jesucristo en su predicación, un amor que nos invita a vivir a ejemplo de Dios para SER PLENOS; una invitación que para muchos se inició con su predicación en el Sermón del Monte: “Pero yo les digo: Amen a sus enemigos, rueguen por sus perseguidores; así serán hijos del Padre que está en el cielo, porque él hace salir el sol sobre malos y buenos y hace caer la lluvia sobre justos e injustos. Si ustedes aman solamente a quienes los aman, ¿qué recompensa merecen? ¿No hacen lo mismo los publicanos?” (Mateo 5, 44-46). Con esto nos quiere revelar que el AMOR DIVINO es Universal; por lo tanto, también nuestro AMOR debe ser UNIVERSAL; es decir, a todas las personas incluido nuestros enemigos: ¿A quienes amamos?

 

De esta universalidad debemos ir manifestando nuestro amor a los demás, no solamente como cumplimiento de mandamientos divinos, no por cumplir la LEY de Dios, sino como expresión de la vida cristiana predicada y enseñada desde Jesucristo: “Jesús respondió: El primero es: Escucha, Israel: el Señor nuestro Dios es el único Señor; y tú amarás al Señor, tu Dios, con todo tu corazón y con toda tu alma, con todo tu espíritu y con todas tus fuerzas. El segundo es: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. No hay otro mandamiento más grande que estos” (Marcos 12, 29-31). Todo se resume en AMAR, diríamos en tres frentes: a DIOS; al PRÓJIMO; y a UNO MISMO. ¿Amamos de esta manera? Con esto, queremos centrar nuestra mirada en la vivencia del AMOR: Realmente: ¿AMAMOS a Dios con todo nuestro SER?; en verdad: ¿NOS AMAMOS a nosotros mismos?; y en serio: ¿AMAMOS a toda persona que está a nuestro lado?; ante esta lluvia de preguntas queremos invitarles a analizar nuestra VIVENCIA DEL AMOR, quizás muchos se siguen preguntando al igual que en el Evangelio: “Pero el doctor de la Ley, para justificar su intervención, le hizo esta pregunta: ¿Y quién es mi prójimo?” (Lucas 10, 29).

 

Recordemos que la respuesta de Jesucristo va más allá de responder quien es mi Prójimo, sino que nos muestra cómo debemos actuar para ser prójimo ser otra persona, es decir, para demostrar nuestro AMOR A LOS DEMÁS: “Pero un samaritano que viajaba por allí, al pasar junto a él, lo vio y se conmovió. Entonces se acercó y vendó sus heridas, cubriéndolas con aceite y vino; después  lo puso sobre su propia montura, lo condujo a un albergue y se encargó de cuidarlo. Al día siguiente, sacó dos denarios y se los dio al dueño del albergue, diciéndole: Cuídalo, y lo que gastes de más, te lo pagaré al volver. ¿Cuál de los tres te parece que se portó como prójimo del hombre asaltado por los ladrones? El que tuvo compasión de él, le respondió el doctor. Y Jesús le dijo: Ve, y procede tú de la misma manera” (Lucas 10, 33-37). El AMOR nos lleva a conmovernos y hacer algo por la otra persona, es decir, SER COMPASIVOS es la manifestación del AMOR UNIVERSAL: ¿Somos compasivos entre nosotros como seres humanos?

 

Esta COMPASIÓN es la que nos demostró JESUCRISTO, y que experimentó a lo largo de su vida terrena: un AMOR UNIVERSAL, no solamente en el hecho de morir por la humanidad en la CRUZ, sino también en el significado de fondo, en el sentido de su COMPASIÓN, manifestado en su misma CRUCIFIXIÓN: «Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen» (Lucas 23, 34). Una manifestación de amor compasivo por los pecados de la toda la humanidad, o sea, este el gran ejemplo que nos deja Jesucristo una vida de AMOR, por esta razón, creemos que es lo esencial, no tan solamente de su mensaje y enseñanza, sino de su PROPIA VIDA; y lo sigue pidiendo de generación en generación, en el mandamiento nuevo para sus seguidores, y para nosotros como cristianos por medio de su PROPIA PALABRA: “Les doy un mandamiento nuevo: ámense los unos a los otros. Así como yo los he amado, ámense también ustedes los unos a los otros. En esto todos reconocerán que ustedes son mis discípulos: en el amor que se tengan los unos a los otros” (Juan 13, 34-35). ¿Lo hemos y estamos cumpliendo?

 

 

EVANGELIZAMOS:

 

En nuestra evangelización queremos afirmar que la vivencia del AMOR es lo esencial del mensaje de Jesucristo, por tanto, siempre será válida la pregunta: ¿Cómo vives el AMOR CRISTIANO?

 

La respuesta no debe ser de PALABRA; sino en HECHOS y OBRAS; se trata de encarnar en nuestra VIDA el ejemplo de Jesucristo, no se trata un mero cumplimiento de un mandamiento, ni la simple apariencia de cumplir con algo; sino el verdadero hecho de AMAR a ejemplo de Jesucristo, ya que solamente en la vivencia de AMOR es que demostraremos SER auténticos seguidores de Jesucristo, SER verdaderos discípulos de nuestro Maestro; como cristianos: ¿Vivimos según este ejemplo de AMOR?

Comentarios

  1. Señor mío y Dios mío, envía tu espíritu en mí para saber y conocer de ti amor, amarme y servirte en mis hermanos para Gloria tuya... Amarte y no alejarme de ti, y manifestarte a los míos... Gracias Señor mío

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