¿CONFIAMOS EN LA DIVINA PROVIDENCIA?
CONTEMPLAMOS:
Queremos recordarles que para nuestro artículo teológico
dominical usamos nuestro Leccionario Dominical, perteneciente a nuestra Iglesia
Trinitaria, Apostólica y Ecuménica (ITAE),
hoy leeremos unos versículos del capítulo 6 de San Mateo en el Sermón del
Monte.
Dicho esto, le invitamos a contemplar la realidad sobre la divina providencia:
¿Qué entendemos por esta realidad divina? Al parecer muchos creyentes la
expresan de manera muy sencilla afirmando que su vida, sus problemas, las
situaciones de la vida las dejan en las manos de Dios, en palabras simples
confían plenamente en Dios, es decir, en su divina providencia; y para cada uno
de nosotros: ¿Cómo explicamos la divina providencia?
Junto a esto, es bueno recordar que esta Divina
Providencia se trata de creer y confiar en Dios, aunque no perdiendo de vista
que muchas cosas dependen de nosotros mismos ya que no todo cae del cielo, a
veces hay que pedirlo, otras buscarla hasta encontrarlas como nos dice el mismo
Jesucristo en los Santos Evangelios. Ahora bien, para entender mejor esta
realidad veamos que nos enseña Jesucristo, nuestro Maestro al respecto: ¿Cómo vivir en la Divina Providencia?
DISCERNIMOS:
En primer lugar, veremos cómo Jesucristo nos propone
hacer una opción de vida, es una constante propuesta a lo largo de la vida, o
como lo presentaban los primeros cristianos en su catecismo de la doctrina de
los doce apóstoles, los dos caminos: “Nadie puede servir a dos señores, porque
aborrecerá a uno y amará al otro, o bien, se interesará por el primero y
menospreciará al segundo. No se puede servir a Dios y al Dinero”. Un camino que
nos conduce por el camino del servicio a Dios y a su pueblo; o el otro camino
que nos lleva al servicio del DINERO; ante esto es bueno recordar cómo vivimos
en la actualidad al parecer todos trabajan por dinero, y NO por servicio a los
demás: ¿Es así en tu vida humana? ¿A quién servimos realmente?
En segundo lugar,
lo que son servidores de Dios y no del dinero, han elegido el camino
correcto, que según los apóstoles es el camino que nos conduce a la VIDA: ¿A
qué vida nos referimos? No tan solamente hablamos de la Vida Eterna, sino de
cómo vives tu Vida Terrena, que es regalo del amor infinito de Dios Trinidad;
entonces nos preguntamos: ¿Cómo vivimos nuestra Vida? En este sentido veamos
que nos dice Jesucristo: “Por eso les digo: No se inquieten por su vida,
pensando qué van a comer, ni por su cuerpo, pensando con qué se van a vestir.
¿No vale acaso más la vida que la comida y el cuerpo más que el vestido?” Con
esto se nos invita a descubrir que lo más importante es nuestra propia vida, y
que por ello no debemos estar inquietos o preocupados por otros aspectos, como
lo son la comida o el vestido, aunque otra vez le pedimos sinceridad, acaso no
vivimos preocupados por el alimento de cada día, y por nuestra forma de vestir,
más aún muchos gastan grandes cantidades de dinero para alimentarse y vestirse,
mientras otras personas mueren de hambre sin tener dinero para alimentarse
ellos ni a sus familias: ¿Qué nos dirá Dios frente a esta realidad?
En tercer lugar, demos un paso más no basta con tomar
consciencia, sino cambiar nuestra forma de vivir, de acuerdo a un Hijo de Dios.
“Miren los pájaros del cielo: ellos no siembran ni cosechan, ni acumulan en
graneros, y sin embargo, el Padre que está en el cielo los alimenta. ¿No valen
ustedes acaso más que ellos? ¿Quién de ustedes, por mucho que se inquiete, puede
añadir un solo instante al tiempo de su vida? ¿Y por qué se inquietan por el
vestido? Miren los lirios del campo, cómo van creciendo sin fatigarse ni tejer.
Yo les aseguro que ni Salomón, en el esplendor de su gloria, se vistió como uno
de ellos. Si Dios viste así la hierba de los campos, que hoy existe y mañana
será echada al fuego, ¡cuánto más hará por ustedes, hombres de poca fe! No se
inquieten entonces, diciendo: ¿Qué comeremos, qué beberemos, o con qué nos
vestiremos? Son los paganos los que van detrás de estas cosas. El Padre que
está en el cielo sabe bien que ustedes las necesitan”. Un verdadero Hijo de
Dios confía en su Padre que está en el Reino de los Cielos, Él nos dará lo que
necesitamos, nosotros debemos acrecentar y fortalecer nuestra fe, para no ser
personas de poca fe o sin fe, sino personas creyentes en la Divina Providencia, por lo tanto, no
debemos preocuparnos de cómo nos alimentarnos, ni qué beberemos, ni de cómo
vestirnos, aunque para muchos de nosotros esto es inconcebible, ya que si tenemos
y debemos trabajar para poder alimentarnos y vestirnos, entonces: ¿Qué hacemos
y de qué debemos preocuparnos?
Y por último, además de vivir en la Divina Providencia,
veamos la invitación que nos hace Jesucristo, y qué nos hace pasar desde el discernimiento
a nuestro sentido de evangelización: “Busquen primero el Reino y su justicia, y
todo lo demás se les dará por añadidura. No se inquieten por el día de mañana;
el mañana se inquietará por sí mismo. A cada día le basta su aflicción”.
EVANGELIZAMOS:
Antes de todo queremos manifestar que esto es una
invitación a poner prioridades, o sea, poner todo en su lugar como cristianos,
esto no se trata de no hacer nada, sino todo lo contrario a hacerlo todo con la
mirada del Reino de Dios, ya que nos invita a que pongamos en primer lugar a
Dios; ante esto es válido que nos preguntemos: ¿Qué significa esto? ¿Qué
conlleva para mi vida concreta?
Justamente conlleva que todo lo que hagas, en tu familia
o en tu labor diaria, estudio o trabajo, sea en miras de construir el Reino de
Dios que va unido a la justicia divina, ahora bien vivimos realmente toda
nuestra existencia buscando el Reino de Dios y siendo justos en el trato con
los demás, aportando en la distribución equitativa de los bienes necesarios para
nuestra vida; y que así todos los seres humanos habitemos en armonía y paz en
este mundo actual; ese sería el camino
adecuado para que todos los humanos vivamos en la Divina Providencia. Y TÚ,
¿Cómo vives esta Divina Providencia?
Comentarios
Publicar un comentario