PRINCIPIOS DE NUESTRA FE

QUEREMOS SER UNA IGLESIA ORGANIZADA COMO HERMANOS EN LA FE.

 

a)   El carisma de dirección

Recordemos que en conformidad al Nuevo Testamento, los ministros son servidores de sus hermanos en la fe, son los responsables de la conducción de las comunidades cristianas, ya que poseen el carisma de la conducción pastoral; y es la comunidad cristiana, la que posee el carisma de dirección, como la diversidad de dones (cfr. 1 Corintios 12, 27-28), cuando se unen al Espíritu Santo, esto es parte de nuestra FE. Por esta razón, señalamos que el ministro de la ITAE posee y recibe el carisma de conducción pastoral, por lo que tiene estas principales funciones: La de integrar a todas y todos; propiciar la unidad en el dialogo fraterno; y favorecer la armonía entre los diferentes servicios y dones de todos los hermanos de la misión ITAE. Esto se une al carisma de unidad, lo que conlleva poseer las siguientes capacidades humanas: De diálogo, de paciencia, de escucha y de serenidad. Carisma que el mismo Señor Jesucristo nos ha dejado para la edificación de la Iglesia, “que cada uno piense no en sí, sino en los demás” (1 Corintios 10, 24).

 

Por ello, en el ejercicio del carisma de la conducción pastoral, no deben existir unos que mandan y otros que son mandados, ya que cada integrante dentro de la Iglesia desempeña una función específica, porque cada uno de sus miembros es un cristiano carismático, “lo que les digo es a modo de consejo, no estoy dando órdenes. Me gustaría que todos fueran como yo; pero cada uno recibe de Dios su propia gracia, unos de una manera y otros de otra” (1 Corintios 7, 6-7); por esto creemos que cada persona debe poner al servicio de los demás sus carismas y dones recibidos; como buenos administradores de las diversas gracias de Dios, (cfr. 1 Pedro 4, 10); y además porque el Espíritu se derrama sobre toda carne (cfr. Hechos 2, 17).